Sami Rozenbaum, Director NMI
L os expertos en ecología están advirtiendo a los israelíes que repriman su impulso de sembrar árboles en los lugares que sufrieron incendios hace varias semanas, pues ello podría resultar contraproducente, informa The Times of Israel.
Sembrar árboles es todo un “instinto nacional” en Israel, un país que exhibe con orgullo el haber hecho florecer el desierto, y además ser el único que terminó el siglo XX con muchos más árboles y áreas de bosques que cuando empezó. Sin embargo, hoy en día los especialistas señalan que sembrar de inmediato las áreas quemadas puede perjudicar el rejuvenecimiento natural del entorno. Ofri Gabay, ecóloga de la Sociedad para la Protección de la Naturaleza de Israel (SPNI), destaca que las áreas deforestadas tienen sus propios mecanismos para reponerse después de incendios u otros eventos traumáticos. “Desde un punto de vista ecológico, esos incendios no son desastres. La naturaleza puede recuperarse sin intervención humana”. Aunque les tome años, las semillas presentes en el suelo pueden germinar y reforestar más rápidamente de lo que se piensa. Sembrar ahora podría resultar recomendable en algunas áreas limitadas, pero solo después de un análisis de las condiciones específicas del lugar.
Gabay agrega además que no se debería caminar o conducir vehículos sobre los terrenos quemados durante los próximos meses, pues ello también perjudicaría la recuperación natural.
Por su parte, Alon Rothschild, coordinador de biodiversidad de la SPNI, indica que debe evitarse a toda costa la siembra de pinos, pues son especies “oportunistas” que dañan el balance natural y además son muy inflamables. Rothschild sugiere que los esfuerzos del gobierno y del Keren Kayemet no se concentren ahora en sembrar en las zonas afectadas, sino en desarrollar espacios de “amortiguación” entre los bosques y las áreas pobladas, para que futuros incendios no afecten las viviendas y otras construcciones; también recomienda prever vías de fácil acceso para los vehículos de los bomberos.
Los ecólogos esperan que el período de lluvias que está comenzando no sea demasiado intenso, para que no se produzcan inundaciones que erosionen el suelo que en este momento está desprovisto de vegetación.
H ace algunos días, los transeúntes de Tel Aviv se sorprendieron por lo que amaneció en la céntrica Plaza Rabin: una estatua dorada del primer ministro Benjamín Netanyahu.
Se trataba de una obra de arte satírico del pintor y escultor Itay Zalait, que motivó a muchas personas a tomarse selfies y hacer todo tipo de comentarios. A quienes no hizo mucha gracia fue a algunos funcionarios de los partidos que forman parte de la coalición de centro-derecha, como la ministra de Cultura, Miri Regev, quien denunció que la estatua era “una expresión de odio”.
La ubicación de la efigie en la Plaza Rabin resultó muy emblemática, pues el nombre anterior de ese espacio era Plaza de los Reyes de Israel, y los detractores de Netanyahu lo han llamado en ocasiones “rey Bibi”. Por otro lado, el nombre actual de la plaza proviene del hecho de que allí fue asesinado Itzjak Rabin en 1995, por lo cual Regev asoció la travesura escultórica con una instigación contra el actual premier.
La municipalidad de Tel Aviv ordenó a Zalait que removiera su obra de inmediato, y el propio artista instó a los transeúntes a que “derribaran a Netanyahu”, lo que efectivamente hicieron. Sin embargo, algunos admiradores del primer ministro que pasaban por allí consideraron la estatua como un tributo merecido.
D ocumentos de archivo que acaban de salir a la luz revelan que los nazis consideraron un plan para bombardear Jerusalén y Tel Aviv durante la Segunda Guerra Mundial, informa el portal del Jerusalem Center for Public Affairs.
En los primeros años del régimen hitleriano, Alemania facilitaba que numerosas familias judías emigraran a Palestina, pues su objetivo era que todos los judíos salieran del Reich. Pero luego, según los historiadores, los nazis se percataron de que la concentración de judíos en Eretz Israel y su eficacia en construir la infraestructura de un eventual Estado iba en contra de la ideología nacionalsocialista.
Cuando las fuerzas de Rommel fueron derrotadas en el norte de África, se hizo evidente que los planes de conquistar Palestina y exterminar a sus judíos ya no sería factible. Entonces el inefable mufti de Jerusalén, Haj Amín el-Husseini, figura de gran influencia en el Reich y radicado en Berlín, propuso que el 2 de noviembre de 1943 —aniversario de la Declaración Balfour— la Luftwaffe atacara las principales ciudades del yishuv, idea que tuvo receptividad. Sin embargo, Hermann Goering, jefe de la fuerza aérea, desechó poco después la propuesta.
Debe mencionarse el hecho poco conocido de que la fuerza aérea de la Italia fascista sí bombardeó Tel Aviv, Haifa y otras ciudades de la Palestina británica en 1940 y 1941, causando unos 200 muertos y graves daños, sobre todo en la refinería de Haifa.
Los expertos comentan que el hecho de que los nazis hayan considerado dedicar recursos a bombardear ciudades de la Palestina judía, cuando ello ya habría carecido de cualquier significación militar, es muestra de su absoluto odio a los judíos y el sionismo, así como de la centralidad del Holocausto en el proyecto nazi.