Hanan Greenwood*
Lo primero que hicieron los judíos de Irán cuando se enteraron de la sorprendente noticia de que el comandante de la élite de la Fuerza de la Guardia Revolucionaria Quds, mayor general Qassem Soleimani, había muerto en un ataque aéreo estadounidense, fue emitir fuertes condenas contra Estados Unidos. «Dios vengará su sangre», decía un mensaje de la comunidad judía.
Luego, representantes de la comunidad acudieron a la casa de Soleimani para expresar condolencias a su familia, y participaron en el funeral. Entre los presentes estaba el Gran Rabino de Teherán, Yehuda Gerami, quien incluso condenó el asesinato en una entrevista por la televisión estatal. Solo podemos adivinar cuán asustada está esa comunidad de que la nación desahogue su furia contra ellos.
Judíos rezando en una sinagoga de Teherán. (Foto: AFP)
La comunidad judía iraní es una de las más antiguas del mundo. La leyenda dice que los judíos llegaron a Persia luego de la destrucción del Primer Templo. Antes de la Revolución Islámica de 1979 vivían en Irán unos 80.000 judíos, pero después de que los ayatolás tomaron el poder la mayoría emigró a Israel y Estados Unidos. Actualmente se estima que la comunidad judía iraní asciende a unas 8000 personas, la mayoría de las cuales viven en las ciudades más grandes, como Shiraz y Teherán.
«En lo que respecta a la religión disfrutan más o menos de libertad, porque los musulmanes no pueden rechazar al judaísmo, que aparece mencionado en el Corán. Pueden celebrar las festividades [judías], mantener el kashrut e ir a la sinagoga», explica Rani Amrani, director de Radio Ran, emisora en idioma farsi de Israel y quien hizo aliá desde Irán hace varios años. Amrani mantiene estrechos vínculos con iraníes judíos y no judíos.
Según él, una de las mejores maneras de que la comunidad judía se asegure de que las cosas se mantengan tranquilas para ella es evitar cualquier indicio de sionismo. «Tratan de diferenciar entre judaísmo y sionismo para evitar ser blanco de ataques», dice.
Incluso los mensajes de texto son arriesgados
Cada pocos años se publican imágenes de la vida judía en Irán, generalmente durante las festividades. En el último Sucot, el activista judío pro-BDS Ariel Gold documentó las oraciones tradicionales. Por supuesto, su visita fue aprobada por el régimen iraní. ¿El objetivo? Demostrar que Irán no tiene problemas con el judaísmo, solo con el sionismo. La página de Facebook del rabino Gerami también muestra oraciones y ritos recientes, incluida la canción Maoz Tzur de Janucá, cantada en hebreo y farsi.
Amrani dice que se ha comunicado con judíos iraníes a través de la aplicación de mensajería Whatsapp, pero que cualquier contacto de ese tipo conlleva un riesgo. «Tienen mucho miedo, porque fácilmente podrían ser acusados de espionaje. Tengo oyentes regulares y todas las sinagogas conocen mi estación de radio, pero su situación es muy delicada. Si un musulmán se comunica con Israel es un problema, pero si un judío lo hace se sospechará que está espiando. Así que ahora hablo menos con ellos para no meterlos en problemas. Sus vidas están realmente en peligro «, dice.
Rani Amrani en su emisora en farsi Radio Ran, que trasmite informaciones que el régimen iraní censura.
(Foto: Miriam Tzachi)
Radio Ran es actualmente la única estación de radio israelí que trasmite en farsi, y muchos residentes y ex residentes de Irán la sintonizan para obtener informaciones que son censuradas por el régimen de Teherán.
En el pasado algunos judíos iraníes viajaban a Israel, sobre todo para participar en celebraciones familiares. Pero es peligroso. «Si un judío es descubierto yendo a Israel puede ser castigado con cinco años de prisión. Conozco judíos iraníes que vinieron [a Israel] y regresaron, pero dos de ellos fueron capturados y condenados a largas penas «, cuenta Amrani.
Ahora las cosas son aún más delicadas. El ataque contra Soleimani reforzó la posición de Irán contra Estados Unidos y, por supuesto, contra Israel. En los días posteriores se produjo un aumento de las búsquedas de Google en farsi de la palabra «venganza», y los judíos de Irán temen por sus vidas.
«La comunidad judía tiene ahora mucho miedo de que los musulmanes los señalen y los vean como un objetivo. ‘Si los judíos mataron a Soleimani’, pueden decir, ‘mataremos a los judíos de aquí’. La kehilá se apresuró a emitir un mensaje de duelo y ofreció condolencias. Yo haría lo mismo si estuviera en su lugar», explica Amrani.
«Si hay una guerra entre Irán e Israel, o entre Irán y Estados Unidos, los judíos serán tomados como rehenes y perderán todo lo que tienen. Eso es lo que sucedió después de la Revolución Islámica: ahorcaron y mataron a todos judíos ricos para apoderarse de sus propiedades, y también podría suceder ahora»
“El Estado no está ayudando”
Varios intentos por contactar a judíos en Irán para este artículo resultaron infructuosos, e incluso los olim iraníes a Israel se negaron a ser entrevistados, aparentemente por temor a poner en peligro a sus familiares que quedan en Irán. Amrani dice que en conversaciones con iraníes que apoyan al régimen ha notado un aumento de las expresiones antisemitas. «Dicen que los judíos mataron a Soleimani. Algunos incluso amenazan: ‘Haremos esto y lo otro a los judíos’. En mi opinión, los judíos de Irán viven sobre un barril de pólvora que podría explotar en cualquier momento. Están en grave peligro», insiste.
«Si se produce una guerra entre Irán e Israel, o entre Irán y Estados Unidos, serán tomados como rehenes y perderán todo lo que tienen. Eso es lo que sucedió después de la Revolución Islámica: ahorcaron y mataron a todos judíos ricos para apoderarse de sus propiedades, y también podría suceder ahora», advierte.
A pesar del peligro, los judíos iraníes no están huyendo, y las sanciones económicas [impuestas por Estados Unidos] son parte de la razón. El bajo valor de la moneda iraní ha hecho que los iraníes más pudientes ganen lo que percibe un asalariado promedio en Israel, si no menos. «Hay dos razones por las cuales los judíos se quedan en Irán: son demasiado ricos o demasiado pobres para irse. La moneda iraní vale tan poco que incluso una persona que posea dos casas no podrá comprar una vivienda de una sola habitación en Israel. Los ricos hacen un cálculo simple: allá viven como reyes, y aquí vivirían como una persona típica en el mejor de los casos. ¿Por qué harían eso? Mientras tanto, a los más pobres les resultaría difícil reconstruir sus vidas en Israel a los 40 o 50 años de edad. El Estado no ayuda a los judíos de Irán como lo hacía antes. Quien llega a Israel no puede hacer nada con el dinero que obtiene como parte del paquete del nuevo inmigrante”, señala Amrani.
«He hablado con algunos familiares míos en Irán y les pregunté qué están haciendo allá; les digo que deberían levantarse y venir a Israel. Su respuesta es: ‘Aquí tengo un hogar y un negocio, y si los vendo no podré ni siquiera comprar una habitación en Israel’. No tienen otra opción, se quedan».
*Periodista.
Fuente: Israel Hayom. Traducción NMI.