La ciudad israelí de Ashdod acaba de ganar el Premio de las Naciones Unidas a la Ciudad Amiga del Medio Ambiente de 2019.
Ashdod recibirá el galardón en una ceremonia que se celebrará el 4 de diciembre, durante la 21ª Reunión de las Partes Contratantes del Convenio de Barcelona, que se celebrará cerca de Nápoles.
El Convenio de Barcelona y sus protocolos constituyen el marco jurídico del Plan de Acción para el Mediterráneo (PAM) aprobado en 1975, que se elaboró en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El Este plan, que originalmente se centraba en el control de la contaminación marina, se ha ampliado desde entonces para incluir la planificación y gestión integradas de las zonas costeras.
Las ciudades candidatas fueron preseleccionados por un comité integrado por representantes de la Secretaría del Convenio de Barcelona del PNUMA/PAM y tres expertos independientes. El jurado, compuesto por miembros de la Mesa de las Partes Contratantes del Convenio de Barcelona y el presidente de la Comisión Mediterránea de Desarrollo Sostenible, eligió a Ashdod como ganadora, seguido por Crikvenica en Croacia y la ciudad turca de Hatay.
La moderna ciudad portuaria de Ashdod, situada al sur de Tel Aviv.
(Foto: calcalistech.com)
El alcalde de Ashdod, Yehiel Lasri, dijo que el premio es “un certificado de honor para la ciudad y sus residentes. Consideramos el mar como uno de los recursos más importantes para la ciudad, y continuaremos enfrentando los desafíos y fijando metas adicionales en este campo”.
Al felicitar al alcalde, el ministro de Protección del Medio Ambiente, Zeev Elkin, señaló que Israel ha dejado de verter contaminantes en el Mar Mediterráneo casi por completo.
Ashdod ha implementado medidas en campos como la eficiencia energética, el trasporte público, la gestión del agua —incluyendo la reducción de fugas—, y la gestión eficaz de los residuos, combinada con la minimización de la cantidad de desechos enviados a los vertederos.
Otras medidas que impresionaron al jurado fueron la reducción del riesgo de inundaciones y la protección de las costas. Sólo cuatro kilómetros de la línea costera de la ciudad están construidos, y como política se mantiene una distancia de 100 metros entre el área construida o acantilado y la línea costera. El área costera es continuamente monitoreada en busca de rastros de contaminación, comentó el jurado, añadiendo que la ciudad también ha invertido en la concienciación pública para animar a los ciudadanos a tomar medidas en apoyo de la sostenibilidad.
Financiado por el gobierno turco, con el que Israel mantiene actualmente relaciones oficiales deficientes, el Premio Ciudades Amigas del Medio Ambiente de Estambul fue establecido en la 19ª Reunión de las Partes Contratantes de la Convención de Barcelona, en 2016. Su objetivo es destacar las ciudades que luchan por el desarrollo sostenible, con la esperanza de que otras sigan su ejemplo. El primer premio se otorgó el año pasado a Esmirna, en la misma Turquía.
Fuente: Radio Jai. Versión NMI.