Rachel Chocrón de Benchimol
“¿Por qué esta noche es diferente a las otras?”
Así iniciamos año tras año la tradicional lectura de la Hagadá de Pésaj, y es precisamente en esta interrogante que los niños intervienen y se les explica el por qué de la diferencia de la noche de Pésaj.
Por las circunstancias que todos conocemos, estas noches de sedarim de Pésaj alrededor de todo el mundo serán definitivamente distintas e imborrables para nuestros recuerdos posteriores. Algunos totalmente solos, otros con su pareja o con algún miembro de familia, y los más afortunados en compañía de ciertos familiares, celebraremos sedarim para la posteridad, envueltos en miles de planteamientos que al final desembocarán en lo que precisamente Dios busca de nosotros: que aceptemos Su voluntad y Su supremacía sobre todos los eventos del mundo, y aún más sobre esta pandemia en particular, que tiene azotada y desolada a una gran parte de la población mundial.
La bendición de los Cohanim en el Kotel de este 12 de abril no reunió a multitudes como es usual, debido a las restricciones impuestas por la pandemia.
(Foto: Ynet)
¡Ein od mi levadó!: “No hay nada más que Él”, dice la frase que, repitiéndola una y otra vez, nos llenará de fuerza interna y de emuná, que son en definitiva las dos herramientas más importantes para salir airosos de esta dura prueba, en la que el miedo y la ansiedad muchas veces terminan venciéndonos.
Solo queda tratar de sobreponerse de la mejor manera posible, sacar fuerzas internas pidiendo a Hashem Su ayuda constante, y por último implorar misericordia para toda la humanidad, que cuide y proteja a nuestros seres queridos y a todo Am Israel.
Por los momentos, hacer lo que nos toca: sumergirnos en los preparativos de la festividad de Pésaj, y cuidar cada uno de los detalles para poder cumplir cabalmente con lo que Hashem nos insta en este mes de Nisán, mes de libertad, de yeshuá y de gueulá BSD. Quiera Dios Todopoderoso poner fin prontamente a esta pandemia, y que pronto recuperemos la paz, la tranquilidad y la fuerza para servir con alegría a Hashem, y no con miedo en nuestros corazones.
¡Qué lección nos está dando la vida! Seamos como el pueblo de Israel que siguió a Dios fielmente, con total fe, viendo milagros ocurrir frente a sus ojos, entregados a cumplir con lo que Él les mandaba, a través de nuestro gran líder y maestro, Moshe Rabéinu. Con esto en nuestras mentes y corazón, ojalá podamos alcanzar el nivel espiritual que caracterizó al pueblo de Israel en la salida de Egipto.
Que sea el fin del mal para tantas y tantas familias enlutadas por esta pandemia, y que este escrito sirva para elevar aún más el alma de mi querida tía Esther Kamhi bat Rajel Z’L, quien partió inesperadamente de este mundo físico dejando un dolor muy profundo en toda su familia, y en especial en sus hijos Moshe, León y Michelle, mis queridos primos.
Recordemos que Hakadosh Baruj Hu siempre se mantuvo a nuestro lado con la promesa que socorrió a nuestros padres y también a nosotros; “pues no solo no se ha levantado alguien contra nosotros, sino que en cada generación se alzan contra nosotros para destruirnos; pero el Santo Bendito nos salva de su mano”, como reza el pasuk de Vehí Sheamda.
Quiera Dios que celebremos Pésaj con salud y tranquilidad en nuestros corazones, y la gueulá del mes de Nisán se trasforme en realidad, pronto en nuestros días. ¡Amén ve amén!
¡Pesaj Kasher ve Saméaj para todos, mis queridos!