Entrevista
Bioanalista e inmunóloga, acaba de ser galardonada con el premio “Carlos Benaím Pinto” a su trayectoria académica y de investigación por la Sociedad Venezolana de Alergia, Asma e Inmunología, tras 45 años de una labor que aún continúa. En esta entrevista reflexiona sobre su labor, y la gratificación de haber contribuido a formar nuevas generaciones
Sami Rozenbaum
NMI. ¿En qué consiste tu trabajo?
PO. Trabajo en bioanálisis aplicado a la Inmunología, al inmunodiagnóstico, como servicio asistencial. También me he dedicado a la docencia y la investigación. Tengo investigaciones publicadas, sobre todo en el área de de los marcadores tumorales en cáncer. Hemos publicado investigaciones sobre pacientes con cáncer de mama en la población venezolana, y también en pacientes con linfoma.
Me desempeñé en el Instituto de Oncología y Hematología del Ministerio del Poder Popular para la Salud, que está localizado, por un convenio, en la Universidad Central de Venezuela. Dentro del Instituto hemos podido desarrollar líneas de investigación en el área de la Inmunología, y dentro del mismo Instituto se crearon dos posgrados reconocidos por la UCV, uno de Inmunología Clínica y otro de Inmunología de Laboratorio, dirigidos a médicos y bioanalistas. Es decir que se trata de un trabajo integral: actividad asistencial, actividad docente para los alumnos del posgrado, y la investigación.
Estuve en el Instituto hasta 2016, pero después de jubilada sigo apoyándolo, y también en la docencia cuando me lo solicitan.
¿Qué aspecto de tu labor ha reconocido el Premio “Carlos Benaím Pinto”?
La verdad es que el premio me tomó por sorpresa. Es un reconocimiento que da la Sociedad Venezolana de Asma, Alergia e Inmunología por trayectoria académica y de investigación. Yo activo en la sociedad, siempre trabajo en la organización de los congresos, de las jornadas para médicos y bioanalistas, pero la verdad es que no estaba al tanto de que me darían el premio.
Cuando me llamó el doctor Joselitt Torres, el vicepresidente, y me dijo “Mira, te quiero decir que fuiste seleccionada para recibir un premio”. “¿Qué premio? ¿De qué me hablas?”. “Sí, un premio”. Yo le decía “Pero si ya estoy jubilada, no estoy trabajando en este momento. ¿Qué premio me van a dar a mí? No, yo no merezco eso, ahorita no estoy activa. Hay gente que sí está activa, trabajando”. Pero me respondió: “No, eso es por tu trayectoria académica, y lo hemos decidido por unanimidad”. Me cayó así como un balde de agua fría.
Ese premio «Carlos Benaím Pinto» se otorga el 14 de julio de cada año, fecha en que se conmemora el Día de la Alergología y la Inmunología. Y yo me dije bueno, es una oportunidad de agradecer públicamente a todos los que han recorrido esta trayectoria conmigo durante 45 años, desde mis tutores, mis mentores, mis profesores y compañeros de trabajo, hasta mis compañeros de laboratorio, todos los que caminaron conmigo durante esta vida, y por supuesto mi familia.
Momento en que recibió el galardón “Carlos Benaím Pinto”
¿Quién era Carlos Benaím Pinto?
Fue el primer alergólogo-inmunólogo de formación en Venezuela, fundador del Servicio de Alergología e Inmunología del Hospital de Niños. También fundó la Sociedad, y publicó numerosos trabajos en el área de alergia, tanto a nivel nacional como internacional.
Me emocionó mucho conocer unas palabras que él expresó en una oportunidad, fíjate qué humilde fue: “El largo tiempo en que presté cuidados de enfermos y a la docencia fue el tiempo mejor gastado de mi vida, pagando la deuda que los afortunados que pudimos estudiar tenemos con nuestros semejantes enfermos de pocos recursos”. Siento como que él me está trasmitiendo una antorcha de luz generacional, siendo además un correligionario. Porque eso mismo siento yo: uno puede dedicarse a su vida, a su trabajo, pero siempre tienes que pensar en los más necesitados, siempre tienes que ser solidario.
Yo también desarrollé una actividad privada durante 27 años, en un laboratorio particular. Paralelamente a la actividad en el instituto trabajé con Elena Levin de Cohen, a quien admiro; para mí es una de las mejores bioanalistas, especialista en hematología, y nosotras siempre, aun en el servicio privado, teníamos también ese gesto de solidaridad con las personas de bajos recursos. Y en el área de atención pública, donde estuve. 40 años, era fundamental el contacto con el paciente, verlo a los ojos, escucharlo, ver su alma. Después, bueno, se le hacen las pruebas que necesita. Pero eso te da una sensibilidad especial, te hace ser más humana. Entender al ser humano es parte fundamental de la misión de la profesión médica.
De izquierda a derecha: Ethy Oziel, Priva Zabner de Oziel, Dr. Joselitt Torres, Dra. Diana Ortiz
¿Cuál ha sido la mayor satisfacción de tu carrera?
Poder servir a la sociedad. Dar lo mejor de mí. Ayudar a que los pacientes se sientan mejor.
Mi esposo Marcos también trabaja en el área de la salud, es cirujano plástico. Tiene como 30 años en “Operación Sonrisa de Venezuela”, la cual preside, institución que opera gratuitamente a los niños que tienen labio leporino. También trabaja en la Cruz Roja y estuvo 45 años en el Hospital de Coche, además de su actividad privada. Mi hija Ethy es médico especialista en medicina física y rehabilitación, médico del deporte. Mi hijo Bernardo se dedica a otra especialidad, no al campo médico. Pero nosotros no conocemos otra forma de vivir sino trabajando con vocación de servicio, sobre todo hacia el más necesitado.
¿Has enfrentado algún obstáculo en tu trabajo a lo largo de estos años? ¿Cuál ha sido la parte más difícil?
Bueno, desde el punto de vista de trabajar en una institución pública, los obstáculos son los recursos que siempre necesitamos. Los que trabajamos en el área de la salud siempre requerimos recursos para poder cumplir la actividad asistencial, poder hacer las pruebas, desarrollar los proyectos de investigación. Siempre necesitamos más recursos, donaciones, que el Estado nos apoye. Tratamos de hacer lo mejor que podemos, desde donde estamos, con lo que tenemos.
Con su esposo Marcos y su hija Ethy
Muchos se han ido, pero muchos están aquí. A mí me enorgullece ver en la Sociedad Venezolana de Alergia, Asma e Inmunología, que quienes están dirigiéndola han sido mis alumnos, y son brillantes, muy brillantes. Mi mayor satisfacción es que mis alumnos han superado a la maestra, y yo me doy por bien servida. Estoy muy orgullosa, son excelentes profesionales. A donde van son excelentes.
Hay que trabajar por la excelencia. Dar lo mejor de sí. Siempre pensar en los más necesitados. Vivir el presente. Cuidarse mucho. Y más allá del hacer, es ser los seres humanos que queremos ser, en los que nos queremos convertir.
Priva Zabner de Oziel es bioanalista egresada de la Universidad Central de Venezuela (1976). Cursó una maestría en Biología, mención Inmunología, en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC, 1982), y un doctorado en Bioanálisis, mención Inmunología, en la UCV (2010). Ha laborado como bioanalista en el Hospital J. M. de los Ríos y en el Centro de Salud Cúpira, en el estado Miranda. Posteriormente fundó el Instituto de Oncología y Hematología de la Escuela de Bioanálisis de la Facultad de Medicina de la UCV, en la que trabajó desde 1978 como investigadora del Laboratorio de Inmunología.
Ha presentado más de 25 trabajos científicos en congresos en Venezuela, Estados Unidos, Hungría, Argentina y Alemania, y cuenta con más de 15 publicaciones en revistas especializadas. Su labor ha sido reconocida con el Premio Científico Bernardo Guzmán Blanco, otorgado en el marco del II Congreso Venezolano de Oncología (1996), el premio al mejor trabajo de las Jornadas Científicas del Hospital Naval Dr. Raúl Perdomo Hurtado (2006), y ha recibido la condecoración Rafael Rangel en su segunda clase (1991).
Fuente: Diccionario de cultura judía en Venezuela.
Fragmento del discurso de agradecimiento
“Tomando como referencia tres enseñanzas judaicas del libro de los Preceptos de nuestros Padres, Pirké Avot, aprendemos que sabio es aquel que está presto a aprender. Así, la Sociedad Venezolana de Alergia, Asma e Inmunología es sabia y admirable en el constante empeño de organizar sus congresos, abriendo espacios para el aprendizaje y actualización. La segunda enseñanza señala que afortunado es el que está contento con lo que tiene, y esta cualidad la refleja el Dr. Carlos Benaím Pinto en sus pensamientos y acciones; y la tercera enseñanza refiere que honorable es aquel que honra a otros, aquí vemos la honorabilidad de la SVAAI al distinguir a sus miembros”.