Integrantes de la promoción 1974 ante el afiche que conmemora el aporte realizado al colegio
Los egresados de la promoción 1974 “David Ben Gurión” del Colegio Moral y Luces Herzl Bialik hicieron entrega a esa institución de un donativo, destinado a apoyar económicamente a alumnos que lo requieren para cursar sus estudios.
El acto, efectuado en el Salón de Usos Múltiples del Liceo, fue un encuentro pleno de satisfacción y nostalgia, y constituyó la culminación de las celebraciones por el 50 aniversario de esa promoción.
Ela Arnstein, coordinadora de eventos del SEC y quien fungió como maestra de ceremonias, dio la bienvenida a los representantes de la promoción y las autoridades comunitarias:
“Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a la promoción “David Ben Gurión” por su generoso donativo, el cual contribuirá de manera significativa a las mejoras educativas de nuestro colegio. Este aporte no solo refleja el compromiso de nuestros exalumnos con la educación, sino que será fundamental para brindar apoyo a estudiantes que requieren asistencia financiera, asegurando que todos tengan acceso a una educación judía de calidad”.
Deborah Mizrahi de Sananes, presidenta de la Junta Directiva del Sistema Educativo Comunitario, agradeció el valioso aporte de la promoción 1974:
“Hoy, 50 años después, regresan a demostrar que el orgullo Moral y Luces se celebra no solo con fiestas de reencuentros, sino dando un ejemplo de solidaridad y compromiso con la educación judía en nuestra comunidad.
(…) “Tener la iniciativa de levantar fondos, para de forma desinteresada ayudar a quienes hoy están pasando por momentos muy difíciles, es un gesto de una grandeza inconmensurable. Cada niño que es apoyado tiene la oportunidad, sin distinción, de formarse en un colegio que apunta a la excelencia educativa, donde se conecta con sus raíces y cultura judía y adquiere herramientas para sobresalir en las universidades nacionales y del mundo.
(…) “Quiero, en nombre de la Junta Directiva del SEC, agradecerles a todos ustedes por el apoyo, por sostener intacto el vínculo con nuestro colegio, no con el edificio sino con nuestra identidad. Ustedes, exalumnos, son vitales para sostener este proyecto para futuras generaciones. ¡Sigan inspirando y dando el ejemplo!”
La rabanit Hadara Weisman apuntó el hecho de que en 1974, cuando egresó la promoción “David Ben Gurión”, Israel y el mundo judío acababan de recibir el duro golpe de la Guerra de Yom Kipur del año anterior. Y ahora, 50 años después, hemos recibido otro terrible golpe: los sucesos del 7 de octubre de 2023. Pero agregó que, igual que en la próxima festividad de Tu Bishvat celebraremos el producto de la siembra, con este acto se está sembrando una semilla de educación que dará frutos para todo el pueblo judío en el futuro.
Isaac Benjamín, presidente de la Asociación Israelita de Venezuela y vicepresidente del Vaad Hakehilot, expresó:
“Cada generación recibe un legado invaluable: una educación basada en valores, identidad y conocimiento. Y hoy, cincuenta años después de su graduación, los integrantes de la promoción David Ben Gurion 1974 regresan para dar testimonio de ese legado con un acto de solidaridad y responsabilidad.
(…) “La educación en el judaísmo no es solo la transmisión de conocimientos; es el hilo conductor que une generaciones, la piedra angular sobre la que se construye nuestra comunidad. Desde tiempos ancestrales, el estudio de la Torá, el amor por el aprendizaje y la dedicación a la enseñanza han sido la base de nuestra continuidad como pueblo. Sin colegio, no hay comunidad. Sin educación, no hay futuro.
(…) “Siguiendo el espíritu de David Ben Gurión de promover la educación, la Promoción 1974, representada hoy por todos ustedes aquí presentes y muchos otros compañeros fuera del país, han decidido hacer un donativo muy especial. Conscientes de la importancia de la educación como garantía de continuidad, han reunido fondos para asegurar que aquellos niños y jóvenes que enfrentan dificultades económicas puedan continuar su formación dentro del Sistema Educativo Comunitario.
“Pero esta contribución es mucho más que una ayuda financiera: es una promesa de continuidad. Así como hace 50 años ustedes compartieron las aulas de nuestro colegio, confiamos en que, dentro de otros 50 años, aquellos niños que hoy reciben su apoyo estarán aquí, fortaleciendo la comunidad y perpetuando esta hermosa tradición.
“Querida promoción 1974, ustedes llevan en el corazón el espíritu de nuestro colegio, el compromiso con nuestra comunidad y el amor eterno por Eretz Israel. Porque juntos aprendieron, crecieron y hoy siguen construyendo el futuro con los valores que los definen y los hacen tan especiales”.
Palabras de León Eskenazi, miembro de la promoción 1974 y quien coordina sus actividades
“Hoy volvemos a nuestro querido colegio, un lugar que nos vio crecer y formarnos, y que, aunque luce distinto al que dejamos, sigue siendo el hogar de incontables recuerdos y aprendizajes. Regresamos con el corazón lleno de orgullo y emoción para hacer entrega de un significativo donativo, símbolo de nuestro eterno agradecimiento a esta institución que tanto nos dio.
“Esta contribución no es solo un gesto material, sino un reflejo del profundo lazo que nos une a nuestra comunidad educativa. Con ella, queremos asegurar que aquellos estudiantes cuyas familias atraviesan dificultades económicas puedan continuar su camino académico sin obstáculos, así como en su momento muchos de nosotros recibimos el apoyo que nos permitió avanzar y alcanzar nuestros sueños.
“Nuestra promoción entendió desde el primer momento la importancia de este acto, pues somos testigos de cómo la comunidad siempre ha tendido una mano amiga. Como muchas generaciones que pasaron por estas aulas, nuestra promoción estuvo conformada por familias de diversos orígenes, muchas de ellas forjando un nuevo comienzo tras haber dejado atrás sus tierras natales. Desde Europa Oriental hasta Marruecos, desde España hasta América Latina e Israel, compartimos historias, valores y anhelos bajo el mismo techo, en un colegio que nos enseñó el verdadero significado de la solidaridad y la unión. Durante los años que cursaba la primaria, mi padre, el doctor Samuel Eskenazi Z’L, formó parte de la directiva de la Asociación Israelita de Venezuela, presidida en aquel entonces por el doctor Gonzalo Benaim Z’L, y aún recuerdo su relato de la tarea que les tocó para lograr conseguir una gran ayuda de la Unión Israelita de Caracas para todos esos niños que iban llegando en similares circunstancias, varios pertenecientes a nuestra promoción.
“También recordamos con nostalgia aquellos días de democracia y libertad, tiempos en los que todo parecía constante y sencillo: el pan de a locha siempre costaba lo mismo, el pasaje en por puesto desde San Bernardino a Sabana Grande no variaba, un perrito bolichero en Puerto Azul mantenía su precio, y el cine (mi bolívar) seguía siendo nuestro escape favorito. Crecimos en una época donde los sueños se tejían con esperanza y donde nuestra promoción, unida, logró liderar el Centro de Estudiantes por dos años consecutivos, dejando huellas imborrables en nuestras vidas.
“Hoy, al regresar a estas aulas, evocamos con cariño a nuestros maestros, en especial a nuestro padrino José Jesús Carvajal, así como a Mario Nassí, Efraim y Yafa Algom, y Jacob Benzaquén Z’L, quienes siempre nos han recordado con el mismo afecto con el que nos guiaron. Su dedicación y enseñanza siguen siendo faros en nuestro camino. Así mismo, nos satisface y es motivo de orgullo ver que sea Deborah de Sananes, hija de uno de nuestros compañeros de promoción, Benedetto Mizrahi, a quien le corresponde recibir nuestra contribución.
“Con este donativo reafirmamos nuestro compromiso con las nuevas generaciones, con los docentes y directivos que día a día luchan por mantener viva la excelencia educativa. Que este aporte sirva para construir futuros brillantes, del mismo modo que nuestro colegio lo hizo con nosotros. Porque lo que aquí aprendimos, dentro y fuera de las aulas, sigue latiendo en nuestros corazones”.
Redacción NMI.
Fotos: NMI y SEC.
