Noventa y tres palestinos que están considerados “prisioneros de seguridad” en Israel acaban de completar su licenciatura en prisión, a pesar de la prohibición de estudios académicos en cárceles de seguridad que ha estado en vigencia desde 2011, informa el portal The Jewish Press.
Según la nota, 1026 terroristas están estudiando actualmente para obtener títulos universitarios en prisiones israelíes. Desde 1994, los presos de seguridad han tenido la oportunidad de estudiar en cursos por correspondencia en la Universidad Abierta de Israel, igual que los presos comunes, a quienes se les permite participar en ese programa desde 1978.
Sin embargo, en 2011 se decidió retirar ese gesto de buena voluntad a los prisioneros de seguridad, en un intento por presionar a Hamás para que liberara al soldado secuestrado Guilad Shalit (sin resultado). Después de que Shalit fue intercambiado por más de mil presos palestinos, la prohibición no ha sido levantada, pero la medida no se está aplicando con rigor.
En 2015, el Tribunal Supremo rechazó una petición para permitir que los presos de seguridad siguieran tomando cursos de la Universidad Abierta; un panel de siete jueces dictaminó por unanimidad que esa decisión del Comisionado del Servicio de Prisiones era razonable, entre otras cosas por información de inteligencia que sugería que el financiamiento para esos estudios provenía de organizaciones terroristas. Desde entonces, la Universidad Abierta al-Quds, la Universidad de Abu Dis de al-Fatah y la Universidad Islámica de Gaza autorizan a los prisioneros con licenciaturas y maestrías a que le enseñen a otros presos. Los libros de texto y los exámenes son introducidos y sacados de contrabando por abogados visitantes. Por cierto, uno de los “profesores” autorizados por la Universidad de Abu Dis es el asesino convicto Marwan Barghouti.
Hace pocas semanas, la Autoridad Palestina celebró la graduación de los 93 terroristas en un evento al que asistió el director de la Comisión de Asuntos de Prisioneros de la AP, Qadri Abu Bakr, el gobernador de la Autoridad Palestina en Al-Khalil (Hebrón), Jibrin al-Bakri, y representantes del Ministerio de Educación palestino. Según la AP, el año pasado se graduó el 65% de los terroristas estudiantes, una cifra cercana al promedio en las universidades árabes de Judea, Samaria y Gaza.
El Servicio de Prisiones de Israel emitió una declaración según la cual “no hay estudios académicos para prisioneros de seguridad en las cárceles israelíes. El informe se basa en fuentes extranjeras interesadas y no refleja la realidad. Esos son títulos falsos y se trata de un informe falso”. Sin embargo, Maurice Hirsch, jefe del departamento legal de la ONG Palestinian Media Watch (que monitorea los medios palestinos), afirma que «los numerosos detalles, como el número de presos de educación superior necesarios para establecer el comité de estudios, el número de presos que estudian en cada una de las cárceles, el método de inserción y extracción de materiales de estudio y calificaciones, la participación de la Universidad Abierta al-Quds, y sobre todo el hecho de que hubo una ceremonia en presencia del jefe de la Comisión de Asuntos de Prisioneros de la AP, evidencia la existencia del programa”.
Según un documento emitido por PMW en 2017, casi 500 terroristas estudiaban en las cárceles israelíes para obtener un título universitario en ese momento, desafiando la ley israelí y el fallo del Tribunal Supremo. El preso de mayor “rango” que obtuvo un título universitario en 2017 fue el terrorista Majed al-Rimawi, quien participó en el asesinato en 2001 del ministro israelí de Turismo Rehavam Zahavi.
En síntesis, además de que los terroristas y sus familias reciben generosos subsidios por parte de la Autoridad Palestina, también logran títulos académicos mientras están en las lujosas cárceles israelíes.
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La municipalidad de Jerusalén acaba de aprobar un proyectode desarrollo para las zonas mayoritariamente árabes de Ras al-Amud y Silwan, que prevé la construcción de 4700 viviendas. Este proyecto se inscribe en el Plan Maestro “Jerusalén 2000”, que data de la época en que Ehud Olmert era alcalde de la capital.
De acuerdo con The Jewish Press, se destinarán al plan unas 170 hectáreas; en esas urbanizaciones ya se tenían planificadas 5000 viviendas, es decir que ahora se duplicará la población prevista. Además, el nuevo desarrollo incluirá un total de 42 salones de clase de Educación Básica y 108 salones de bachillerato, un centro cívico-administrativo, y once lugares de interés turístico. Una superficie de nueve hectáreas se destinará a espacios abiertos.
La zona de Ras al-Amud en Jerusalén Oriental. (Foto: UPI)
El concejal Elad Malka destaca que el proyecto permitirá una mejor aplicación de la ley contra construcciones ilegales, y mejorará el nivel educativo, el esparcimiento y la infraestructura del trasporte en Jerusalén Oriental, para beneficio de toda la población de la ciudad.
El Plan Maestro “Jerusalén 2000” se formuló en una época en que los acuerdos de Oslo parecían estarse cumpliendo y la solución de dos Estados lucía viable a corto plazo, por lo que refleja la disposición israelí a compartir la capital con un eventual Estado palestino. A pesar de que la realidad actual es muy distinta, su aplicación está recibiendo un nuevo impulso con esta decisión municipal.