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Redacción NMI
L a Convención para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad fue aprobada en 1972 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en su XVII reunión celebrada en París. En dicha convención se acordó salvaguardar aquellos bienes que presentan un interés excepcional para la humanidad entera.
Según el documento fundacional, se escogen bienes o sitios de “una importancia cultural y/o natural tan extraordinaria que trasciende las fronteras nacionales y cobra importancia para las generaciones presentes y venideras de toda la humanidad”.
A partir de entonces, han sido reconocidos lugares emblemáticos de todo el orbe, con miras a su conservación y protección. Como es de esperar, no pocos lugares de esta lista fundamental se encuentran en Israel, que adoptó y ratificó la Convención en 1999, y dos años más tarde comenzó a sumar sitios culturales de interés mundial, los cuales presentamos a continuación, según el orden cronológico en que fueron incorporados a la lista.
Ciudad Vieja de Acre (Akko)
Bien cultural inscrito en 2001.
Está situada a orillas del Mar Mediterráneo, cercana a la bahía de Haifa. Es una de las ciudades más antiguas del mundo, emplazada en un sitio donde se establecieron sucesivamente distintos pueblos desde tiempos de los fenicios. La ciudad vieja actual conserva las características de las urbes fortificadas otomanas de los siglos XVIII y XIX. Los vestigios de la época de los cruzados ofrecen una visión excepcional de la ordenación del espacio urbano y las estructuras de la ciudad, que fue capital del reino cristiano de Jerusalén en la Edad Media.
Hoy en día, Acre desarrolla una importante actividad industrial del acero, tiene también una buena flota pesquera y además es una ciudad turística.
Masada
Bien cultural inscrito en 2001.
Masada se encuentra sobre un promontorio rocoso que se alza 400 metros sobre el nivel del Mar Muerto. El lugar había sido utilizado como fortaleza desde el siglo II a.e.c., pero fue Herodes el Grande, rey de Judea entre los años 37 y 4 a.e.c. y aliado de los romanos, quien la habilitó como una majestuosa ciudadela, construyendo una muralla, una torre de defensa, almacenes, cisternas, cuarteles, arsenales y residencias para los miembros de la familia real. Los campamentos militares, las fortificaciones y la rampa de asalto que rodean el monumento constituyen los vestigios más completos de obras de asedio de la época romana conservados hasta nuestros días. Es famosa por el suicidio colectivo del último reducto judío durante la revuelta del siglo I e.c.
Ciudad Blanca de Tel Aviv
Bien cultural inscrito en 2003.
Tel Aviv fue fundada en 1909 y se desarrolló, a imagen y semejanza de una ciudad metropolitana, en tiempos del Mandato Británico de Palestina. Actualmente corresponde al casco histórico de la ciudad, y es una síntesis de la excepcional importancia de las distintas tendencias del modernismo en la arquitectura y la planificación urbanística construida desde la década de 1920 hasta 1948, según el diseño de sir Patrick Geddes, basado en los principios del urbanismo orgánico moderno.
Hoy en día, Acre desarrolla una importante actividad industrial del acero, tiene también una buena flota pesquera y además es una ciudad turística.
El área está formada por edificios que se convirtieron en iconos del desarrollo de la expresión regional del modernismo de Tel Aviv, que reflejan influencias de la Bauhaus, Le Corbusier y Erich Mendelsohn. Tras la destrucción de buena parte de la arquitectura de estilo Bauhaus de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, la Ciudad Blanca de Tel Aviv posee la mayor cantidad de edificaciones de ese estilo en el mundo, y se caracteriza por la adaptación de las ideas modernistas a las peculiaridades locales.
Tells bíblicos de Megido, Hazor y Beer Sheva
Bien cultural inscrito en 2005.
Los tells son montículos de asentamientos prehistóricos, característicos de las tierras más planas del Mediterráneo oriental. Los de Megido, Hazor y Beersheva son los mejores ejemplos en el Levante construidos durante la Edad del Hierro, por sus sistemas subterráneos de recogida de agua, creados para servir a comunidades urbanas densas. Los rastros de su construcción reflejan la existencia de una autoridad centralizada, una próspera actividad agrícola y el control de las principales rutas comerciales.
Ruta del incienso: ciudades del desierto del Néguev
Bien cultural inscrito en 2005.
La llamada Ruta del Incienso en el desierto del Néguev está formada por las cuatro ciudades nabateas de Haluza, Mamshit, Avdat y Shivta, junto con fortalezas y paisajes agrícolas, que se extienden a lo largo de las vías que conforman la ruta mediterránea del incienso y las especias. Su existencia refleja el comercio altamente rentable de incienso y mirra del sur de Arabia hacia el Mediterráneo, que floreció desde el siglo III a.e.c. hasta el II e.c.
Los restos de sus sofisticados sistemas de riego, construcciones urbanas y fortalezas son testimonio de la vida que tuvo lugar en el duro desierto para el logro del comercio y la agricultura.
Lugares sacros Bahai en Haifa y Galilea Occidental
Bien cultural inscrito en 2008.
Los lugares sagrados Bahai en Haifa y la Galilea occidental incluyen 26 edificios repartidos en 11 lugares, y son testimonio de la tradición Bahai en materia de fe y peregrinación, por su vinculación a los fundadores de este movimiento. Destaca la tumba de Bahá’u’llah en Acre y el mausoleo de Báb en Haifa, donde está la sede mundial Bahai. Se añaden a estos centros casas, jardines, un cementerio y un gran conjunto de edificios modernos de estilo neoclásico dedicados a la administración, investigación y archivos.
Cuevas de Nahal Mearot en el Monte Carmel
Bien cultural inscrito en 2012.
El lugar, ubicado en el Monte Carmel, incluye las cuatro cuevas de Nahal Mearot-Wadi El Mughara: Tabun, Jamal, El Wad y Skhul. Cuentan con una superficie de 54 hectáreas, y todavía conservan vestigios culturales que son testimonio de 500.000 años de evolución humana. Este sitio es, hasta hoy, el único en el que se han encontrado juntos restos fósiles de neandertales y de los primeros humanos actuales. También es de suma importancia porque se puede ver la transición de un estilo de vida de cazadores-recolectores a una vida sedentaria, basada en la agricultura comunitaria.
Cuevas de Maresha - Bet Guvrin en la Baja Judea
Bien cultural inscrito en 2014.
Esta verdadera joya incluye una selección de cuevas artificiales, excavadas desde la capa gruesa y homogénea de caliza blanda en las tierras bajas de Judea. Se trata de cámaras y sistemas con variadas formas y funciones, situadas debajo de las antiguas ciudades gemelas de Maresha y Beit Guvrin, que dan testimonio de la sucesión de períodos históricos de la excavación. Su uso se extiende durante más de 2000 años, desde la Edad del Hierro hasta las Cruzadas. Las excavaciones originales eran canteras, pero fueron trasformadas para diversos fines agrícolas y de actividad local, como prensas de aceite, columbarios, establos, cisternas subterráneas y canales, baños, enterramientos y lugares de culto, e incluso sirvieron de escondite en tiempos difíciles.
Necrópolis de Beit Shearim
Bien cultural inscrito en 2015.
Beit Shearim fue un asentamiento próspero durante el período de redacción de la Mishná (del siglo I al III e.c.), que incluye 30 catacumbas donde fueron enterrados los ricos y estudiosos de la época, entre ellos el jefe redactor de la Mishná, Yehuda Hanasí.
Cortadas en las laderas de los montes al suroeste de la ciudad, al entrar en ellas se desciende algunos escalones hasta la caverna sepulcral, que consiste en un salón central y una red de salas, a veces de dos pisos de altura. Las paredes de las salas estaban decoradas con grabados, pinturas y esculturas, lo que brinda ejemplos del arte folclórico judío de ese período y de las influencias helenistas. Muchas inscripciones esculpidas o pintadas en las paredes y en placas de piedra mencionan a rabinos famosos, líderes comunitarios, mercaderes y funcionarios de la ciudad y del país.
En un caso único en el mundo, la Unesco no incluye a la Ciudad Vieja en la lista del Patrimonio de la Humanidad de Israel, sino como sitio propuesto por Jordania. Ello resulta incongruente, ya que la ocupación de Jerusalén por Jordania entre 1948 y 1967 no fue reconocida por la mayoría de los países del mundo, ni por la misma ONU.
En 1982, la Unesco declaró la Ciudad Vieja y sus murallas como Patrimonio de la Humanidad en Peligro, a pesar de que fueron los jordanos quienes destruyeron una parte sustancial de esa ciudad (el antiguo barrio judío) y dieron usos vejatorios a otras (usaron las lápidas del cementerio del Monte de los Olivos como letrinas), mientras que en manos de Israel los lugares sagrados de cualquier religión son escrupulosamente respetados y mantenidos.
FUENTES