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La inauguración…
Durante un acto comunitario, realizado en octubre de 1967, Gonzalo Benaím Pinto, se dirigió a la audiencia para afirmar lo siguiente: “Se llena uno de alegría al imaginárselo que eso puede significar para todos: un liceo de primera categoría, con todo lo que la educación moderna exige; unos campos deportivos de óptima calidad para el servicio de los estudiantes, y en los días adecuados, de toda la colectividad. “Adquirir el terreno será solo la primera parte. Habrá que construirlo, dotarlo y mantenerlo. Será empresa de mucho esfuerzo. Habrá que hacerlo con cariño y mística. No valen las excusas, no hay ningún motivo válido para no colaborar, la empresa es de trascendencia vital para esta comunidad. La ayuda monetaria será solo una parte de la colaboración que se pide. Será necesario invertir activamente, darle color a la idea, tomarla con cariño; cada cual deberá convertirse en un activo propagandista del proyecto… Es el futuro de nuestros hijos lo que pende de la decisión que sepamos tomar ahora: ¡No vacilemos! Si logramos construir Hebraica, será la mejor herencia que podremos dejar a nuestros descendientes. Ellos nos lo agradecerán y lo recordarán con cariño en los años por venir. Está en nuestras manos no defraudarlos”.