Sami Rozenbaum, Director NMI
D e vez en cuando surgen noticias que refrescan el cargado ambiente político entre israelíes y palestinos. Una de ellas es la relacionada con el coro Rana de Yafo.
Todo comenzó en 2008 en el centro comunitario árabe-judío de este suburbio histórico de Tel Aviv, por iniciativa de Mika Danny, su fundadora, e Idan Toledano, director artístico, quienes le dieron el nombre de Shirana. Este año decidieron cambiarle el nombre a Rana, que significa “cantar” tanto en hebreo como en árabe.
Rana está compuesto por 10 mujeres árabes y 10 judías, de entre 35 y 70 años, quienes a lo largo del tiempo se han ido vinculando hasta desarrollar relaciones personales estrechas. “No es fácil; no estamos todas de acuerdo siempre sobre todo”, dice Lubna Rifi, de 40 años, árabe musulmana que se sumó al grupo el año pasado. “Es un gran reto escuchar otras opiniones y tratar de entender los puntos de vista de otros. Pero al menos veo las cosas desde su punto de vista y ellas las ven desde el mío”, agrega, según reseña el portal Israel21c.
Mika Danny señala: “El poder de la música es inmenso. Hacer música juntas, especialmente cantando, crea inmediatamente intimidad y comunicación no verbal. Pasamos por una etapa en la que nos fuimos conociendo con algo de respeto, y ahora estamos en un punto en el que somos como una gran familia. Eso significa que podemos hablar abiertamente, aunque no compartamos las mismas opiniones políticas. La única cosa que buscamos es vivir juntas y respetarnos unas a otras”.
“Me siento satisfecha de conocer a mujeres árabes y ser su amiga, y entender mejor su situación”, opina Irit Aharoni, quien es judía. “Si necesito algo, tengo el sincero apoyo de un grupo que se preocupa por mí y al que siempre puedo acudir”.
Las canciones son de tipo folclórico, y su contenido siempre es apolítico. A veces se combinan temas hebreos y árabes, y además tienen en su repertorio canciones en idish, ladino, griego, persa y yemenita.
El 8 de marzo de este año, poco antes del ensayo semanal del coro, hubo un apuñalamiento mortal en la ciudad; pero eso no interrumpió los ensayos, pues tenían una actuación pautada para el día siguiente. “Todas estábamos de un humor terrible, pero nos sentimos mejor cuando empezamos a cantar. Algunas lloraban mientras cantaban, se podría decir que lo expresamos todo”, cuenta Mika Danny.
También es frecuente ver lágrimas en los ojos del público durante sus presentaciones.
O tra historia cálida se refiere a un grupo de médicos-payasos israelíes que viajó a Alemania para dar ánimo a los niños de los refugiados sirios que están hospitalizados.
“Incluso cuando no hay palabras, puede haber una sonrisa”, afirma Nimrod Eisenberg, payaso del Centro Médico Ichilov de Tel Aviv, quien junto a sus compañeros viajó a Alemania para capacitar al personal médico local en estos temas, informa el diario Aurora.
Eisenberg explica que los pequeños refugiados llegaron a un lugar extraño, sin conocer el idioma y cargados de recuerdos traumáticos. Ello implica que el trabajo con ellos debe ser distinto al de los refugiados adultos; los “payasos médicos” son una forma de comunicarse y trasmitirles alegría. “Fuimos cuatro médicos de Israel, y de hecho nosotros somos los primeros payasos que esos niños sirios, que no tienen otra memoria que los horrores de la guerra, han visto en una clínica”.
“En todas las reuniones con los centros de ayuda a los refugiados, los payasos médicos israelíes fueron recibidos con alegría y amor. Los niños se reían, los padres lloraban y estaban felices de haber logrado olvidar por un momento los horrores y hacerlos, tal vez por primera vez en mucho tiempo, sonreír y recibir la atención médica necesaria sin miedo”, comenta Eisenberg.
Edición del 10 al 17 de noviembre de 1986
H ace treinta años, la portada de Nuevo Mundo Israelita anunciaba las conmemoraciones que se llevarían a cabo en nuestra comunidad por el centenario del nacimiento de David Ben Gurión. El evento principal fue el espectáculo “Ben Gurión, profeta de fuego”, en la sede de la UIC, donde participaron el actor Salomón Maikor, la soprano Vivian Fulop y el grupo de bailes israelíes Meretz, todo bajo la dirección de Samy Cucher y la producción de Samuel Belilty. El orador de orden fue Netanel Lorch, presidente del Instituto Central de Relaciones Culturales Israel-Iberoamérica. La Federación Sionista de Venezuela también llevó a cabo varias actividades en su sede del flamante Bet Am.
Otra destacada noticia fue la inauguración del Auditorio Comunitario Jaime Zighelboim, ubicado en el Liceo. El acto inaugural consistió en un concierto a cargo de la agrupación Solistas de Venezuela. Asimismo, NMI informaba que una asamblea extraordinaria de la UIC había decidido expandir el Beit Avot, pues la sede original ya tenía colmada su capacidad.
El semanario incluía una entrevista con la señora Raquel Kern, como homenaje a sus seis décadas de activismo comunitario y voluntariado, destacando su labor en el Hospital San Juan de Dios. De hecho, las páginas centrales reseñaban una muestra del Museo Kern, organizada conjuntamente con el Beit Hatefutsot a través de la embajada de Israel, titulada “La inmigración judía de España y Portugal al área del Caribe”.
La muy dinámica y entonces creciente kehilá también llevó a cabo en esos días el evento “Contigo Israel 86” de la División Femenina de Keren Hayesod, y se presentaron dos libros: Luz y sombra de mi vida de Klara Ostfeld, y Mosaicos de la Judaicidad de León Benoliel.
Otra nota reseñaba que la Sociedad Internacional de Electroquímica acababa de otorgar su premio anual, destinado al científico joven más destacado en esa especialidad en el mundo, al investigador venezolano Benjamín Scharifker. Eso fue hace treinta años.
La Oficina de Seguridad Comunitaria invita a toda la comunidad a participar en la charla “Prevención ciudadana y tips de seguridad personal”, dictada por Daniel Rosales Cohen.
Fecha: Domingo 20 de noviembre, 4 pm.
Lugar: Salón Jerusalem “Flora y Simy Murcián”, CSCD Hebraica.