Seis motivos para esta popular costumbre
Rav Shraga Simmons*
La delicia de los blintzes y el cheseecake (torta de queso)… Comer una cena láctea en Shavuot es una antigua tradición. Pero, ¿cuál es su origen? Aquí hay seis fascinantes razones.
Cuando el pueblo judío recibió la Torá en el Monte Sinai, en ella estaban incluidas las instrucciones de cómo sacrificar a los animales y preparar la carne para comerla. Hasta entonces los judíos no habían seguido estas leyes, por lo tanto toda su carne —además de las ollas— eran ahora consideradas «no kasher». Por lo tanto, la única alternativa fue comer lácteos, lo que no requería preparativos previos.
Esto, sin embargo, hace surgir una pregunta: ¿Por qué los judíos no sacrificaron nuevos animales, «kasherizaron» sus ollas en agua hirviendo (hagalá), y cocinaron carne fresca?
La respuesta es que la revelación en Sinai ocurrió en Shabat, cuando matar animales y cocinar está prohibido.
Increíblemente, ese día en el Sinai fue la primera vez que los judíos comieron productos lácteos. Hay una prohibición general de «comer un miembro de un animal vivo» (ever min hajai), lo que lógicamente debería incluir a la leche, el producto de un animal vivo. Ever min hajai es en realidad una de las Siete Leyes de Noé, que los judíos observaban antes del Sinai (y que recaen sobre toda la humanidad desde los días de Noé).
Sin embargo, al recibir la Torá, que se refiere a la Tierra de Israel como una tierra de la «que mana leche y miel» (Éxodo 3:18), los productos lácteos pasaron a estar permitidos para los judíos. En otras palabras, en el mismo momento en que la carne que tenían se convirtió en prohibida, lo lácteo se convirtió en permitido. Ellos comieron lácteos en ese primer Shavuot, y nosotros lo hacemos hoy también.
Los blintzes son una tradicional receta láctea para Shavuot de los judíos asquenazíes
(Foto: https://www.gourmet4life.com)
La Torá es comparada con la leche, tal como dice el versículo «Como la miel y la leche [la Torá] se encuentra bajo tu lengua» (Cantar de los Cantares 4:11). Como la leche tiene la habilidad de nutrir al ser humano (es decir, un bebé que es amamantado), así también la Torá provee la «nutrición espiritual» necesaria para el alma humana.
La guematria (valor numérico) de la palabra leche en hebreo, jalav, es 40. Comemos productos lácteos en Shavuot para conmemorar los 40 días que Moisés pasó en el Monte Sinai recibiendo instrucciones sobre toda la Torá (Moisés pasó 40 días adicionales en Sinai, rezando para pedir perdón después del Becerro de Oro, y luego un tercer período de 40 días antes de retornar con un nuevo juego de tablas de la ley).
El valor numérico de jalav, 40, tiene un significado adicional: pasaron 40 generaciones desde Moisés, quien recibió la Torá Escrita, hasta la generación de Ravina y Rab Ashi, quien escribió la versión final de la Torá Oral, el Talmud.
Más aún, el Talmud comienza con la letra mem —guematria 40— y también termina con mem.
De acuerdo al Zohar, cada uno de los 365 días del año se corresponde con uno de los 365 mandamientos negativos de la Torá. ¿Qué mitzvá corresponde al día de Shavuot?
La Torá dice: «Traigan Bikurim (los primeros frutos) al Sagrado Templo de Dios; no cocinen al cabrito en la leche de su madre» (Éxodo 34:26). Ya que el primer día para traer los Bikurim es Shavuot (de hecho, la Torá llama a Shavuot «la fiesta de los Bikurim«), la segunda parte de ese versículo, acerca de la carne y la leche, es el mandamiento negativo correspondiente al día de Shavuot. Así, en Shavuot comemos dos cenas, una de carne y una de leche, teniendo cuidado de no mezclarlas.
Curiosamente, se nos instruye de no utilizar la misma hogaza de pan para una cena de carne y luego para una cena de leche, por temor a que alguna sustancia de carne haya salpicado el pan. Por lo tanto, al comer dos cenas inevitablemente tenemos dos hogazas de pan. Estas corresponden a las «Dos Hogazas de Pan» especiales que eran ofrendadas en el Templo para Shavuot.
Un nombre alternativo para el Monte Sinai es Har Gavnunim, la montaña de las cimas majestuosas. La palabra en hebreo para queso es gviná, relacionada etimológicamente con Har Gavnunim. Además, la guematria de gviná (queso) es 70, correspondiente a las «70 caras de la Torá».
Moisés nació el séptimo día de Adar, y permaneció por tres meses con su familia antes de ser puesto en el río Nilo el día 6 de Siván.
Moisés fue rescatado por la hija del Faraón, quien lo adoptó y lo llevó a vivir en el palacio del Faraón. Pero inmediatamente surgió un problema: ¿con qué alimentar al bebé? En aquellos días no existía la leche maternizada en polvo, así que cuando la madre biológica no estaba disponible, había que contratar una nodriza. En el caso de Moisés, él rehusaba constantemente ser amamantado por nodrizas egipcias. El Talmud explica que su boca necesitaba mantenerse totalmente pura, ya que algún día se comunicaría directamente con Dios. Finalmente, la hija del Faraón encontró a una mujer de la cual Moisés accedió ser amamantado: Yojeved ¡su madre biológica!
Aprecien la ironía: el decreto homicida del Faraón contra los bebés judíos fue planeado específicamente para prevenir una nueva generación de liderazgo judío. ¿Qué pasó en cambio? Moisés, el futuro gran líder judío, fue criado, educado y entrenado, justo bajo las narices del Faraón, en su propia casa, ¡y a costas del Faraón! Pues a la madre de Moisés se le pagaba un sueldo.
Comer alimentos lácteos en Shavuot conmemora este fenómeno de la primera infancia de Moisés, que ocurrió el sexto día de Siván, el día en que cae Shavuot.
*Co-editor de Aish.com en Jerusalén.
Fuente: aishlatino.com.
Versión NMI.