Con más piratas informáticos que apuntan a la atención médica, la tecnología local ayuda a proteger a los pacientes y sus registros del secuestro de datos y otras acciones maliciosas
Abigail Klein Leichman*
Ejemplo 1: cuando ocurre un ataque de ransomware —secuestro de datos—, un software malicioso paraliza una computadora hasta que se paga la suma exigida por el atacante. Se trata de una situación aterradora que costará tiempo y dinero.
Ejemplo 2: cuando un ataque de ransomware golpea a un hospital, esto incluso puede costar vidas. Una demanda reciente en Alabama, EEUU, alega que la muerte de un recién nacido fue resultado de los efectos devastadores de una acción de este tipo, que dejó fuera de línea durante ocho días al centro de salud donde nació el niño.
Conclusión: los ataques de ransomware son una forma relativamente fácil de extraer dinero de las víctimas, pero cuanto más grande sea el objetivo mayor será el potencial de grandes pagos o de costos varios, incluso la vida.
Tener todos los equipos médicos en línea es conveniente y hasta imprescindible, pero facilita que un pirata informático tome control de ellos
(Foto: news.microsoft.com)
Leon Lerman, director ejecutivo y cofundador de Cynerio, una empresa israelí de ciberseguridad para el cuidado de la salud fundada en 2017, indica que el aumento del 200% de este tipo de ataques durante la crisis del Covid-19 lo sorprendió: “Muchos pensamos que durante la pandemia los piratas informáticos dejarían en paz la atención médica, pero la realidad es que los delincuentes solo quieren ganar dinero”.
El especialista en seguridad informática dice que si no es posible confiar en un hospital, al que la gente acude cuando está en su estado más vulnerable, eso es algo realmente preocupante. “Es un juego diferente al del robo de tarjetas de crédito o de identidad”.
en sectores como la banca o los seguros, el peor resultado para el cliente es el robo de datos personales. En lo que respecta a la salud hay mucho más en juego
Para Amir Magner, presidente y fundador de CyberMDX, otra compañía israelí especializada en ciberseguridad, la atención médica es una de las industrias más afectadas por los ciberataques. “De acuerdo con un informe reciente, en 2021 se produjeron un total de 82 incidentes de ransomware contra el sector de la salud en todo el mundo, y el 60% afectaron a EEUU”, señala.
Con sede en Tel Aviv, CyberMDX descubrió que una de cada seis violaciones de datos de EEUU ocurre en hospitales. El costo promedio de cada incumplimiento de la atención médica es de unos nueve millones de dólares. “Los recientes ataques de bandas piratas famosas como REvil o Conti en hospitales representaron el 30% de las filtraciones de datos importantes, con un costo estimado de 21.000 millones de dólares tan solo en 2020”, cuenta Magner.
Es posible que un ataque comience en terminales informáticos como la computadora de una estación de enfermería, donde alguien hace clic en el archivo adjunto de un correo electrónico. De ese modo se infecta la computadora, y el malware se mueve a través de la red del hospital a dispositivos conectados que a menudo tienen sistemas operativos más antiguos
Si bien el incidente de Alabama ilustra el caso más dramático, el peor hecho en términos de magnitud fue un ataque de ransomware que en mayo pasado paralizó al grupo hospitalario Scripps Health de California, EEUU. La atención a los pacientes estuvo comprometida durante casi un mes, hasta que se reparó el daño. Hoy, varias demandas buscan una compensación por la falta de protección de los registros médicos durante ese tiempo.
“Al 30 de junio de 2021, estimamos que los ingresos perdidos totales son de 91,6 millones de dólares, y los costos incurridos para abordar el incidente de seguridad cibernética y la recuperación se estimaron en 21,1 millones”, revela un informe de Scripps. Solo una fracción del monto total fue cubierto por el seguro cibernético.
Magner indica que en sectores como la banca o los seguros, el peor resultado para el cliente es el robo de datos personales. En lo que respecta a la salud hay mucho más en juego.
“Una de las razones por las que la atención médica está entre las industrias más específicas es que los registros médicos personales son los más valorados en el mercado negro. Los datos robados y vendidos pueden ser suficiente atractivo para que los piratas informáticos roben identidades o cualquier otra información. Muchos hospitales sufrieron un cierre o colapso significativo de departamentos, sistemas y servicios de salud críticos debido a ataques cibernéticos, y estos podrían potencialmente no solo poner en peligro la información de salud de las personas, sino también sus vidas o las de sus seres queridos”, describe Magner.
Pero, ¿cómo se ataca a un establecimiento de salud?
El simple archivo adjunto de un correo electrónico, abierto en un terminal de enfermería, puede ser la puerta de entrada de un desastre para todo el hospital
(Foto: gacetamedica.com)
“Las amenazas contra las compañías de atención médica evolucionan rápidamente, y a diario se descubren nuevos vectores. Algunos de los métodos bien conocidos que hemos visto, además del ransomware, son el malware y el software espía, el phishing/spear phishing, y la denegación de servicio distribuida. Hay muchas vías hacia un entorno de tecnología de la salud, por lo que se necesita una vigilancia y planificación cuidadosas para garantizar que los ataques se detengan antes de que se vuelvan dañinos”, expresa Jonathan Langer, cofundador y director ejecutivo de Medigate, empresa fundada en 2017 y que tiene oficinas en Tel Aviv, California y Nueva York.
Numerosos ataques se originan contra un dispositivo médico conectado a Internet o la red interna del hospital: máquinas de resonancia magnética, bombas de infusión, respiradores y más. “Los equipos y sistemas conectados son de gran ayuda para los hospitales, porque permiten una mejor atención al paciente. Sin embargo, si no los protegemos de forma adecuada, cada dispositivo conectado es un punto de entrada potencial para los piratas”, comenta Magner, cuya empresa estima que el 61% de los dispositivos médicos tienen un riesgo de ciberseguridad persistente.
Es que ya no se trata solo de los equipos médicos: las computadoras portátiles, los sistemas HVAC, los elevadores y refrigeradores inteligentes también pueden ser puntos de entrada.
“Es posible que un ataque comience en terminales informáticos como la computadora de una estación de enfermería, donde alguien hace clic en el archivo adjunto de un correo electrónico. De ese modo se infecta la computadora, y el malware se mueve a través de la red del hospital a dispositivos conectados que a menudo tienen sistemas operativos más antiguos. A partir de ese momento, la máquina no está operativa”, explica Lerman.
Los llamados “piratas informáticos éticos” demostraron que existe la posibilidad de ataques cibernéticos sofisticados dirigidos a un dispositivo hospitalario específico, o incluso a un paciente particular, cambiando maliciosamente la dosis de una bomba intravenosa
Las redes inalámbricas, los sistemas de telesalud y el trabajo remoto, algo más vigente desde el comienzo de la pandemia Covid-19, por muy buenas razones, también brindan a los piratas informáticos más oportunidades para atacar.
Algunos criminales informáticos usan un ataque “abrevadero” de terceros para infectar páginas web de compañías que interactúan directamente en línea con los hospitales, como los proveedores. Desde ese momento, la infección se propaga al hospital.
Los llamados “piratas informáticos éticos” demostraron que existe la posibilidad de ataques cibernéticos sofisticados dirigidos a un dispositivo hospitalario específico, o incluso a un paciente particular, cambiando maliciosamente la dosis de una bomba intravenosa. Si bien hasta ahora no hay casos documentados, Lerman indica que esto es muy posible, a medida que los dispositivos se conectan cada vez más entre ellos.
¿Qué ocurre con los hospitales después de un ataque?
Tras la acción maliciosa, el centro de salud puede optar por pagar el rescate o afrontar el precio de reconstruir el sistema, y perder ingresos y capacidad operativa durante la reparación, a sabiendas de que el pirata informático puede apuntar al mismo hospital de forma repetida.
La extrema complejidad del equipamiento actual hace incluso vulnerables a los pacientes a un ataque cibernético sofisticado
(Foto: lavanguardia.com)
“Una vez que las computadoras o los dispositivos médicos se vean afectados, la mayoría de los hospitales va a pagar. Si se pierden archivos es posible tener una copia de seguridad. Pero si una máquina de resonancia magnética no funciona, cada minuto que está fuera de línea pierde miles de dólares. Es por eso que pagarán el rescate para seguir adelante”, manifiesta Lerman.
En teoría, invertir en prevención tiene más sentido. Sin embargo, un estudio de Ipsos reveló que a pesar de que cerca de la mitad de los consultados experimentaron un cierre por motivos externos en los seis meses anteriores a la encuesta, más del 60% de los equipos informáticos de los hospitales tienen otras prioridades de gasto. En ese sentido, los expertos de la industria dicen que tres de cada cuatro hospitales no tiene presupuesto y personal para monitorear su red de la forma más adecuada. Y los delincuentes lo saben.
“En comparación con otras industrias, la de la salud tiene menos control de seguridad interna. Los piratas informáticos quieren llegar a donde sea fácil atacar”, revela Lerman.
Algunas compañías de seguridad informática especializada en cuestiones sanitarias trabajan con fabricantes de dispositivos médicos para incorporar protección previa a la comercialización en sus sistemas. “No es posible instalar nada en esos dispositivos, porque se anularía la garantía”, explica Lerman.
Otras se enfocan en soluciones que no son específicas del dispositivo. La mayoría de estas empresas ayudan a los hospitales a identificar todos sus dispositivos conectados y cualquier amenaza que encuentren.
“Uno de los mayores problemas actuales es que los equipos de seguridad de las organizaciones de salud carecen de visibilidad de sus dispositivos médicos. No pueden proteger lo que no pueden ver, y sin ese conocimiento básico no es posible extender las protecciones adecuadas a sus dispositivos”, afirma Magner.
Los expertos de la industria dicen que tres de cada cuatro hospitales no tiene presupuesto y personal para monitorear su red de la forma más adecuada. Y los delincuentes lo saben
A su vez, los servicios adicionales pueden incluir gestión de riesgos, alertas y conocimientos prácticos.
Recientemente, el equipo de investigación y desarrollo de Cynerio, con base en Ramat Gan, creó el primer módulo de respuesta y detección de ataques dedicado para dispositivos en entornos sanitarios. Esto permite a los clientes identificar, contener y mitigar amenazas, y realizar análisis “forenses” de recuperación durante el tiempo de inactividad. “Así reducimos el riesgo de cada problema que encontramos, ya sea en el dispositivo o en el nivel de la red”, dice Lerman.
Si bien las compañías generales de ciberseguridad pueden ayudar a mantener seguras los hospitales, un número cada vez mayor se enfoca de forma exclusivamente a entornos hospitalarios.
“Si hay un respirador con malware y se lo desconecta de la red como medida de respuesta, hay que saber lo que está haciendo para no causar daño. Es necesario comprender los flujos de trabajo médicos y el ecosistema hospitalario”, finaliza Lerman.
*Editora asociada de israel21c.
Fuente: israel21c.org.
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