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Un nuevo estudio realizado en ratas, llevado a cabo por la Universidad de Haifa, demostró cómo la exposición al estrés y a la angustia de una hembra, incluso antes de la concepción, causa cambios en la expresión del gen CRF-1 relacionado con el mecanismo de estrés en el cuerpo, en el óvulo y más tarde en los cerebros de las crías desde el momento en que nacen.
Se puso de manifiesto que la expresión de CRF-1 entre los hijos depende de tres factores: el sexo de las crías, la tensión sufrida por la madre y el estrés al que las crías fueron expuestas.
La similitud sistémica en muchos casos entre nosotros y los ratones plantea interrogantes acerca de las influencias trasgeneracionales en el ser humano.
Karamba Security es una startup israelí que impide a los piratas informáticos acceder al sistema de control de un automóvil, utilizando un software que sella las unidades de control electrónico (ECU) más críticas del vehículo. Cualquier intento de acceso a las ECUs que no se adapte a los ajustes originales de fábrica será bloqueado.
Esta nueva startup emplea a 25 personas en Israel, Estados Unidos y Europa.
Las vacas israelíes son las mejores productoras de leche del mundo, con una producción de unos 11.970 litros al año, según el Ministerio de Agricultura de Israel.
Entre la leche, el yogur, el queso y otros productos, los israelíes consumen unos 178 litros de leche per cápita al año. Aunque para el año 2016 cerca de 774 granjas lecheras operaban en Israel en comparación de 1026 en 2006, su producción promedio ha aumentado un 71% en el mismo período.
Anat Sharon, directora de la clínica maxilofacial de prótesis del Centro Médico Hadassah, desarrolló un método de impresión de prótesis completamente digital (DCDI), con el que un sistema de cámaras alineadas y un sensor de presión integrado permiten un escaneo simple que mide todo a la vez, produciendo un modelo 3D que se imprime en el momento.
Esta tecnología representa un mercado de 7000 millones de dólares solamente en Estados Unidos, y se espera apuntar a países menos desarrollados que se puedan beneficiar de una solución sencilla y barata.
Un equipo de la firma NRGene y la Universidad de Tel Aviv completaron el mapeado del genoma de trigo, lo cual podría permitir combatir el hambre en el mundo. Los científicos serán capaces de identificar los genes clave e introducirlos en el trigo comercial, creando variedades más resistentes a las condiciones ambientales y, en última instancia, mejorando la oferta mundial de alimentos.
Como resultado, también será más fácil desarrollar variantes de trigo que pueda crecer en climas más secos.