El grupo de derechos humanos Shurat HaDin acusa al CICR, con sede en Ginebra, de no haber actuado tras la masacre de Hamás del 7 de octubre, no visitar a los cautivos ni brindarles asistencia médica
Amelie Botbol*
La organización de derechos humanos israelí Shurat HaDin anunció el inicio de una querella por 10 millones de shékels (casi 2,8 millones de dólares), en nombre de 24 demandantes, contra el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Presentada en el Tribunal de Distrito de Jerusalén, la demanda acusa al CICR, con sede en Ginebra, de no haber actuado tras la masacre de Hamás del 7 de octubre, y de no visitar ni proporcionar asistencia médica a los rehenes retenidos por el grupo terrorista.
«Estamos solicitando una orden judicial para obligar al CICR a visitar a los rehenes, supervisar su situación, garantizar que estén vivos y que no estén siendo torturados ni violados, así como proporcionarles medicamentos», declaró Nitsana Darshan-Leitner, presidenta de Shurat HaDin.
Un terrorista de Hamás durante la entrega de rehenes israelíes a la Cruz Roja, en Rafah, sur de la Franja de Gaza, el 28 de noviembre pasado
(Foto: Flash90)
Según la demanda, el CICR ocupa una posición y un mandato únicos según el derecho internacional humanitario. Este estatus le otorga ciertas prerrogativas, pero también conlleva la obligación de actuar con la debida diligencia en casos como la crisis de los rehenes de Hamás. Según las directrices del CICR, se reconoce que los cautivos retenidos en Gaza se encuentran entre las “personas protegidas” más vulnerables que necesitan su ayuda.
El sábado, Mirjana Spoljaric Egger, presidenta del CICR, dijo que Israel debe adaptarse a las demandas de Hamás antes de que su organización pueda tener acceso a los cautivos. «Ahora Israel tiene que negociar con Hamás utilizando un intermediario, que en este caso es Catar», afirmó Spoljaric. “Tienen que llegar a un acuerdo para que nos informen dónde están los rehenes, porque actualmente no lo sabemos. Ese es el hecho simple”, dijo.
Mientras visitaba Israel el 14 de diciembre, Spoljaric se reunió con el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente Itzjak Herzog, quienes reiteraron su exigencia de que el CICR intensifique la presión sobre Hamás.
“Nunca ha habido escenarios en los que al CICR no le importara una de las partes de un conflicto, excepto en situaciones en las que estaban involucrados rehenes israelíes, incluido Guilad Shalit, que permaneció en cautiverio durante cinco años, así como Hadar Goldin y Oron Shaul”, expresa Darshan-Leitner.
Shalit fue liberado como parte de un acuerdo de 2011 con Hamás, en el que Israel liberó a 1027 prisioneros de seguridad palestinos, muchos de ellos con las manos manchadas de sangre. Entre los terroristas liberados en ese intercambio se encontraba Yahya Sinwar, el actual jefe de Hamás en Gaza.
“Nunca ha habido escenarios en los que al CICR no le importara una de las partes de un conflicto, excepto en situaciones en las que estaban involucrados rehenes israelíes, incluido Guilad Shalit, que permaneció en cautiverio durante cinco años, así como Hadar Goldin y Oron Shaul”, expresa Darshan-Leitner, presidenta de Shurat HaDin
Hamás ha estado reteniendo los cuerpos de Goldin y Shaul desde que fueron asesinados en la Franja de Gaza durante la guerra de 2014, en la Operación “Margen Protector”. El grupo terrorista también ha retenido durante casi una década a los civiles Avera Mengistu y Hisham al-Sayed, quienes se cree que padecen enfermedades mentales y cruzaron a Gaza por su propia voluntad.
«Esto se remonta al Holocausto, durante el cual el CICR se abstuvo de visitar a las víctimas judías en los campos de concentración porque lo veían como un problema interno alemán», añadió Darshan-Leitner.
El CICR reconoce en su sitio web oficial el fracaso de la organización “a la hora de ayudar y proteger a las millones de personas que fueron exterminadas en los campos de exterminio y, en particular, a los judíos perseguidos y asesinados por el régimen nazi”, calificándolo de “el mayor fracaso en la historia del CICR”.
Sarah Davies, portavoz del CICR en Israel y los territorios palestinos, señaló que la organización está “muy dolida y frustrada por no tener acceso a los rehenes retenidos por Hamás”. «Hemos podido facilitar la liberación de 109 rehenes, y reiteramos nuestro llamamiento y continuamos el esfuerzo para llegar a aquellos que todavía están en Gaza».
«Nuestra presidenta voló a Catar para reunirse con el jefe de Hamás», señaló Davies. “Estamos en constante diálogo con Israel y los gobiernos que podrían influir en ello. Gran parte de este trabajo se lleva a cabo con las partes en conflicto y a puerta cerrada”.
Durante su visita a Israel, el primer ministro Netanyahu le entregó a Mirjana Spoljaric, presidenta del CICR, una caja con medicinas para rehenes israelíes de la tercera edad en Gaza. Ella se negó a recibirla
(Foto: cuenta en X @acom_es)
Ciento cinco rehenes fueron liberados a finales de noviembre como parte de un acuerdo de tregua de una semana entre Israel y Hamás; otros 129 rehenes permanecen en Gaza, de los cuales se cree que casi dos docenas están muertos.
Darshan-Leitner dice que ha pedido al gobierno israelí que no permita que el CICR visite a los terroristas de Hamás encarcelados en Israel hasta que el grupo islamista permita al CICR visitar a los rehenes israelíes.
La semana pasada, la ONG israelí Palestina Media Watch reveló que el CICR está facilitando los pagos por parte de la Autoridad Palestina a terroristas encarcelados, una práctica llamada “pago por asesinato”. Según PMW, la Cruz Roja ha estado proporcionando a los terroristas la documentación que deben completar para recibir los estipendios, y luego entrega los documentos a Ramala. Por lo tanto, Leitner afirma que prohibir las visitas del CICR podría alterar ese sistema.
Para echar más leña al fuego, el CICR anunció el viernes el nombramiento como su nuevo presidente de Pierre Krahenbuhl, exjefe de la controvertida Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), a la que Israel acusa de perpetuar el conflicto al extender el estatuto de refugiados a millones de descendientes de los palestinos que huyeron durante la guerra de 1948. Esa agencia también ha sido acusada de emplear a miembros de Hamás, de difundir el antisemitismo en sus escuelas, y de permitir que sus edificios en Gaza se trasformaran en plataformas de lanzamiento de ataques terroristas contra el Estado judío.
“El hecho de que la Cruz Roja esté tratando con Hamás, un enemigo despiadado que no respeta ninguna regla o norma del derecho internacional, no exime a la organización de su mandato de brindar protección y asistencia humanitaria a las víctimas de los conflictos armados”, dice Arsen Ostrovsky, abogado de derechos humanos y director ejecutivo del Foro Jurídico Internacional con sede en Israel. «Tampoco basta con pedir cortésmente su liberación», añade.
“La Cruz Roja también debería enfrentar la evidencia irrefutable de que Hamás utiliza hospitales en Gaza como bases terroristas, justo delante de las narices de la organización”, dice Arsen Ostrovsky, abogado de derechos humanos
Ostrovsky enfatiza que Estados Unidos, el mayor estado donante del CICR con una contribución de casi 700 millones de dólares en 2022, debería presionar a la organización. “Estas son preguntas que todo donante de la Cruz Roja debería hacerse”, afirma Ostrovsky. “La Cruz Roja también debería enfrentar la evidencia irrefutable de que Hamás utiliza hospitales en Gaza como bases terroristas, justo delante de las narices de la organización”.
Alan Baker, ex asesor jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel y actualmente director del programa jurídico del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén, está de acuerdo en que el CICR debería hacer uso de todos los medios para presionar a Hamás. «No pueden simplemente aceptar la negativa de Hamás a cooperar, tienen que utilizar su influencia».
De hecho, señala que uno de los objetivos de la demanda de Shurat HaDin podría ser presionar al CICR para que actúe. «Si un cautivo muere como resultado de que el CICR no le proporcionó medicamentos, podría haber motivos para reclamar una indemnización», finaliza.
*Periodista especializada en defensa, ciberseguridad y tecnología.
Fuente: Jewish News Syndicate (jns.org).
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.