Al cierre de esta edición, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, logró formalizar el trámite de recibir los apoyos parlamentarios necesarios para revalidar la coalición de gobierno encabezada por el Likud (ver páginas 4 y 5).
Tras las conversaciones formales del presidente Reuven Rivlin con los partidos que se aseguraron representación parlamentaria, en las que los diputados electos recomiendan según su criterio al candidato ideal para formar gobierno, Netanyahu se aseguró los apoyos pendientes de Israel Beiteinu, la Unión de los partidos de Derecha y Kulanu.
De este modo, Netanyahu ha obtenido el apoyo de 65 miembros de la Knesset, mientras que Gantz quedó con 45, en el parlamento formado por 120 diputados. Por ello, Rivlin declaró que la decisión “está clara” y encargará al que se convertirá en el líder más longevo de Israel la tarea de conformar la próxima coalición, que quedará compuesta por el Likud (35), los ultraortodoxos Shas (8) y Unión Judaismo por la Torá (8), la Unión de Partidos de Derecha (5), Kulanu (4) e Israel Beitenu (5).
Tanto Rafi Peretz, de la Unión de Partidos de Derecha, como Roy Folkman, de Kulanu, coincidieron en apuntar que “el pueblo dejó clara la voluntad mayoritaria” de que Netanyahu continúe al frente del país. Por primera vez, y a petición expresa del presidente Rivlin, en esta ocasión las recomendaciones fueron retrasmitidas en directo “en nombre de la trasparencia”.
Desde Israel Beiteinu, cuyo líder Avigdor Lieberman rompió la anterior coalición de gobierno por sus discrepancias con Netanyahu respecto a la “tibia respuesta” contra los misiles de Hamás, se encargaron de recordar al presidente que aceptarían entrar en la coalición si sus demandas son escuchadas, refiriéndose esencialmente a su exigencia de aprobar la ley de reclutamiento al ejército para el sector ultraortodoxo. En caso de que no ocurra, Lieberman amenazó con “sentarse en la oposición o ir a nuevas elecciones”. Con sus cinco parlamentarios, en caso de abandonar la coalición, Netanyahu no tendría los apoyos mínimos (61) para continuar gobernando.
La base electoral de Israel Beiteinu son inmigrantes judíos seculares llegados de las ex repúblicas soviéticas, y esgrimen que son “los protectores del Israel secular, aunque respetamos a los religiosos”. Además de la ley de enrolamiento, también piden el final del monopolio del Rabinato sobre el matrimonio o el divorcio.
Por su parte, el laborista Avi Gabai, que obtuvo los peores resultados de la historia del Partido Laborista (6 escaños), optó por recomendar a Gantz, y afirmó que “no creo que sea bueno que alguien sea primer ministro durante 10 o más años. No es saludable”. Y agregó: “la gente eligió a Netanyahu, pero no para que limite nuestra democracia”.
Desde el izquierdista Méretz (4) también propusieron a Gantz, y su líder Tamar Zandberg dijo que “representarán los verdaderos valores de la izquierda, más allá del gobierno que se forme”. Tras el visto bueno final de Rivlin, Netanyahu contará con 28 días para conformar la coalición.
Fuente: Aurora. Versión NMI.