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En el Judaísmo, el agua se considera un elemento purificante y rejuvenecedor. La evidencia de las propiedades místicas del agua se expresa en la milenaria práctica de la inmersión en la mikve
Esther Benayoun de Benhamou
L os tres preceptos principales para una mujer judía, luego de haber contraído matrimonio, son JANÁ, acróstico en hebreo de Jalá (separar la masa del pan con una berajá), Nidá (el código de pureza familiar), y Hadlakat nerot (el encendido de las velas a la entrada de Shabat). Son tres mitzvot asociadas con la feminidad y que traen, directa o indirectamente, paz al hogar.
La Torá nos dice que Sara, la esposa de Abraham, tenía una especial bendición en su casa: sus velas de Shabat duraban desde una semana hasta la siguiente, había una especial bendición en la masa de sus jalot, y una nube de protección reposaba sobre su cabaña, porque allí se observaban las leyes de Taharát hamishpajá (pureza familiar). Rivka, Rajel y Lea tuvieron las mismas bendiciones, porque siguieron sus pasos. Y el que seamos sucesoras de estas matriarcas nos hace heredar este regalo, que todas las familias judías tenemos y que aseguran la continuidad de nuestro pueblo.
El matrimonio judío santifica al marido y a la mujer, invitando a Dios a su hogar. Las leyes de pureza familiar introducen tiempos de separación y de reunión, como parte del ciclo en la vida de casados.
En los tiempos de separación su relación se expresa y desarrolla como una fuerte amistad, sin ningún tipo de intimidad física. Es un período de anticipación y preparación para la inmersión en la mikve (plural: mikvaot). La esperada reunión, posterior a la inmersión, tiene el más alto potencial de santidad en el matrimonio.
La mikve es un baño ritual, una especie de piscina utilizada para la purificación. Generalmente está construida con dos reservorios, uno de los cuales contiene agua común y el otro agua de lluvia natural, que constantemente se mezclan y filtran. La mujer agenda su día de mikve dependiendo de las fechas de concluida la última menstruación, sumado a siete días limpios. Al llegar a la mikve es atendida por una balanit (mujer encargada de acompañar a las usuarias, y de revisar que estén completamente preparadas para sumergirse).
Una vez que la mujer dice la berajá respectiva, y realiza la inmersión como lo establece la costumbre, puede quedarse un rato rezando. Las plegarias dentro de la mikve tienen un efecto enorme, ya que no existen en ese momento interferencias entre la mujer y Hashem.
La separación y la unión son fuerzas muy poderosas en las relaciones: en el aspecto físico, sabemos que ciertas extremidades que han sido inmovilizadas solo pueden revitalizarse con ejercicio constante y movimiento.
La presencia del sol y de la luna se manifiesta por la presencia de su luz y su desaparición temporal. Shabat representa un tiempo de despeje de la rutina física regular, los seis días de trabajo envuelven una reunión con los aspectos mundanos de la vida. El movimiento y el cambio crean vida. La mikve es fuente para la revitalización de una relación, porque está compuesta de maim jaim: aguas vivas. Sin este cambio en la característica de la relación, sin el juego entre cercanía y distancia, la relación podría llegar a ser demasiado rutinaria y el aburrimiento se instalaría en ella. Combinado con una orientación correcta a nivel espiritual, dos personas se comprometen para tener una vida en pareja holística, amorosa y vibrante.
Las tres últimas letras de la palabra mikve (kuf, vav, hey) significan “esperanza”. En hebreo, la letra mem inicia la palabra makom (lugar); la mikve puede entenderse como el lugar donde la esperanza se actualiza.
Nuestras esperanza y salvación vienen de sumergirnos completamente en la fuerza de la vida de Dios, que nos rodea y nos llena. Cuando podamos sentir verdaderamente este nivel de Divina Presencia en nuestras vidas, entonces estaremos llenos de esperanza y optimismo. La experiencia de estar sumergido en las aguas de la mikve crea las condiciones que llevan a facilitar tal interna trasformación.
El novio y la novia, cada uno por su parte, han de tomar antes de casarse un curso acerca de cómo cumplir con el código de Taharát hamishpajá. Existen varias halajot que contribuyen para que se instituyan las bases correctas de una familia judía. Al cumplirse mes tras mes, ofrecen la garantía de que la pareja esté rodeada de pureza, respeto, ilusión y amor el uno por el otro, tal como en el día de su boda. Contribuye además a que los bebés nacidos de ese matrimonio tengan neshamot (almas) con altos niveles de pureza espiritual.
La mikve de la novia es un momento de especial celebración, ya que se glorifica la construcción de un nuevo hogar en el pueblo de Israel. Esto se realiza uno o algunos días antes de la boda. La novia, quien tiene un estado de impureza desde la llegada de su menarquía, luego de contar varios días limpios y de una previa preparación física y espiritual, se sumerge diciendo una bendición, de manera recatada, con el fin de que luego de la boda pueda convivir con su esposo.
Es importante aclarar que solamente una novia o una mujer casada pueden entrar en la mikve, con la finalidad de esta posterior unión exclusiva con su marido.
Según la medicina reproductiva, el ciclo ideal de la mujer tiene una duración de 28 días o más, ovulando en el día 14. Esto da tiempo, a la mayoría de las mujeres con ciclos regulares, de realizar la inmersión aproximadamente el día 12 del ciclo, y a posteriori lograr el embarazo, ya que desde ese día ocurre su ventana más fértil. Según los médicos expertos en el área, estos tiempos de separación y de unión son propicios tanto para la salud de la mujer como para el desarrollo de embarazos saludables.
Una mikve es tan esencial en la vida de una familia judía, que su existencia en una comunidad es aún más prioritaria que una sinagoga o un Séfer Torá. Esto se debe a que la mikve se relaciona directamente con la calidad y pureza de las generaciones futuras. Ahí se afianza la base del éxito del crecimiento de los hijos, para que estén abiertos a cumplir con los valores judíos. En la Torá está escrito: “La gloria de la hija del rey está en su interior”. El recato y las leyes de Taharát hamishpajá van juntos, ya que son parte de la pureza en la cual se erige un hogar judío. En la ciudad de Caracas se encuentran actualmente en funcionamiento cuatro mikvaot: en la Unión Israelita de Caracas, la sinagoga Maguén David, la sinagoga de Jabad Lubavitch, y la recientemente inaugurada Maim Jaim (“Aguas de vida”) en el Centro Social, Cultural y Deportivo Hebraica.
Realidad: Cualquier mujer que cumple las leyes de Taharát hamishpajá sabe que es una experiencia que la eleva. Al practicar las leyes de la Torá acerca de la intimidad, las relaciones se santifican. El matrimonio se convierte en un modelo de real amor y respeto.
Realidad: Cada mitzvá que hace una persona le trae sus bendiciones a ella y a todo el mundo, especialmente las mitzvot relacionadas con la pureza familiar. Observando estas leyes, marido y mujer mantienen la ilusión y respeto mutuos, esenciales para cualquier buen matrimonio. Este secreto ha permitido construir familias judías durante miles de años. Considéralo un punto por el cual empezar a observar tu Judaísmo.
Realidad: La mikve no tiene relación con la limpieza física, sino con recobrar vida. La inmersión lleva del estado de impureza al de pureza. Estas dos palabras no tienen nada que ver con limpieza y suciedad: la mikve es acerca de la inmersión del alma.
La impureza se refiere al hecho de que esa mujer tuvo el período, porque no hubo creación de una vida en el mes anterior: reconoce la ausencia de una nueva vida en ella. La pureza la lleva a un estado que le da de nuevo el potencial de traer vida a este mundo.
Realidad: Las mikvaot construidas en Caracas, y en el resto del mundo, por lo general son elegantes, modernas y como una especie de spa, con un estricto control de higiene.
Realidad: Un esposo judío puede apreciar el uso de la mikve, y la disciplina asociada a ello ayuda a producir una relación marido-mujer en continua renovación. La luna de miel no se acaba, la atracción se mantiene tan fuerte como el primer día de haberse conocido.
Como es del conocimiento de la kehilá, el año pasado se certificó que un depósito hallado en 2013 en la ciudad de Coro, estado Falcón, era una mikve de mediados del siglo XIX, la más antigua descubierta en Venezuela (ver NMI N° 2018).
Sin duda, el momento más extraordinario fue ver al rabino Samuel Garzón de la AIV entrar en la mikve y realizar con paciencia y concentración su tarea de certificarla como tal. Dijo emocionado el rabino Garzón, como una metáfora: “Sumergirse en una mikve, en esa agua pura, semeja sumergirse en el líquido amniótico materno primigenio; es sumergirse en el agua de la Creación, en el Génesis, donde primero fue el agua”.
Es para mí un gran honor tener la oportunidad de inaugurar una obra de tanta importancia y tan significativa para nuestra kehilá. Contamos con excelentes opciones en nuestra comunidad, pero el hecho de poder tener una mikve en Hebraica será sin duda una bendición, y una oportunidad única de acercar más y más mujeres al cumplimiento de esta mitzvá de tanta relevancia para la felicidad conyugal.
El reciente acto de inauguración de la mikve Maim Jaim contó con las emotivas palabras de Isaac Cohén, rabino principal de la AIV, quien avaló y felicitó este nuevo activo que la comunidad tiene ahora para su uso, provecho y bendición.
El rabino agradeció y bendijo a las familias que tuvieron la idea y aportaron para la creación de la mikve, y a los ejecutores del proyecto que lo llevaron a su completa realización.
El rabino Chaim Raitport, satisfecho por su gestión en la construcción de la mikve, también felicitó y auguró muchas bendiciones para la comunidad.
El hecho de que esta mikve haya sido ideada, diseñada y construida de la mano de yehudim conocedores del tema, le otorga un valor agregado, por las energías puestas en el proyecto y la adecuada realización del mismo, por su carácter tan espiritual. Kol hakavod a Albert Israel y a Mimón Serruya, por haber puesto lo mejor de ustedes. Kol hakavod a todas aquellas mujeres que pusieron su granito de arena, para que su utilización sea cómoda y adecuada a las necesidades de la mujer judía y venezolana de hoy. Kol hakavod al equipo de balaniot, dispuestas a salir de sus hogares en horas de la tarde-noche para atender a las usuarias de la mikve.
Baruj Hashem, Hebraica tiene mucho zejut (mérito). ¿Cuántas probabilidades había de que los tanques, que no se habían podido llenar porque las lluvias no alcanzaban, de pronto quedaran al nivel adecuado gracias a que una semana antes de la inauguración pasó una tormenta por el Caribe? ¿Cuántas probabilidades había de que el día de la inauguración, esa misma noche, la primera señora se sumergiera? ¡ Zejut de Hebraica! Hashem está mandando su berajá, ¡hay muchas señales de que así es! Esta es la magia de Hebraica.
Mientras que la Creación fue un proceso de caída, rompimiento, separación y división, en el que Dios se alejó del mundo para permitir su existencia, la redención, por el contrario, es un movimiento de elevación, reparación, unión y reencuentro, la lucha del hombre por la unión con su prójimo, y especialmente el reencuentro del hombre con Dios.
Este el gran propósito de los preceptos de la Torá: elevar los elementos materiales de la vida, como puede ser considerada la intimidad de una pareja, trasformándola en un acto de santidad que atrae la presencia divina al mundo y lo eleva.Este es el anhelo final del Judaísmo, unir el espíritu y la materia, lo masculino y lo femenino, y mostrar que todos los aspectos de la vida y todos los fenómenos del universo no son más que la manifestación de la voluntad divina. Asimismo, las aguas divididas, en el proceso de la Creación, volverán a juntarse y el espíritu de Dios flotará nuevamente sobre la superficie de las aguas de la sabiduría, como afirma el versículo:
והיה ביום ההוא יצאו מים חיים מירושלים …והיה ה' למלך על כל הארץ ביום ההוא יהיה ה'
אחד ושמו אחדMaim Jaim, aguas vivas, es el nombre de este sagrado recinto.
En los versículos citados, que forman parte de la haftará del primer día de Sucot, festividad relacionada con el agua, el profeta Zejaria (Zacarías) afirma: “Y será en ese día que brotarán aguas vivas de Yerushalaim”.
Para mí es motivo de gran emoción cada vez que se inaugura una mikve en el país. Cuando llegué a Caracas, hace 24 años, el uso de la mikve no era común; las muy pocas que querían cumplir, iban a la mikve de Shomréi Shabat, una experiencia inolvidable para las que la vivieron. El conocimiento sobre el tema era muy escaso.
Yo era muy joven, conocí en Caracas una muy bella, viva y activa comunidad, y me dolía mucho esa ausencia en la práctica del Judaísmo. Así que poco a poco, con la ayuda del rabino Brener, logramos reconstruir de nuevo la mikve de la Unión Israelita de Caracas, y nos enfocamos en el confort y comodidad para todos los judíos del país.
Al mismo tiempo, comencé a ofrecer clases pre-matrimoniales a las novias para que tuvieran la opción de entender la razón por la cual cumplir con este importante precepto.
La bendición en el país fue notable, más y más personas comenzaron a acercarse a la religión, en poco tiempo la presencia de mujeres en la mikve se multiplicó, a muchas parejas les gustó esa mitzvá tan bella que trae paz y felicidad al hogar, y además se volvieron personas bastante observantes.
Hoy en día, casi todas las novias estudian estas clases pre-matrimoniales con múltiples mujeres que las imparten, además existen bellas mikvaot, y lo más importante, es un concepto muy bien aceptado en la comunidad.
Una mujer que no podía tener hijos hizo una donación para la construcción de la mikve, y después de sumergirse, al pie de la halajá, en la nueva mikve, quedó embarazada milagrosamente.
Y así, muchas historias.
Junto a mi esposo ayudamos con la construcción de dos mikvaot en la comunidad, primero en la Unión Israelita y ahora en Hebraica. Muchos de los miembros de la comunidad con quienes tuvimos relación para ello, comentaron que la mejor parte fue la gran cantidad de información y conocimientos sobre la ley judía que ganaron al trabajar en el proyecto. Dicen los sabios que si una persona tiene la oportunidad de poder salvar una ciudad completa de la destrucción, de seguro hará todo lo posible para hacerlo, sintiéndose muy afortunada y agradecida por esa oportunidad. Así o mayor es el mérito de las personas que ayudan a mantener la pureza familiar en la comunidad judía.
Estoy muy agradecida a Hashem por haberme dado estas oportunidades, y por tener el gran mérito de ver tan obvios resultados.
Rabanit Milka Raitport
La apertura de la mikve de Hebraica ha tenido una reacción muy positiva en pocos días. Muchas mujeres se han acercado, contando que antes cumplían la mitzvá de Taharát hamishpajá, pero habían dejado de hacerlo porque sentían que no contaban con una opción segura. Ahora, con la mikve de Hebraica, la retomarán. Otras, con curiosidad, ilusión y aprovechando esta cómoda opción, se acercaron a decirme que quisieran empezar a realizar esta mitzvá un mes tras otro. Algunas que ni siquiera entraron como novias, sienten que no conocieron esa parte del Judaísmo, y quieren hacerlo ahora.
La mikve Maim Jaim, aparte de ser hermosa, goza de un ambiente muy bonito, está equipada con todas las comodidades y artículos de limpieza personal y cosméticos de alta calidad, con el fin de dar a las mujeres un servicio completo para que puedan prepararse para la inmersión, y luego para que puedan salir arregladas, consentidas y relajadas. Las balaniot están preparadas para tratar a las usuarias con privacidad, discreción, siempre actuando con tzniut y amabilidad. Somos varias, lo que hace que todos los días pueda haber alguien para atenderlas como ustedes merecen.
Rabanit Hadara Weisman
Desde chiquita veía a mi mamá salir a cuidar la mikve. Cuando yo comencé, hace más de 20 años, iba algunas noches, pero la frecuencia se fue incrementando paulatinamente hasta ser algo fijo y constante. En nuestra comunidad se suman cada día más mujeres que aportan su eslabón único y especial, aprendiendo del ayer, viviendo el hoy y apuntando hacia el futuro, trasformándolo.
La experiencia de acompañar a cada una a la mikve es indescriptible, increíble. Es un regalo tener la oportunidad de percibir las plegarias más intensas, y ver literalmente cómo salen del corazón y ascienden a las alturas, pues es una vivencia totalmente espiritual. Es especial sentir cómo al entrar en el agua la persona suelta todo su bagaje, y sale más que renovada, como otra persona, efectivamente regenerada. Sus lágrimas de petición/ frustración/ agradecimiento, uniéndose con las aguas de la mikve.
Además, es una experiencia femenina y privada, en la que una como acompañante tiene el mérito de vislumbrar a la mujer encontrarse a sí misma, prepararse para reencontrarse con su marido, conectarse con Am Israel y finalmente con Dios.
Cada mujer es única, y la grandeza está en saber atrapar los momentos de la rutina de su vida y llenarlos de sentido y contenido, elevándolos, y trasformando lo que pareciera un “corre-corre” en ofrendas para Dios.
La Torá siempre nos guía para mantenernos en búsqueda de la pureza, puesto que esta es sinónimo de vida. Es honrar la muerte de oportunidades perdidas, apreciando las nuevas oportunidades que la vida nos regala. Pues la vida es, en esencia, traer el cielo a la Tierra.
Rabanit Chani Perman de Rosenblum
FUENTES