Existen muchas cosas que el dinero puede comprar, pero el haber tenido durante 45 años ininterrumpidos el lujo de que cada uno de los hogares de la comunidad judía de Venezuela recibiera un periódico de la calidad editorial del Nuevo Mundo Israelita sin duda no tuvo precio; más aún cuando en estos momentos de nuestra historia nos hemos visto obligados a recortar significativamente los números impresos de nuestro querido periódico comunitario.
De los 45 años de vida del semanario, he tenido el honor de ser testigo fiel de su desarrollo y superación constantes, al ser parte de su mesa ejecutiva por casi ya diez años consecutivos en los cuales, con los altibajos normales de cualquier labor, puedo expresar con orgullo que el balance no solo ha sido positivo sino que, tras el paso de todos estos años, el cúmulo de aprendizajes y experiencias gratas rebasó las expectativas de mis inicios en la tarea periodística dentro de la comunidad.
A Nuevo Mundo Israelita y a sus últimos directores les debo la oportunidad de haberme dejado desarrollar uno de mis anhelos personales, como lo fue y es el de escribir con el corazón, para llegar a todos y cada uno de mis queridos lectores, que publicación tras publicación me expresaban su beneplácito por mis escritos, llenándome así de una inmensa satisfacción personal al saber y sentir que mis mensajes llegaban a ese público a quien tanto quiero y respeto.
Mucho he aprendido a través de estos años, compartidos con distintas personalidades del ámbito comunitario alrededor de la mesa ejecutiva, desde nuestra sede anterior en la UIC hasta la que es hoy nuestra casa comunitaria llamada Hebraica. Y de todo este tiempo, quizá estos últimos años de estrechez económica, recortes presupuestarios, dificultades para la impresión, recorte de personal, etc., son sin duda los que me han marcado significativamente, en el plano personal. Y digo esto porque, gracias a la presencia de estos “tiempos interesantes” (como bien los define nuestro director actual Sami Rozenbaum), es como nos hemos crecido ante tanta dificultad. El ser humano se reinventa, improvisa, se vuelve más versátil y creativo ante la presencia de obstáculos constantes en su camino. Esto es lo que vivimos a diario en muchos ámbitos; por supuesto, Nuevo Mundo Israelita no escapa de esta realidad. El solo hecho de haber tenido que interrumpir la impresión del periódico después de tantos años significó y significa un acontecimiento doloroso y traumático dentro de nuestra kehilá. Nuestra gente, acostumbrada a recibir cada Shabat con su periódico en la calidez del hogar, no daba crédito a un hecho impensable para quienes fundaron este emblemático semanario, hace ya tantos años.
Sin embargo, y en definitiva, Dios pone la prueba y también la solución. Del desespero de los primeros días sin impreso renace con más fuerza la tan necesaria publicación en la web, que hoy por hoy va de la mano con los mejores semanarios digitalizados a nivel nacional e internacional. Y así, de la noche a la mañana, surgió la feliz idea de los patrocinios, que dieron como resultado una calidad aún superior en la versión impresa y la ilusión renovada de volver a tener en nuestras manos números especiales en contenido de nuestro querido periódico semanal.
Es así, y para finalizar, que quiero agradecer nuevamente la oportunidad que a través de todos estos años me ha brindado Nuevo Mundo Israelita de poder plasmar, a través de sus páginas, mis ideas, sentimientos, reflexiones y mensajes a mis queridos lectores, quienes me han demostrado su cariño y apoyo en esta labor que tanto me apasiona y me llena de inmensa satisfacción personal.
Cuando pasen los años, podré narrarles a mis nietos y bisnietos, BSD, que fui partícipe de trasmitir fiel y dignamente valiosa información a los miembros de nuestra querida kehilá de Venezuela y que, a pesar de tantas y tantas dificultades, salimos victoriosos y fortalecidos de todo este insospechado y triste capítulo de nuestra historia como país y como comunidad.
Todo pasará y, BSD, volveremos a ser esa comunidad pujante, comprometida y solidaria que tanta admiración ha despertado alrededor del mundo. Y ese renacer también se verá plasmado en las hojas virtuales e impresas de nuestro sin igual semanario Nuevo Mundo Israelita.
Mazal tov! ¡Mejorados los 120 años y más! Con mucha salud, éxitos y alegrías que compartir con nuestra hermosa comunidad. Amén ve amén.
Rachel Chocrón de Benchimol
-«Tantos recuerdos…» por Pablo Goldstein
-«Don Moisés Sananes Z’L: unas breves palabras», por Priscilla Abecasis
-«75 años… aquí seguimos», por Gila Hubschmann
-«45 años y contando», por Miguel Truzman Tamsot
–Carnet Social en El Mundo Israelita
-Holocausto en El Mundo Israelita