Pésaj conmemora la salida del pueblo de Israel de Egipto, lo que marcó el nacimiento de la nación judía hace más de 3000 años. Durante una semana se festeja nuestra libertad espiritual, más que la física, pues tras la liberación de la esclavitud los hebreos debían forjarse como nación, Am Israel, aceptando la Torá y las mitzvot en Har Sinai
El nombre de la festividad viene de la raíz hebrea P-S-J, cuyo significado es “saltar” o eximir. Esto se refiere al hecho de que Dios “saltó” las casas de los hebreos cuando aplicó la décima plaga, que afectó a los primogénitos en Egipto. El nombre de Pésaj se refiere también a la ofrenda que se realizaba en el Templo de Jerusalén durante esta festividad.
Pésaj es una de las tres festividades principales que tienen significados tanto históricos como agrícolas (las otras dos son Shavuot y Sucot). Agrícolamente, representa el comienzo de la cosecha de la cebada en Israel. También es conocida también como Jag Aviv (fiesta de la primavera), Jag Hamatzot (fiesta de las matzot) y Zman Jerutéinu (tiempo de nuestra libertad).
La observancia más significativa de Pésaj tiene que ver con remover el jametz (fermento de los cinco principales granos: trigo, centeno, cebada, avena y espelta o escanda) de nuestras casas. Nos recuerda el hecho de que los hebreos no tuvieron tiempo de dejar levar el pan cuando abandonaron Egipto. Eliminar el jametz es, además, una manera simbólica de remover la arrogancia y el orgullo de nuestras almas.
El séder es lo más importante de la festividad de Pésaj. Esta palabra significa literalmente “orden”, y se refiere a la disposición rigurosa de los servicios en el banquete en la primera noche de Pésaj, durante la cual se relata la historia del éxodo de Egipto, continuando la tradición oral que se remonta a los tiempos bíblicos (en la diáspora se hace séder las dos primeras noches de Pésaj).
A los niños se les anima a hacer preguntas acerca de la narración, y el niño más pequeño tradicionalmente comienza leyendo Ma Nishtaná, “las cuatro preguntas” que se hacen acerca de las prácticas habituales de la noche del séder. Estas prácticas evocan tanto la amargura de la esclavitud de Egipto (por ejemplo, comer hierbas amargas) como la libertad otorgada por Dios (por ejemplo, la manera en que nos inclinamos para comer “como los reyes”).
Es el libro que se utiliza en el séder para indicar el orden del ritual, los rezos y las historias que se narran, con un énfasis especial en los niños. La palabra hagadá significa en hebreo “instrucción”, aunque también es sinónimo de cuento o narración.
La Hagadá de Pésaj está escrita en hebreo y arameo. Su parte histórica se basa en el libro bíblico de Éxodo (Shemot), a lo que se añaden otras narraciones, e incluso cantos lúdicos para los niños. Algunas de sus partes son todo un símbolo de Pésaj, como las “cuatro preguntas” que leen los más pequeños y ofrecen respuestas y explicaciones sobre el significado de la festividad.
Las muy diversas hagadot manuscritas o impresas a lo largo de los siglos constituyen un rico muestrario del arte y las costumbres de las comunidades judías dispersas por el mundo.
Ponqué blanco kasher Le’Pésaj
Ingredientes:
Preparación:
Separar seis de los huevos. Batir 6 yemas y el huevo entero hasta que esté cremoso. Gradualmente agregar el azúcar, el limón y la ralladura, batiendo constantemente.
Agregar poco a poco la harina de papa hasta que esté homogéneo. Batir las 6 claras con la pizca de sal hasta que suban al doble. Mezclar todo con una espátula.
Meter al horno precalentado a 350 ºF durante 50 minutos.
El platón del séder es el elemento central de la mesa; contiene alimentos que ayudan a celebrar la salida de Egipto y su simbolismo en la historia de Am Israel. Los seis productos tienen un significado especial: maror, hierbas amargas que evocan la amargura de la esclavitud; jazeret, más hierbas amargas; karpas, una verdura (usualmente papa), símbolo de vida, que se sumerge en agua salada para representar las lágrimas de nuestros antepasados; beitzá (huevo), simboliza la ofrenda de la festividad; zeroa, hueso asado de pollo despojado de su carne, también representa las ofrendas que se hacían en el Templo (no se come); y el jaroset, pasta dulce hecha de manzana, nueces y vino, simboliza el barro que usaban los esclavos israelitas en Egipto para fabricar los ladrillos.
Una de las mitzvot más importantes del séder es comer matzá. Este pan ácimo se hace con harina pura y agua que se prepara y se cuece muy rápidamente, por lo que nunca tiene la oportunidad de crecer. Por un lado se la identifica como “pan de la aflicción” y “pan del hombre pobre”, siendo una comida humilde que recuerda los días de la esclavitud; por el otro también simboliza la libertad, ya que fue consumida por los hebreos que a toda prisa salieron de Egipto alcanzando su libertad.
La matzá nos recuerda que debemos ser humildes, cuidarnos para no llegar a ser esclavos de nuestro ego, y saber que somos importantes y amados a los ojos de Hashem sin creernos superiores a nuestro prójimo.
La matzá shemurá (“matzá custodiada”) está hecha del grano que ha sido supervisado desde el momento de la cosecha hasta que sale del horno, para que no entre en contacto con agua ni trazas de levadura (la harina para la matzá regular solo se supervisa desde la molienda). Además es horneada a mano, con la intención específica y la conciencia de que será usada como un vehículo de conexión con Dios: cumplir la mitzvá de comer matzá la noche del séder.
En algunas comunidades, se realiza una comida especial la noche en la que culmina la festividad de Pésaj, que marca el retorno a la rutina diaria. Los judíos marroquíes celebran la mimona, nombre que proviene del hebreo emuná, que significa fe, del árabe mimona que significa buena fortuna, o del arameo mamon, riqueza o prosperidad.
Esta comida es tradicionalmente celebrada en el hogar, con las puertas abiertas para familiares y amigos. Se acostumbraba visitar, porque en Pésaj la gente solía comer solamente en sus casas por motivos de kashrut, y este era el momento para saludarse entre amigos y familiares.
Harina, dátiles, huevos, dulces, nueces, frutas, leche, mantequilla y mufleta son las primeras comidas que se consumen a la salida de Pésaj. En Israel se celebra un día entero de mimona, por lo cual es un día festivo nacional.
En la segunda noche de Pésaj comienza la cuenta del Ómer. Esta dura 49 días, hasta el día antes de la festividad de Shavuot. Todo hombre mayor de 13 años debe contar cada día, recordando que el éxodo del pueblo judío no estuvo completo hasta que recibió la Torá.
El Ómer es una medida de volumen empleada en la Torá, aplicada a los granos; en Levítico (Vayikrá) 23:15-16 se establece: “Y os habéis de contar desde el siguiente día del shabat, desde el día en que ofrecisteis el Ómer de la ofrenda; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo shabat contaréis 50 días. Entonces ofreceréis un nuevo presente a Yhvh”.
Cada noche, durante la cuenta del Ómer, se recita una bendición y se nombra el número (en semanas y días) del Ómer por el que se va. En esos días se observa un semi-duelo, para conmemorar ciertos eventos que acontecieron en este período. No se realizan bodas, no se escucha música, y los hombres no se afeitan hasta el día 33 del Ómer, conocido como Lag BaÓmer. Las costumbres varían entre asquenazíes y sefardíes, por lo cual es importante acudir a una entidad rabínica para más detalles.
Fuentes: