Sami Rozenbaum, Director NMI
V arias instituciones alemanas están llevando a cabo un esfuerzo sin precedentes para devolver una enorme colección de arte que los nazis saquearon hace más de 80 años.
Como informa The Times of Israel, se trata de la Colección de Rudolf Mosse, un editor de periódicos que fue muy activo en el rechazo al nazismo. La Iniciativa de Investigación de Arte Mosse (MARI por sus siglas en inglés) tiene sede en la Universidad Libre de Berlín y la financian la Fundación Alemana de Arte Perdido y el Proyecto Mosse de Restitución de Arte. También participan otras organizaciones culturales alemanas y estadounidenses.
MARI ha realizado una profunda investigación documental en numerosos archivos, para rastrear e identificar las miles de obras de arte desaparecidas, que abarcan pinturas, esculturas, libros y antigüedades.
Los periódicos de Rudolf Mosse eran probablemente el arquetipo de lo que Hitler llamaba “prensa judía”, contraria al nacionalsocialismo. Mosse poseía varios diarios, el más importante de los cuales era el Berliner Tageblatt. Pocos meses después de que el nazismo llegara al poder en 1933, el régimen confiscó y subastó la colección de Mosse, así como todas sus propiedades; la familia debió huir del país.
Como señala uno de los líderes del proyecto, Eric Bartko, esta es una oportunidad de restituir lo robado y avanzar en la reconciliación y fortalecimiento de las relaciones entre Alemania y los judíos. Las obras serán restituidas a museos y universidades que fueron designadas como herederas por varios descendientes de Mosse, e incluso a uno de sus nietos.
L a Autoridad Palestina celebró el Día Internacional de la Mujer. Pero no precisamente para promover los derechos femeninos: la conmemoración se convirtió en otra oportunidad para la auto-victimización y la demonización de Israel.
El blog ElderOfZiyon informa que el foco de esta fecha fue “la opresión que sufren las mujeres palestinas, que pagan un alto precio por la agresión de la ocupación”; no se mencionó para nada la condición inferior de las mujeres en la sociedad palestina, donde son consideradas seres de segunda, como es usual en el Islam.
La AP saludó a las mujeres como “madres de mártires, y esposas y hermanas de prisioneros”. No mencionó, por cierto, que muchas madres de terroristas suicidas reciben sustanciosos viáticos; esto promueve que otras eduquen a sus hijos como terroristas, es decir, que se conviertan precisamente en “madres de mártires, y esposas y hermanas de prisioneros”, lo que constituye para al-Fatah, partido que controla la AP, una de las mayores aspiraciones de las mujeres palestinas… aparte, por supuesto, de las que se convierten ellas mismas en terroristas.
H ablando del Día Internacional de la Mujer, hace pocas semanas apareció un nuevo catálogo de la reconocida firma de muebles IKEA, destinado a clientes judíos ultraortodoxos. Lo más llamativo es que en el catálogo no aparece la foto de ninguna mujer.
Como destaca el portal thejewniverse.com , los muebles son los mismos de siempre, pero en las fotos “los guardarropas están llenos de camisas blancas y pantalones negros —¿planchados por quien, nos preguntamos?—, las bibliotecas están cargadas de volúmenes del Talmud, y niños con peyot toman el desayuno en la mesa sin sus madres ni hermanas”.
Según la sucursal israelí de IKEA, el catálogo fue producido “a petición del público”, pero la sede central de la firma en Suecia se distanció del asunto, afirmando que esta fue una decisión de su subsidiaria israelí, que no la consultó para publicar el folleto.
La nota continúa: “Hay una fresca ironía en representar un hogar judío sin mujeres para beneficio de los [consumidores] hombres. Inadvertidamente, un hombre fotografiado mientras sirve el jugo casi implica que están dispuestos a asumir una mayor responsabilidad en el hogar. Quizá todas las mujeres están de vacaciones”.