C omo parte de una gira de trabajo por varios países de América Latina, Marcelo Kisilevski, uno de los principales integrantes de Hatzad Hashení, exitoso programa israelí de hasbará (esclarecimiento y diplomacia pública), visitó nuestra comunidad.

La oportunidad fue propicia para presentarse en medios de comunicación, ofrecer charlas en el Sistema Educativo Comunitario, Hebraica y varias universidades nacionales, además de llevar a cabo reuniones con los equipos de trabajo de instituciones comunitarias.

Hatzad Hashení (literalmente “La otra cara” en hebreo, y cuyo lema es “La cara de la verdad”) fue fundado en 2010 por la Confederación Latinoamericana Macabi (CLAM) y Macabi Mundial. Consiste en un programa de educación y diplomacia pública en lengua castellana, centrado en el portal hatzadhasheni.com. Lo preside Robert Croitorescu, la directora ejecutiva es Anabella Jaroslavsky y su director general es Gabriel Ben Tasgal, quien también ha visitado nuestra comunidad en numerosas oportunidades.

Marcelo Kisilevski ha sido el director de hasbará de Hatzad Hasheni desde el inicio del programa, cuyos integrantes también llevan a cabo actividades presenciales en 35 kehilot de 20 países. En palabras de Kisilevski, este programa “se ha convertido en una marca, y de hecho es la ONG de diplomacia pública israelí más grande y prolífica del mundo en idioma español”.

Durante su periplo caraqueño, Kisilevski se refirió no solo a los aspectos históricos del conflicto del Medio Oriente —siempre mal conocidos por la mayoría del público—, sino a los recientes cambios en la percepción del mismo, tanto por parte de los israelíes como los palestinos. Por ejemplo, señala, “cierta proporción de la nueva generación palestina, es decir la generación posterior a los acuerdos de Oslo, ya no cree en la solución de ‘dos Estados para dos pueblos’, pues saben que un eventual Estado palestino sería tan corrupto e inoperante como lo es la actual Autoridad Palestina, donde las carreteras se construyen hasta la mitad porque el resto del presupuesto se lo roban, o donde la tarifa de telefonía celular cuesta el doble que en Israel, porque esas empresas son propiedad de los hijos de [el presidente de la AP] Mahmud Abbas. Ese grupo de jóvenes preferiría formar parte de un Estado, es decir ser ciudadanos de Israel, para tener la calidad de vida que ellos ven en los árabes israelíes”.

Volviendo a Hatzad Hasheni, Kisilevski describe así su filosofía: “La idea es que el público judío se informe y forme no durante las crisis (por ejemplo, cuando Israel realiza un operativo en la Franja de Gaza), sino en tiempos de normalidad como la actual. El interés existe, pues cuando surge una de esas crisis buena parte de la comunidad asiste a las charlas de los ponentes que vienen de Israel. Yo les digo: vengan antes a las charlas, que ya están disponibles en hatzadhasheni.com; para ello no tienen que moverse de sus casas”.