“Y será cuando vengan a ti todos estos asuntos, la bendición y la maldición, que he puesto delante
de ti, y lo asentarás en tu corazón en todas las naciones gentiles a donde te dispersará el Eterno,
tu Di´s, a ese lugar”. (Debarím 30, 1)
Dice Rabí Shimshón Hirsch, ZT”L: “Los centenares de años de sufrimiento que vivió Israel, le han
llevado a probarse de forma dura, y en no pocas ocasiones su significado ha quedado oculto; en
esta ocasión Moshé revela y aclara el gran objetivo al que apuntan y conducen estos sufrimientos.
“Y lo asentarás (retornarás) en tu corazón”. Solemos pensar que la intención es llevar una idea
perdida en el olvido al recuerdo, a la conciencia nuevamente. No obstante – dice Rabí Shimshón –
a mi parecer este versículo, y otros como él, favorecen a un significado distinto; y es el siguiente.
Se entiende que el conocimiento de los hechos que ocurren fuera de nosotros se asimila como
acciones espirituales dirigidas hacia un plano externo, fuera de nosotros. Sin embargo, aquello
que se reconoció de esta manera, se deberá llevar después al juicio intelectual que dictaminará y
establecerá conclusiones. Esta acción se concibe como la que devuelve la idea externa hacia el
plano interior. Ella es la que asienta lo que se ha reconocido en el mundo externo, dentro del
corazón. En un idioma coloquial se le llamaría Reflexión.
De la misma manera en nuestra perashá, pues todas las bendiciones, y lo contrario, que llegaren a
Israel, fueron escritas con antelación en este libro centenares de años antes que aparecieran. Y
cuando todas ellas se cumplan, asentarás en tu corazón las experiencias del correr de tu destino
que ocurren fuera de ti. Y las pondrás dentro de tu corazón para que reflexiones siempre en ellas.
Como conclusión de esta labor, te acercarás al Amo del mundo con todo tu corazón y con toda tu
alma, y conquistarás el corazón de tus hijos para que ellos mismos sean fieles a Di´s y a Su toráh”.
Muchos solemos observar lo que nos pasa en la actualidad, como una realidad que se plantea
frontalmente opuesta a nuestras tradiciones. Siempre las expresiones, “Todo tiempo pasado fue
mejor”, “¿Qué será de esta generación?”, “¿A dónde fueron nuestros valores?”, etc., han
prevalecido a lo largo de nuestra historia, las escuchamos de nuestros abuelos, de nuestros padres
y ahora también nosotros las repetimos.
Pero Rabí Shimshón Hirsch nos da la solución de cómo trascender por medio de lo ocurrido en
generaciones pasadas, y llevarlo a la conciencia de la juventud, de la generación de relevo:
Reflexión sobre nuestra historia. Compartirla con los nuestros (créanme, a ellos les fascinan los
relatos), y aprender juntos con ellos a ser mejores, a reparar lo que mal se hizo.
La toráh nos exhorta a que nuestra historia no se quede en el tintero, de educarnos a través de
todo lo que nos ha ocurrido, y que nos haga retornar a la Voluntad del Creador del universo, de
todo corazón.
Shabat Shalom y Shaná Tová