El primer ministro Benjamín Netanyahu y su rival, Benny Gantz, reiteraron este martes 24 de marzo su voluntad para formar un gobierno de unidad, mientras sus partidos, el Likud y Azul y Blanco, se lanzaban acusaciones.
Gantz recibió la semana pasada del presidente Reuven Rivlin la tarea de formar gobierno después de que 61 legisladores lo respaldaran para ser primer ministro, y le queda una semana para crear una coalición. Sin embargo, dado que Azul y Blanco no tiene suficientes votos y depende del apoyo tanto del partido Israel Beiteinu de Avigdor Liberman como de la Lista Conjunta de mayoría árabe, la opción principal sigue siendo un gobierno de unidad nacional.
El Likud y Azul y Blanco se enfrentan por el intento de este último de reemplazar al presidente de la Knesset, Yuli Edelstein, miembro del Likud. Tal movimiento le daría al partido de Gantz el control sobre la agenda legislativa, incluyendo, posiblemente, aprobar una prohibición de que Netanyahu pueda servir como primer ministro.
El lunes, la Corte Suprema de Justicia dictaminó que Edelstein debe celebrar una votación antes del miércoles sobre su propia sustitución como presidente del Parlamento. El Likud ha advertido que si se reemplaza a Edelstein, ese sería el final de las conversaciones de unidad.
Netanyahu tuiteó el martes que la pandemia de coronavirus es un momento crucial durante el cual se tiene que ejercer el liderazgo y la responsabilidad nacional, alegando que los desacuerdos entre los rivales con respecto a los detalles de un gobierno de unidad son pequeños y pueden superarse. «Los ciudadanos de Israel necesitan un gobierno de unidad para salvar sus vidas y sus medios de vida», escribió, dirigiéndose a Gantz. “Este no es momento para unas cuartas elecciones. Reunámonos ahora y formemos un gobierno hoy. Te estoy esperando”.
Por su parte, Gantz demanda ser primer ministro en la primera fase de un acuerdo rotativo. «Tengo la expectativa y exijo un gobierno de unidad encabezado por mí, pues tengo [62] escaños en la Knesset», manifestó a los activistas de su partido que se reunieron frente a su casa para pedirle que forme una coalición de unidad en lugar de un gobierno minoritario respaldado por la Lista Conjunta. «Hay cierta expectativa de formar un gobierno de unidad bajo Netanyahu, como si esa fuera la única alternativa», agregó Gantz. “He supervisado guerras. Sabemos cómo manejar las crisis nacionales tan bien como ellos”.
El Likud mostró su molestia el martes, tras el fallo de la Corte Suprema y la formación de comités parlamentarios de supervisión por parte de Azul y Blanco a pesar de la oposición del Likud.
Después de obtener el control sobre el Comité de Acuerdos, que determina qué comités parlamentarios se formarán y quiénes los integrarán durante un gobierno de transición, el bloque de centro-izquierda impulsó a última hora del lunes la formación de seis comités parlamentarios especiales, incluido uno para supervisar el manejo de la crisis del coronavirus. El bloque de Likud boicoteó todas estas votaciones.
«Azul y Blanco, junto con Liberman y la Lista Conjunta, decidieron robarle la Knesset a 2,5 millones de votantes de derecha», expresó el Likud en un comunicado el martes. «Dando muestras de un impulso destructivo sin precedentes, e ignorando cualquier norma existente en la historia de la Knesset, decidieron formar no menos de seis comités temporales, en todos los cuales establecieron una mayoría para sí mismos y dirigidos por sus representantes. Ello contrasta con la distribución total de escaños en la Knesset, y con la práctica aceptada en las 22 legislaturas anteriores».
El Likud agregó que el bloque de derecha «no cooperará con esto y no participará en estas discusiones y votos antidemocráticos, que anulan e ignoran a 58 diputados electos por el pueblo»; el partido promete luchar contra ese «comportamiento rudo y antidemocrático».
El lunes por la noche, la Corte Suprema ordenó a Edelstein someter a votación su propio reemplazo para el miércoles, dictaminó en contra de sus esfuerzos por bloquear ese voto, y calificó sus tácticas dilatorias como injustificadas y antidemocráticas. El fallo se produjo apenas una hora después de que Edelstein rechazara el llamado de los jueces para celebrar una votación sobre un nuevo presidente de la Knesset. Si Edelstein volviera a desafiar a la Corte, Israel se vería sumido en una crisis constitucional.
Edelstein probablemente perdería su cargo en una votación, ya que la alianza de 61 diputados liderada por Gantz se dispone a respaldar a Meir Cohen para el puesto. Azul y Blanco obtendría así el control de la agenda parlamentaria.
El partido de Gantz también busca promover una legislación que impediría que un miembro de la Knesset que enfrenta cargos criminales formara gobierno, descalificando efectivamente a Netanyahu.
Edelstein desencadenó una tormenta de críticas el miércoles pasado, al negarse a permitir que el pleno de la Knesset se reuniera para establecer un Comité de Acuerdos y elegir un nuevo presidente del Parlamento. Al principio, Edelstein argumentó que ese congelamiento estaba relacionado con las precauciones de seguridad por el brote de coronavirus, pero luego explicó que el objetivo era obligar al Likud y Azul y Blanco a hacer compromisos en las conversaciones de unidad. Los críticos afirman que ello equivale a un ilegal cierre del Parlamento por parte del Likud, con el fin mejorar su influencia en las conversaciones para la coalición, y algunos incluso argumentan que forma parte de un intento de golpe político, destinado a evitar que una mayoría parlamentaria encabezada por Gantz pueda asumir el control de la agenda de la Knesset.
Fuente: The Times of Israel. Traducción NMI.