La llamada “catástrofe” del pueblo palestino se conmemora todos los 15 de mayo, y tiene sus orígenes en la independencia del Estado de Israel declarada por David Ben Gurión en la proclama hecha púbica un día antes, es decir, el 14 de mayo de 1948, que ha quedado inscrita como la fecha oficial de un nuevo Estado soberano e independiente, reconocido en el concierto de las naciones y devenido de la partición de lo que quedó de una región denominada Palestina, nombre impuesto por el Imperio Romano en el año 135 de nuestra era luego de desterrar lo que quedó del pueblo judío tras la revuelta de tres años de Bar Kojba en Judea.
Dicha partición, aprobada mayoritariamente por 33 países en la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la Resolución 181 del 29 de noviembre de 1947, contó con el rechazo de solo 13 países, en su mayoría musulmanes, a excepción de Cuba y Grecia.
Si lo observamos detenidamente, el conflicto con Israel se fue dando por el no reconocimiento mismo de su existencia, y de ahí derivan las diferentes guerras con sus vecinos árabes, que de a cinco trataron de aniquilarlo en varias ocasiones: 1948, 1956, 1967 y 1973, hasta que después de 30 años Egipto entendió que era inútil seguir intentando desaparecer una realidad incuestionable, inquebrantable y fáctica, lo que produjo el primer acuerdo de paz con un país árabe el 26 de marzo de 1979.
Más tiempo le costó a Jordania entender esta realidad: tardó 46 años para firmar la paz; justo mañana 26 de octubre se cumplen 29 años de la firma de ese tratado, en 1994.
Israel ha demostrado con hechos que siempre está dispuesto a la paz, que sin duda es su mayor anhelo: vivir de una vez en tranquilidad, lo que se ha venido confirmando con la firma de los Acuerdos de Abraham con el reino de Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Marruecos en 2020, y estando cerca de la firma de un acuerdo histórico con Arabia Saudita que abriría definitivamente la puerta al resto de los países de la Liga Árabe, todos de corte sunita.
Este preámbulo lo hago porque parece algo tan obvio, tan elemental a la luz de los hechos, de la realidad, que solo la inmensa judeofobia que se percibe en diferentes extractos de la sociedad obnubila lo evidente.
Aquí no se trata de que Israel esté ocupando algunos kilómetros de territorio palestino, en primer lugar porque Israel no ocupa un solo centímetro de Gaza, y tampoco ocupa un solo centímetro de Judea y Samaria (Cisjordania) que no sea lo acordado y convenido en los Acuerdos de Oslo I y II por el mismísimo Yaser Arafat a mediados de los años 90, donde se le entregaba la posesión del área “C” a Israel, mientras que las áreas “A” y “B” iban a estar en posesión de la población palestina, status quo que se mantiene hasta la fecha.
Cuando se habla de “ocupación” se está hablando no de los territorios palestinos, se está hablando de Israel como un todo, es decir que el territorio que ocupa Israel es territorio Dar Al Islam,significa tierras que pertenecieron a las diferentes conquistas del profeta Mahoma y que en ningún caso deben estar en posesión de una “entidad” no musulmana. De esto se trata todo, es decir, se sigue buscando la destrucción del Estado de Israel, ahora en otra versión, a través de grupos islámicos radicalizados, aupados, promovidos y financiados por países que anhelan la desaparición del único Estado judío del planeta.
Aquí no se trata de que Israel esté ocupando algunos kilómetros de territorio palestino, en primer lugar porque Israel no ocupa un solo centímetro de Gaza, y tampoco ocupa un solo centímetro de Judea y Samaria (Cisjordania) que no sea lo acordado y convenido en los Acuerdos de Oslo I y II por el mismísimo Yaser Arafat
Así las cosas, hemos visto cómo después de la masacre indescriptibley horrenda perpetrada por los terroristas del Hamás el pasado 7 de octubre, parte del mundo obvia esos fatídicos sucesos y solo se centra en denigrar las represalias israelíes, tildándolas de barbáricas, genocidas, etc, etc, etc.
Hemos visto cómo afloran los epítetos, las frases, los conceptos antijudíos que se encuentran en el ADN de la humanidad. No importa lo que pase en cualquier parte del mundo, a no ser que Israel esté involucrado.
La verdadera Nakba del pueblo palestino ha sido la obsesión de su liderazgo por destruir a Israel, por nunca aceptar conformar su Estado a pesar de haber tenido hasta cinco propuestas concretas para hacerlo.
Justamente, el 28 de octubre se cumplen 58 años de la declaración Nostra Aetate, en la cual la Iglesia Católica reconoció que sus actuaciones por siglos causaron dolor, persecuciones y tragedias al pueblo judío, eliminando el concepto del “deicidio” y proclamando que el Cristianismo está atado indisolublemente en sus raíces al Judaísmo, entre otras confesiones importantes; y me pregunto: ¿cuántos años o siglos más tendremos que esperar para que el mundo islámico, o parte de él, proclame un Nostra Aetate palestino en su relación con el pueblo judío?
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Am Israel jai 🇮🇱🙏
Deseo fervientemente cese la guerra de odio gratuito ANTISEMITA contra Israel