Sami Rozenbaum, Director NMI
L os Manuscritos del Mar Muerto se cuentan entre los textos antiguos más famosos del mundo. Como se recordará, fueron descubiertos en 1947 en las cuevas de Qumrán, en el desierto de Judea y muy cerca del Mar Muerto, que fueron habitadas por la secta judía de los esenios a finales de la época del Segundo Templo, en el siglo I de la era común.
Como informa ahora The Times of Israel, investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Autoridad de Antigüedades de Israel acaban de anunciar el hallazgo de una nueva cueva, la número 12, en la que encontraron recipientes destrozados similares a los de las demás cavernas, pero los manuscritos ya no están. Unas piquetas de la década de 1940 son evidencia de que el lugar fue saqueado en aquella época por beduinos, quizá tras divulgarse la noticia de los descubrimientos principales.
De hecho, los manuscritos que salieron a la luz en 1947 habían llegado al mercado negro de la mano de mercaderes beduinos, a quienes se los compraron los investigadores judíos. Luego se hicieron hallazgos adicionales, pero el lugar estaba ahora en manos de Jordania y también se pusieron a la venta en forma ilegal. Estos fueron adquiridos y depositados en el Museo Rockefeller, en la Jerusalén ocupada por los jordanos; tras la Guerra de los Seis Días, la mayoría de los manuscritos pasó al Museo Israel.
En total se trata de casi mil textos, que incluyen los ejemplares más antiguos conocidos de varios libros del Tanáj o Antiguo Testamento, además de libros apócrifos (de la época bíblica pero no incluidos en el canon), y obras sobre la filosofía de los esenios.
Oren Gutfeld, jefe del equipo de arqueólogos, señala: “Esto es lo más cerca que hemos llegado de descubrir nuevos manuscritos en 60 años. Hasta ahora era un hecho aceptado que los pergaminos pertenecían a 11 cuevas, pero ya no hay duda de que existe una duodécima”. El problema es que “ya no podemos tener certeza sobre la ubicación original de los rollos”, pues quizá algunos de los conocidos pertenecían en realidad a la cueva 12, y eso tiene suma importancia arqueológica. De hecho, aún podría haber más cuevas.
En la cueva 12 se encontró un fragmento de pergamino en el que no se aprecia escritura alguna, así como una tira de cuero que se empleaba para mantener cerrados los rollos, y una tela que los cubría. Pero también hallaron objetos mucho más antiguos: puntas de flecha y un sello de cuarzo rojo (cornalina), que indican que el lugar estuvo habitado durante los períodos Calcolítico y Neolítico, miles de años antes.
La Autoridad de Antigüedades anunció en noviembre un plan para excavar sistemáticamente todas las cuevas del desierto de Judea para adelantarse a los saqueadores, quienes han estado muy activos últimamente.
L a Agencia de la ONU para los palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés) ha sido acusada nuevamente de ser más bien un mecanismo para perpetuar el estatus de “refugiados” de los nietos y bisnietos de los árabes que salieron de Eretz Israel hace 70 años, algo único en la historia de todos los refugiados del mundo. Entre las denuncias se cuentan libros de texto que promueven el antisemitismo, y el uso de sus instalaciones para esconder armamento del grupo terrorista Hamás.
Como informa el portal United for Israel, reseñado por Enlace Judío, las acusaciones han dado lugar a medidas puntuales contra algunos de los empleados de la agencia que publicaron “mensajes incendiarios” en las redes sociales. Pero la semana pasada, la organización UN Watch difundió un nuevo informe en el que muestra que el problema no ha mejorado un ápice.
El reporte hace referencia a 40 empleados de la UNRWA que se dedican sistemáticamente a la incitación, incluyendo “celebrar el secuestro terrorista de adolescentes israelíes, animar a que se disparen cohetes contra centros poblados israelíes, apoyar diversas formas de violencia, borrar a Israel del mapa, alabar a Hitler y publicar su foto, y videos, caricaturas y declaraciones antisemitas”. Recordemos que se trata de una agencia de la ONU, que por tanto es financiada por todos los países miembros.
Por ejemplo, Om Alaa, una maestra de la UNRWA, publicó una lista de sus “diez citas favoritas de Hitler”. Amer Aaron lamentó públicamente la muerte de Ra’ad el-Atar (también conocido como Abu Heiman), destacado miembro de Hamás responsable del secuestro del soldado israelí Guilad Shalit. Tawfiq Samara, director de una escuela de la UNRWA en Jordania (y quien una vez apareció en un video promocional de la agencia), fue visto apoyando a Hamás en su página de Facebook. Desde entonces la UNRWA eliminó ese video, por lo cual UN Watch comenta: “La evidencia destruida no es el problema; que un seguidor de Hamás dirija una escuela de la ONU sí lo es”.
El reporte de UN Watch señala que, en lugar de fomentar la paz, la UNRWA “es actualmente el mayor obstáculo para la paz, ya que institucionaliza, perpetúa e infla el problema de los refugiados palestinos, y el sueño del ‘retorno’ palestino a lo que es el Estado de Israel”.
El director ejecutivo de UN Watch, Hillel Neuer, critica que los principales donantes de la UNRWA, incluidos Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, “tienen la responsabilidad de garantizar que cumpla sus obligaciones como organización humanitaria de la ONU”.
Neuer afirmó en un reciente testimonio ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes que Estados Unidos no presta suficiente atención a este problema, que ha sido reflejado en informes anteriores: “No estoy seguro de haber visto que EEUU exija responsabilidades de verdad”. Por ende, dirigió un mensaje al nuevo secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, y a la nueva embajadora ante la ONU, Nikki Haley, “para que condenen claramente la incitación al terrorismo y al antisemitismo desenfrenado de esa organización”.
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