Durante los últimos días del mes de abril de 2023, cuando el actual presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se encontraba de visita en España, en uno de sus discursos dijo: “La ONU era tan fuerte que en 1948 logró crear el Estado de Israel. En 2023 no logra crear un Estado palestino”.
No sabemos si tal despropósito fue producto de su ignorancia o de su mala intención. Cabe la posibilidad de que fuera ambas al mismo tiempo; en varias oportunidades Lula ha opinado desde su inopia cultural, aprovechando la visibilidad internacional que le da una visita de Estado al exterior para decir simplezas que redundan en contra de Israel y/o el judaísmo.
Aclaramos que, la recién creada ONU, en su Asamblea General del 29 de noviembre de 1947 aprobó la Resolución 181, la cual recomendó un plan para resolver el conflicto entre judíos y árabes en la región de Palestina, bajo administración británica. La propuesta consistió en dividir la parte occidental del Mandato en dos Estados, uno judío y otro árabe, con el área de Jerusalén bajo control internacional. La negativa de los países árabes a aceptar dicha resolución tuvo como consecuencia la guerra árabe-israelí de 1948, iniciada al expirar el Mandato Británico e Israel proclamar su independencia. El mismo día de la retirada británica, tropas de Egipto, Iraq, Líbano, Siria y Transjordania invadieron al renacido Estado judío con el propósito de aniquilarlo. El territorio asignado al Estado árabe quedó bajo el control de Jordania y Egipto; es decir, el Estado palestino hubiera cumplido 75 años al igual que Israel.
Jaim Weizmann (izquierda) y el emir Faisal, entonces monarca del Reino de Heyaz, durante la reunión de 1918 en la que firmaron el acuerdo en que Faisal reconocía la Declaración Balfour
(Foto: Wikimedia Commons)
Treinta años antes, el 2 de noviembre de 1917, el gabinete británico, encabezado por Lord Balfour, expresó su apoyo a las aspiraciones judías de crear un hogar nacional en su tierra ancestral. Tras la Primera Guerra Mundial, en la conferencia de febrero de 1920, las potencias aliadas se reunieron con una delegación árabe encabezada por el emir Faisal bin Hussein y con una delegación judía conducida por Jaim Weizmann; previamente, Faisal y Weizmann firmaron un acuerdo de apoyo mutuo, que incluyó el reconocimiento de la Declaración Balfour. La delegación árabe exigió la mayor parte del Medio Oriente, y dejó la cuestión de la Tierra de Israel a la decisión de las potencias.
En los mandatos otorgados para Líbano, Siria e Irak, los beneficiarios fueron los residentes árabes. En el caso de la Tierra de Israel, los beneficiarios eran los judíos. Esa conferencia generó la Resolución de San Remo, cuyo artículo 95 consagró el texto de la Declaración Balfour en el derecho internacional.
Tras los violentos sucesos de 1936-37, la Comisión Peel publicó un informe en el que, por primera vez, declaró que el Mandato se había convertido en inviable, y recomendó la partición. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que en una primera partición, en 1922, los británicos concedieron la parte oriental del área llamada Palestina a la dinastía árabe hachemita, creando el Reino de Transjordania, actual Jordania.
Tras la Primera Guerra Mundial, en la conferencia de febrero de 1920, las potencias aliadas se reunieron con una delegación árabe encabezada por el emir Faisal bin Hussein y con una delegación judía conducida por Jaim Weizmann; previamente, Faisal y Weizmann firmaron un acuerdo de apoyo mutuo, que incluyó el reconocimiento de la Declaración Balfour
En 1948, Israel ya tenía en funcionamiento una serie de organismos ejecutivos, legislativos, administrativos y políticos propios de un Estado, y la resolución de la ONU lo formalizó. Por otro lado, el Estado judío había existido 4000 años antes, y ese bagaje histórico, cultural y ético constituyó la base de la identidad del moderno Israel.
Señor Lula, esclarecido el tema: el Estado palestino nacerá independientemente de la fortaleza de la ONU, cuando el pueblo palestino y sus líderes tengan la voluntad para ello y dirijan sus esfuerzos al logro de esa epopeya, dejando de lado sus injustificados odios y anhelos de destruir a Israel.