La ola de calor extrema que golpeó a Israel en los últimos días ha causado daños graves a la producción agrícola. Según las primeras estimaciones, se pueden calcular daños por 15 millones de shékels (unos 4,5 millones de dólares). Las áreas más afectadas son los cultivos de manzanas, las hortalizas y las aves de corral.
Desde Kanat, el Fondo de Seguridad Agrícola de Israel, informan que desde el inicio de la ola de calor, hace diez días, han recibido más de 600 informes de agricultores de todo el país sobre daños en sus cultivos.
El daño proviene de la insolación extrema, que hace que la fruta se queme en los árboles. Estas quemaduras impiden su posterior comercialización. En el caso de las manzanas, el calor que azotó al norte de Israel, su principal zona de cultivo, maduró la fruta de manera prematura, todavía en el árbol.
Uvas marchitas por el calor extremo (Foto: Nisim Stern – Ynet)
Los eventos climáticos extremos se han multiplicado en los últimos 30 años
Según Kanat, el daño producido por esta ola de calor se suma a un hecho de más largo alcance, que es el calentamiento global y el aumento de eventos climáticos extremos. Los datos de la entidad muestran que en los últimos cinco años los daños a la agricultura aumentaron 45% respecto al quinquenio anterior.
Shmulik Turgeman, director de Kanat, expresa: “para los agricultores, el calentamiento global no es sinónimo de más calor. El principal problema es la frecuencia de eventos extremos. El número de estos episodios es 150 veces mayor en la actualidad que hace unos treinta años. Nos referimos a inundaciones, tormentas, olas de calor extremo, olas de frío extremo, incendios, brotes de plagas, enfermedades y más”.
Según Turgeman, “es el Estado el que debe entrar en escena con el fin de mantener un suministro fresco y regular de productos agrícolas israelíes, y evitar los altibajos en la producción que significaría saltos significativos en los precios».
Fuente: Ynet.
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