Sami Rozenbaum, Director NMI
E l 29 de noviembre se cumplieron 69 años de la aprobación, por parte de la Asamblea General de la ONU, de la Resolución 181, que decidió la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe. Para la propaganda palestina, ese es el “Día internacional de solidaridad con el pueblo palestino”.
Los medios venezolanos que se identifican con el oficialismo desplegaron un abundante material lleno de las usuales distorsiones de la historia. En un principio, se afirma que “la ONU aprobó la resolución 181, conocida como Plan de Partición, que consistió en la división del territorio árabe, concediéndole el 52% de la tierra para la creación de un futuro Estado judío (Israel) y el 46% destinado a Palestina. La resolución dejó a Jerusalén bajo control internacional calificado como corpus separatum. No obstante, los dirigentes del sionismo (Israel) rechazaron las medidas, y en mayo de 1948, despojaron de sus territorios a 800 mil palestinos, convertidos en refugiados”.
Es decir, según este texto no existió la invasión de siete países árabes al territorio designado para el Estado judío, no hubo guerra, los judíos simplemente se tomaron lo que no les correspondía y “no aceptaron” la resolución de la ONU.
El embajador de Israel en la ONU, Danny Danon, aprovechó que la delegación de la Autoridad Palestina llevó a cabo una sesión especial de la Asamblea General sobre este tema (en la cual se aprobaron, por supuesto, nuevas resoluciones contra Israel), mostrando una reproducción de la primera plana del The New York Times del 30 de noviembre de 1947, que destacaba con grandes letras: “Asamblea de la ONU vota por la partición de Palestina – Árabes se salen de la reunión”; el reportaje continuaba diciendo que los árabes rechazaban rotundamente cualquier partición y la noción de un Estado judío.
Luego, Danon fue contundente: “¿Los palestinos aún quieren un Estado? La historia nos dice que no. Si los palestinos realmente hubiesen querido la paz, la habríamos tenido hace décadas. Los palestinos rechazan toda oferta y todo plan israelí, y responden con olas de violencia y terror”. Recordó que, en el año 2000, el primer ministro Ehud Barak hizo una oferta sin precedentes a Yaser Arafat: Israel se retiraría del 95% de Cisjordania y de toda Gaza para crear allí un Estado palestino; el 5% restante, donde se encuentra la mayoría de los asentamientos judíos, se intercambiaría por otros territorios. Arafat rechazó esto de plano e inició la “segunda intifada”, en la cual más de mil israelíes fueros asesinados en ataques terroristas efectuados en autobuses, tiendas, pizzerías y otros lugares.
Recordó también Danon que el primer ministro Ehud Olmert hizo una propuesta similar a Mahmud Abbas en 2008, incluyendo a Jerusalén Oriental (para entonces Israel se había retirado unilateralmente de Gaza, que ya se había convertido en el “Gazastán” de los terroristas de Hamás). La respuesta fue igualmente negativa.
El portal israelí Arutz Sheva aprovechó también la fecha del 29 de noviembre para recordar que al finalizar la Segunda Guerra Mundial había 50 millones de personas desplazadas en el mundo, todas las cuales encontraron eventualmente un hogar gracias, en parte, al trabajo de ACNUR, agencia de la ONU para los refugiados; para los palestinos se creó una agencia exclusiva, la UNRWA, que ha sido notablemente ineficaz: los 710.000 refugiados palestinos se convirtieron en 5 millones de nietos y bisnietos que siguen siendo considerados refugiados, simplemente porque ningún país árabe quiere absorberlos, y más bien siguen utilizándolos como rehenes de su propaganda antiisraelí. Son simplemente víctimas del cinismo.
H ablando de cinismo, tras cerca de seis años de guerra civil en Siria y en medio de bombardeos rusos que han causado una terrible destrucción y muerte en la ciudad de Alepo, una delegación rusa se reunió con el presidente Bashar al-Assad para planificar… la reconstrucción de Siria.
La agencia JTA informa que el grupo, encabezado por el viceprimer ministro ruso Dimitry Rogozin, tuvo varios encuentros con el canciller sirio Walid al-Mualem, quien ofreció a Rusia la prioridad en los contratos de reconstrucción. Negocio redondo.
Mientras tanto, médicos sirios y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, señalan que una sustancia tóxica que parecía cloro fue arrojada en el este de Alepo el 22 de noviembre, causando problemas respiratorios a sus residentes, que viven entre las ruinas y permanentes bombardeos. Uno de los habitantes exclamaba ante los periodistas: “Esta es un área civil. Aquí no hay centros del Ejército Libre Sirio. Ellos nos están bombardeando con cohetes. ¿Dónde están los países árabes? ¿Dónde están los musulmanes? ¿No sienten temor de Dios al ver esto? ¡Están matando a los niños!”. Se estima que unos 275.000 civiles están cercados y sin alimentos en Alepo.
La ONU ha calificado la situación de esa ciudad como “horrenda”, y ha reiterado que si se comprueba que los bombardeos a hospitales son deliberados y parte de un patrón sistemático, “ello equivaldría a crímenes de guerra”. Obvio.
P ara cerrar con una nota un poco más positiva, el dúo australiano de soft-rock Air Supply tuvo que posponer un concierto previsto para el 25 de noviembre en Haifa, debido a los incendios. La presentación se realizó finalmente el día 27, y los intérpretes obsequiaron 200 entradas a las esposas de los bomberos.
“Este es un gesto para esas mujeres, que atravesaron por días y noches increíblemente difíciles”, dijo el productor del concierto, Dudi Berkowitz, según informó el portal Ynet. “Decidimos ofrecerles una noche para alejarse de todo eso”.
Air Supply, un grupo ya veterano formado hace 40 años, es muy popular en Israel, donde se ha presentado cuatro veces durante los últimos ocho años.
Soldados cubanos enfrentados a israelíes
Un hecho no muy conocido es que, durante la Guerra de Yom Kipur (octubre de 1973), Fidel Castro envió soldados cubanos a Siria para apoyarla en su ataque a Israel. Un número indeterminado de militares de Cuba puede haber perdido la vida a manos de Tzáhal en los Altos del Golán, en una época en que el régimen de La Habana llevaba a cabo intervenciones militares en otros países, sobre todo en Angola y Mozambique.