Elior Levy
Los violentos enfrentamientos en el Monte del Templo que estallaron el viernes pasado y se reanudaron el domingo no fueron espontáneos. El alcance de la violencia requirió medios y una preparación avanzada, que son el resultado del esfuerzo diario de algunos palestinos.
La policía israelí estima que los cientos de jóvenes palestinos que generan la violencia están financiados por la Autoridad Palestina, contribuciones locales y Turquía, y buscan que Hamás se una a la nueva ola de agresiones.
A los manifestantes el domingo se les pidió que permanecieran dentro de la mezquita de al-Aqsa para enfrentarse a la policía. Los altoparlantes del lugar instaban a los jóvenes palestinos a quedarse y “proteger el sitio sagrado musulmán” alegando que estaba bajo amenaza de los judíos, mientras que los instigadores llamaron a los gobernantes de Hamás en Gaza a unirse a la defensa de las mezquitas lanzando cohetes contra Israel.
Miembros de la “pandilla de al-Aqsa” aprovecharon para jugar una partida de fútbol en el interior de la mezquita, además de no haberse quitado los zapatos, profanando el lugar que dicen defender. Esta captura de pantalla proviene de un video grabado por ellos mismos
(Foto: Twitter)
Antes de la visita de los no musulmanes al Monte del Templo —sobre todo judíos, cuyas actividades religiosas en el lugar están sumamente restringidas—, cientos de jóvenes palestinos comenzaron a acumular piedras y escombros para crear una barricada que les impidiera el acceso. «Las fuerzas policiales están trabajando para quitar las barreras y para garantizar la seguridad de los visitantes», señaló la policía. “Tenemos la intención de permitir las visitas al Monte del Templo y la libertad de culto para todas las religiones”.
El Mufti de Jerusalem, Mohamed al-Husseini, clérigo musulmán sunita a cargo de los lugares sagrados islámicos, así como su adjunto, el presidente del Consejo Supremo Musulmán y el director de la mezquita de al-Aqsa, son los encargados de la gestión del lugar. Algunos de ellos son considerados por los funcionarios de seguridad israelíes como las fuerzas dominantes detrás de la violencia.
Barrera erigida por los jóvenes palestinos para evitar el acceso de judíos al Monte del Templo el pasado domingo. Además de piedras, utilizaron fragmentos de piezas arqueológicas sin escrúpulo alguno
(Foto: Policía de Israel)
Los jóvenes que protestan, que se hacen llamar “pandilla de al-Aqsa”, son en su mayoría residentes del este de Jerusalén. Están afiliados a varias facciones políticas religiosas, incluido el grupo terrorista Hamás. El grupo cuenta con cientos de miembros, y su motivación para enfrentarse a las fuerzas israelíes es alta. Según las fuentes, esos jóvenes están dirigidos por un residente de la ciudad de 43 años, Nihad Zreiyer, cercano a la facción al-Fatah. La “pandilla” está financiada por la Autoridad Palestina, contribuciones de residentes locales y fondos enviados desde Turquía.
Los jóvenes utilizaron petardos, piedras y otros objetos que arrojaron contra la policía. Ellos se habían introducido en el recinto de la mezquita con días de antelación, y se prepararon en varios lugares. En sus pancartas y cánticos expresaron su apoyo a Hamás y la Yijad Islámica. Muchos de ellos han sido detenidos por la policía.
Fuente: Ynet.
Versión NMI.