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E l ministro de Comunicaciones de Israel, Ayoub Kara, anunció esta semana que Al Jazeera dejará de operar en el país. La sede del canal de noticias catarí en Jerusalén será cerrada, y se revocarán las credenciales de sus periodistas.
Según el portal World Israel News, el motivo de la decisión fue la cobertura realizada por ese medio de la reciente crisis en el Monte del Templo, en la que según las autoridades israelíes incitó a la violencia. Durante una rueda de prensa, Kara declaró: “Yo hablo árabe y ustedes no pueden engañarme con su versión en inglés de Al Jazeera. Sé cuándo un reporte es incitación en lugar de libertad de expresión”. Agregó que para Israel esta libertad es “un valor supremo”, pero que el canal cruzó claramente una línea al hacer apología del terrorismo.
Las trasmisiones por satélite de Al Jazeera tampoco podrán sintonizarse más en Israel.
Esta decisión se produce en medio de multitud de críticas a Al Jazeera en todo el mundo; como reseñamos hace poco en esta página, incluso varias naciones árabes lo acusaron de fomentar el antisemitismo. Recientemente se cerró también su operación en Estados Unidos, no solo a causa de ínfima audiencia, sino por una demanda entablada contra el canal acusándolo de ser una organización sexista, discriminatoria y antisemita.
S hahak Shapira es un joven de nacionalidad israelí-alemana que se ha convertido en toda una personalidad mediática. Escritor, comediante y bloguero, utiliza la sátira y el sarcasmo para expresar sus opiniones.
The Jerusalem Post narra que, a principios de este año, Shapira creó una iniciativa denominada Yolocaust, originada en su indignación por las personas que visitan el Monumento del Holocausto de Berlín y otros sitios relacionados con la Shoá, y luego suben fotos a Facebook o Instagram en las que aparecen muy sonrientes y hasta haciendo poses divertidas, como si se tratara de lugares alegres. Shapira toma esas imágenes y les coloca de fondo alguna foto original de los campos de exterminio, para señalar la incongruencia de esa actitud.
Ahora, tras intentar sin éxito que Twitter eliminara 450 cuentas racistas y antisemitas, el artista se dirigió a la sede de esa empresa en Hamburgo y llenó la calle de enfrente con graffiti en pintura aerosol que reproducen algunos de esos mensajes de odio. El video en el que muestra cómo lo hizo (#heytwitter) se ha vuelto viral.
Neda Amin en Israel
La semana pasada reseñamos que la periodista iraní Neda Amin, radicada en Turquía, había sido amenazada de deportación a su país por el solo hecho de que escribía para varios medios israelíes. En Irán habría sufrido prisión, tortura y quizá hasta pena de muerte, pues en 2014 había huido a causa de sus críticas a la situación de la mujer en la República Islámica. Cuando se supo lo que ocurría, el gremio periodístico de Israel se movilizó rápidamente. David Horovitz, director de The Times of Israel, explica que la campaña contó con apoyo oficial, tomando en cuenta que su vinculación con Israel era el motivo de la persecución a la que estaba siendo sometida: las autoridades turcas la interrogaron varias veces en forma hostil y su apartamento fue violentado en su ausencia, al punto que ya no dormía allí. El día que iba a abordar vuelo a Israel, le informaron en el aeropuerto que le faltaba un documento que debe emitir la policía; esto la aterrorizó, pero finalmente logró obtenerlo y dos días después, este jueves 10 de agosto, se encontraba a salvo en Tel Aviv. Allí fue cálidamente recibida por varios colegas a quienes solo conocía por internet; en la foto aparece con David Horovitz en el Aeropuerto Ben Gurión.