Ver más resultados...
Sami Rozenbaum, Director NMI
E l grupo terrorista Hezbolá está prácticamente en bancarrota, pero sus jefes siguen siendo muy ricos, según un reportaje publicado por el diario alemán Die Welt.
Las dificultades financieras de Hezbolá tendrían como causa principal su involucramiento en la guerra civil siria. A pesar de que, según estimaciones de fuentes de seguridad israelíes, el grupo recibe mil millones de dólares al año de su patrono, Irán, lo que representa un 70% de sus gastos, la guerra está saliendo muy cara y este aporte ya no alcanza. Por si fuera poco, el año pasado Estados Unidos impuso sanciones a los bancos libaneses que hagan negocios con Hezbolá, por lo que estas instituciones financieras y otras empresas evitan ahora a ese cliente tan incómodo.
Pero Hezbolá tiene sus métodos para obtener más recursos: el lavado de dinero, el narcotráfico internacional y la falsificación de billetes son parte de sus actividades normales que ahora han tenido que incrementarse; también han optado por “solicitar más colaboración”, es decir aplicar extorsión y chantaje, a sus antes entusiastas donantes libaneses que viven en Estados Unidos, Europa, América Latina y África. Esto, según Die Welt, ha generado molestia y temor; algunos chiítas del Líbano han debido vender parte de sus bienes para poder cumplir con los aportes que exige la organización terrorista.
No contento con esto, Hezbolá ha empezado a aplicar tarifas e impuestos por los bienes que cruzan la frontera con Siria, sustituyendo al propio gobierno del Líbano; de hecho, el grupo opera como una fuerza de ocupación que impone su propia ley.
A pesar de sus dificultades financieras, Hezbolá no puede permitirse reducir los amplios programas sociales que ofrece a la comunidad chiíta del Líbano, incluyendo los subsidios que paga a las familias de terroristas muertos o heridos, pues ello pondría en peligro su base de apoyo.
Claro que los líderes supremos de Hezbolá no sufren aprietos económicos. El diario alemán señala que la riqueza de Hassan Nasrala, líder de la organización, se estima en 250 millones de dólares, y su hijo tomó dinero del grupo para financiar la cadena de cafeterías que posee en Beirut.
En un discurso del año pasado, Nasrala negaba las dificultades financieras de Hezbolá, y de paso confirmaba que es un satélite de Teherán: “Somos claros sobre el hecho de que el presupuesto de Hezbolá, sus ingresos, sus gastos, todo lo que comemos y bebemos, nuestras armas y cohetes, provienen de la República Islámica de Irán. Mientras Irán tenga dinero, nosotros tendremos dinero. Así como recibimos los cohetes con los que amenazamos a Israel, estamos recibiendo nuestro dinero. Ninguna ley impedirá que sigamos recibiéndolo”.
E l diario Aurora informó recientemente sobre el hallazgo, en la Biblioteca Nacional de Israel, de un telegrama enviado por Heinrich Himmler, segundo del régimen nazi y líder de la “Solución Final al problema judío”, al muftí de Jerusalén, Haj Amin al-Husseini.
El telegrama, fechado en noviembre de 1943, tenía el objetivo de expresar el apoyo del Reich al muftí, máxima autoridad musulmana de Palestina, en su lucha contra los “intrusos judíos”. Como puede verse en el portal web de la biblioteca, Himmler decía que “la lucha contra el mundo judío ha sido un principio de los nacionalsocialistas alemanes desde el comienzo”, agregando que “el reconocimiento compartido del enemigo y la lucha contra él es lo que construye una relación sólida entre los nacionalsocialistas de la Gran Alemania y los musulmanes amantes de la libertad en el mundo”.
El telegrama concluía con unos cálidos saludos en el “desgraciado” aniversario de la Declaración Balfour de 1917, en la que el Imperio Británico se había comprometido a crear un “Hogar Nacional Judío” en Palestina.
Aurora recuerda que el muftí al-Husseini había huido de Palestina en 1937, tras una orden de captura emitida por los británicos por su participación en la revuelta árabe que comenzó el año anterior. Él se fugó a Iraq, donde en 1941 se unió a un grupo pro-nazi que dio un breve golpe militar contra el régimen pro-británico de Bagdad. Pero tras el fracaso de la intentona se escapó a Berlín, donde fue recibido con honores y sostuvo una reunión de 90 minutos con Hitler, presentándose como representante de todos los árabes y todos los musulmanes. En esa reunión hablaron, entre otras cosas, de deportar a campos de exterminio a los judíos palestinos cuando Alemania ganara la guerra.
El muftí cumplió un papel en la incorporación a las SS de grupos de musulmanes de Yugoslavia, y en mayo de 1943 impidió un acuerdo que permitiría que 4000 niños judíos europeos entraran en Palestina a cambio de 20.000 prisioneros de guerra alemanes. También organizó un plan para que paracaidistas nazis envenenaran el acueducto de Tel Aviv en 1944.
Después de la guerra, los aliados decidieron no juzgar al muftí por crímenes de guerra para no enemistarse con el mundo musulmán. Fue recibido como un héroe en Egipto y años más tarde se mudó al Líbano, donde murió tranquilamente en 1974.
Estimados lectores:
Durante más de 40 años, Nuevo Mundo Israelita ha llevado cada semana a nuestros hogares el acontecer comunitario, información sobre Judaísmo y actualidad sobre Israel. Así, se ha convertido en uno de los pilares de nuestra kehilá, siendo nuestro referente informativo más importante dentro y fuera de la comunidad.
Hoy NMI debe adaptarse a las condiciones económicas del país. Para ello, y a fin de continuar prestando un servicio de calidad, estamos incorporando la modalidad de suscripción para quienes deseen recibir el semanario en sus hogares.
El procedimiento y costo para suscribirse será anunciado próximamente. Estamos seguros de que esta medida contará con la comprensión de todos.