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Sami Rozenbaum
E n una decisión inusual, legisladores de 15 países de la Unión Europea, así como el presidente del Parlamento Europeo con sede en Estrasburgo, Francia, protestaron la invitación extendida a familiares de palestinos que están presos en Israel por asesinatos cometidos en actos terroristas.
Como informa The Times of Israel, Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, reprendió al jefe de la Delegación para las Relaciones con Palestina, el chipriota Neoklis Sylikiotis, por invitar a familiares de Marwan Barghouti y Ahmad Saadat a un evento sobre los prisioneros palestinos efectuado en Bruselas. “Estas reuniones no deben convertirse en una plataforma para el terrorismo, y la agenda de los invitados no debe poner en riesgo la reputación de esta institución”, declaró Tajani.
La crítica se produjo tras una carta abierta consignada por 17 diputados de Italia, los Países Bajos, Alemania, Bélgica y otros 11 países, en la que reprobaban la presencia de la esposa de Barghouti y la hija de Saadat en una reunión denominada “Situación de los prisioneros palestinos en cárceles israelíes tras la huelga de hambre”.
Marwan Barghouti cumple sentencia a varias cadenas perpetuas por haber planificado decenas de ataques terroristas que causaron numerosas muertes; es el mismo que hace poco se hizo célebre por comer dulces durante su “huelga de hambre”. Por su parte, Saadat, quien ocupó el cargo de secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina, fue uno de los organizadores del asesinato del ministro israelí Rehavam Zeevi en 2001.
“Estamos absolutamente consternados”, escribieron los autores de la carta, “por el hecho de que se ofrezca una plataforma pública a familiares de terroristas convictos”.
La Unesco volvió a las andadas. El Comité para el Patrimonio de la Humanidad de ese organismo, dominado por naciones hostiles a Israel, adoptó la semana pasada una resolución según la cual la Ciudad Vieja de Hebrón, Cisjordania, donde se encuentra la Tumba de los Patriarcas, es un “patrimonio palestino en peligro”. De los 21 delegados que forman el comité 12 votaron a favor, seis se abstuvieron y tres votaron en contra. La delegación israelí calificó la decisión como vergonzosa.
Hebrón aparece citado muchas veces en el Tanáj por la Cueva de Majpelá, donde fue sepultado el patriarca Abraham junto a su esposa Sara, así como Isaac y Rebeca, y Jacob y Lea. En la época del rey Herodes se construyó un monumento cuadrangular alrededor de la tumba, y muchos siglos más tarde los musulmanes levantaron allí la mezquita de Ibrahim, es decir, Abraham.
Ahora, a consecuencia de esta resolución, un indignado grupo de residentes de Haifa está solicitando que se le cambie el nombre a un lugar de la ciudad llamado “Plaza Unesco para la Tolerancia y la Paz”, como informa el portal israelí Walla.
El líder de esta solicitud es Nir Shuber, miembro activo del Partido Laborista, quien señala: “Muchos estábamos convencidos de que la Unesco era una organización que trabajaba a favor de la preservación, pero últimamente nos ha quedado claro que actúa en contra de Israel”. Shuber se refería también a las recientes decisiones de la Unesco en las que calificó al Monte del Templo y el Kótel en Jerusalén como “sitios islámicos”.
Ya en 1975 se había producido un cambio de nombre en Haifa por causas similares: a raíz de que la Asamblea General de la ONU, dominada por países comunistas y árabes, equiparó el sionismo con racismo (resolución derogada posteriormente), el Bulevar de la ONU de esa ciudad fue re-denominado Bulevar del Sionismo.
El Centro de Investigación e Información de la Knesset acaba de publicar un informe según el cual más de 530 millones de shékels (150 millones de dólares) de los contribuyentes israelíes se están utilizando para servicios relacionados con los inmigrantes ilegales.
El reporte, divulgado por Israel Hayom, indica que unas 64.000 personas cruzaron ilegalmente la frontera desde Egipto hacia Israel entre 2006 y 2016; aunque muchos de ellos ya abandonaron el país, a finales del año pasado aún se contabilizaba la presencia de más de 40.000, la mayor parte provenientes de Eritrea (72%) y Sudán (20%).
El Ministerio de Salud gastó 76 millones de shékels en estos extranjeros ilegales, de los cuales 36 millones se destinaron a hospitalizaciones; por su parte, la municipalidad de Tel Aviv invirtió 119 millones en alojamiento, educación, servicios sociales y otros aspectos. El Ministerio del Interior ha debido destinar 355 millones de shékels para reforzar varias estaciones policiales del sur de Tel Aviv —donde se concentra la mayoría de los inmigrantes ilegales—, mientras que el Servicio de Prisiones empleó 272 millones adicionales en gerenciar los centros de detención de Holot y Saharonim. Incluso el Servicio de Incendios y Rescate ha debido incrementar sus gastos.
Pero el mayor costo lo ha asumido la población del sur de Tel Aviv, que ha visto mermar su calidad de vida por el incremento de la inseguridad, como indica Israel Hayom.