Alberto Jabiles Schwartz*
Todos recordamos y tenemos presente el lema #METOO, reclamo surgido a nivel mundial al estallar las denuncias de abusos sexuales en contra del género femenino. Sin embargo, es una vergüenza que no se oiga en el caso de las mujeres judías ultrajadas desde el 7 de octubre último en adelante por Hamás, demás grupos terroristas e individuos gazatíes.
También recordamos que, rompiendo el cese al fuego vigente desde 2021, dicho 7 de octubre el sur de Israel fue invadido por aproximadamente 3000 terroristas de Hamás y grupos menores, junto a civiles residentes en la Franja de Gaza. Atacaron kibutzim, aldeas y ciudades, en lo que derivó ser el pogromo con mayor número de víctimas judías desde el Holocausto perpetrado por la Alemania nazi y sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Más de 1200 personas, en su enorme mayoría israelíes, fueron asesinadas. No hubo discriminación entre ancianos, niños, padres, madres, abuelos o jóvenes. Los terroristas invasores degollaron bebés en sus cunas, asesinaron familias enteras, incendiaron casas con sus habitantes adentro, violaron a hombres y mujeres, tal y como consta en las filmaciones en su mayor parte realizadas por los mismos asesinos.
Noa Argamani, una de las rehenes israelíes secuestradas del festival Supernova, grita cuando era atrapada por terroristas de Hamás el pasado 7 de octubre
(captura de pantalla)
Violando los Acuerdos de Ginebra, Hamás y las demás facciones terroristas palestinas secuestraron a más de 240 personas llevándolas a Gaza, entre ellos a mujeres jóvenes, que sufrieron violaciones aún en cautiverio y fueron liberadas en un cambio desproporcionando de 3 a 1 a favor del bando terrorista. Al momento de redactarse las presentes líneas, Hamás aún retiene a 12 mujeres y se teme por su suerte, toda vez que tanto Hamás como sus aliados y patrocinantes no desean que el mundo reciba más testimonios del trato que dieron a sus cautivas.
“Vi a esta hermosa mujer con cara de ángel, y a ocho o diez de los terroristas [de Hamás] golpeándola y violándola”, relató uno de los sobrevivientes del festival de música Supernova, Yoni Saadon, de 39 años, al medio británico The Sunday Times, describiendo los crímenes sexuales cometidos por los integrantes del grupo islamista palestino. Sin embargo, ONU Mujeres y los principales movimientos feministas del mundo no se manifestaron sobre estos crímenes de guerra sino 60 días más tarde, derivado de la presión ejercida y de las denuncias repetidas una y otra vez.
El prolongado silencio de las organizaciones llamadas a defender al género femenino es una nueva demostración, por demás clara, del sesgo antisemita que han venido demostrando las Naciones Unidas, en contra de las víctimas judías violadas en un acto premeditado de humillación, una acción monstruosa de la cual ONU Mujeres es cómplice por su imperdonable silencio por el cual su directora ejecutiva, la jordana Sima Sami Bahous, debe ser despedida junto a su equipo de trabajo ante su demostrada indiferencia.
El prolongado silencio de las organizaciones llamadas a defender al género femenino es una nueva demostración, por demás clara, del sesgo antisemita que han venido demostrando las Naciones Unidas
Estos son los hechos que condenan a ONU Mujeres:
Por todo lo aquí descrito, tengamos presente que la consigna para ONU Mujeres es: #METOO, siempre y cuando no seas una mujer judía.
*Director Ejecutivo de la Comisión Antidifamatoria de B’nai B’rith Panamá, miembro de la Logia Caracas de B’nai B’rith Venezuela.
Fuente: La Razón (Perú).