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E n mayo de 1987, Yuli Edelstein llegó a Israel tras haber estado detenido durante más de tres años como “prisionero de Sión” en la Unión Soviética. Exactamente 30 años después regresará a Moscú, esta vez como vocero (presidente) de la Knesset de Israel, e invitado por el país que lo encarceló.
Esta será la primera oportunidad en que un presidente de la Knesset se dirija al Parlamento ruso (Duma). Además, Edelstein hablará en una sesión especial de la Cámara Alta del Consejo de la Federación Rusa. El discurso será en hebreo y ruso, y se centrará no solo en las relaciones entre ambos países sino en la experiencia de Edelstein y su emigración de la URSS, según su portavoz.
Edelstein será recibido como invitado de la presidenta del Consejo de la Federación, Valentina Matviyenko, quien le extendió la invitación después de visitar la Knesset el año pasado y tras firmar un acuerdo de cooperación con el Parlamento israelí.
Edelstein se reunirá con el canciller ruso, Sergei Lavrov; el presidente de la Duma, Vyacheslav Volodin, y varios legisladores rusos. También se encontrará con los líderes de la comunidad judía de Moscú, y visitará el Museo Judío y el Centro de la Tolerancia de la ciudad.
Pero más allá de las reuniones diplomáticas de alto nivel, el viaje tiene un significado personal particular para Edelstein, quien fue enviado a prisión bajo acusaciones falsas sobre drogas, al ser sorprendido enseñando lecciones clandestinas de hebreo.
Luego de denegarle una petición de emigrar a Israel, Edelstein se convirtió en un prominente “prisionero de Sión” con su entonces esposa Tatyana, quien luego dirigió los esfuerzos para su liberación. Finalmente fue puesto en libertad en 1987, en vísperas del Día de la Independencia de Israel.
Poco antes de su cita en la Duma, Edelstein visitará el apartamento de Moscú donde enseñaba hebreo, el sitio de su arresto, y la prisión en la que permaneció antes de ser trasladado a un campo de trabajo siberiano.
Con información de The Times of Israel