Sami Rozenbaum
Director
L a advertencia la hace Zeev Elkin, ministro de Absorción y de Asuntos de Jerusalén: la Autoridad Palestina está a punto de colapsar.
Elkin expresó su preocupación durante un discurso pronunciado en la Universidad Bar Ilán. “La pregunta no es si la AP va a desmoronarse, sino cuándo”, dijo. “Puede ocurrir en un mes, en dos meses, en un año o en dos años”.
La causa fundamental es que el presidente de la AP, Mahmud Abbas, a quien se le venció el período hace varios años y ya tiene 81 de edad, “posee cada vez menor control”, y no existe un mecanismo para elegir a su sucesor. Por ello, es previsible una salida violenta y una posterior situación de anarquía.
El problema es que, en unas eventuales elecciones, el grupo terrorista Hamás podría triunfar, dada la impopularidad de al-Fatah por su corrupción e incompetencia. Los palestinos sufren por malos servicios y una pesada burocracia.
Elkin señaló, según el diario israelí Aurora, que decidió difundir abiertamente sus advertencias luego de tratar en vano de plantear el tema en las reuniones del gabinete: “No estoy seguro de que el gobierno haya pasado la etapa del diagnóstico y se haya dado cuenta del cambio dramático que enfrentamos”.
Un dato llamativo es que, según Elkin, el único candidato hipotético de la AP que quizá podría ganarle a Hamás en unas elecciones sería Marwan Barghouti, quien está preso en Israel por terrorismo. Es decir, no hay opciones.
Añade Elkin que “si la AP se derrumba, los ciudadanos de Israel, sobre todo los de los asentamientos, pagarán el precio. Debemos prepararnos para ataques terroristas de mayor escala”. Además, predeciblemente, “el mundo va a culpar a Israel” por el colapso, y “la comunidad internacional detendrá la donación de dinero a los palestinos. Si no nos preparamos, la realidad se impondrá sobre nosotros y el costo será muy alto”.
En respuesta a este preocupante escenario, una fuente del gobierno declaró: “Tenemos interés en que la AP no colapse. Estamos tomando una serie de medidas económicas y de seguridad en el terreno para prevenirlo, pero nos preparamos para todas las posibilidades”.
Eilat, la atractiva ciudad israelí ubicada en la “punta” sur del país y que es un enclave turístico en el Mar Rojo, está pasando por dificultades económicas. El ministro de Turismo, Yariv Levin, presentó al primer ministro Benjamín Netanyahu un plan para crear casinos, como una forma de producir nuevos ingresos y generar empleos, informa Israel Hayom.
Levin encabeza un equipo que incluye al alcalde de Eilat y funcionarios de las carteras de Trasporte, Finanzas, Justicia y Seguridad Pública. El concepto preliminar plantea crear un “strip” de casinos —versión en miniatura del que existe en Las Vegas—, que se construiría en el área del actual aeropuerto, el cual será mudado. El “strip” tendría, además de cuatro casinos, hoteles, así como centros de convenciones y entretenimiento orientados fundamentalmente a los turistas extranjeros.
Actualmente no se permiten los casinos en Israel, y el proyecto prevé que los ciudadanos del país estarían sometidos a restricciones para poder jugar. El Ministerio de Finanzas estima que la actividad generaría unos 115 millones de ingresos al fisco por concepto de impuestos especiales, pero lo más importante sería la dinamización económica de Eilat.
Varios partidos han expresado su oposición al plan. Naftali Bennett, de Habait Hayehudí, declaró: “Los casinos están contra los valores de nuestro Estado; sirven a los fuertes y debilitan a los débiles. El daño físico y emocional nos afectará a todos”. El partido ultraortodoxo Shas emitió un comunicado en términos parecidos: “Los casinos solo servirían a los magnates y a los super-ricos, y causarían un gran daño a los menos afortunados”. En esto coincide también el partido izquierdista Meretz.
El ministro Levin respondió que “los indignados miembros de Habait Hayehudí han elegido ignorar el hecho de que el juego ilegal es rampante en Israel, lo que muestra su falta de seriedad. Además, no ofrecen ningún plan alternativo para ayudar a Eilat”.
Es de esperar que habrá largos y tormentosos debates en la Knesset antes de que se apruebe —o no— este novedoso plan.
Hace algún tiempo escribimos en estas páginas sobre Dalia Bassa, coordinadora de salud de la Administración Civil Israelí en Cisjordania (Cogat por sus siglas en inglés), quien se encarga de gestionar ayuda humanitaria para la población palestina.
Hace algunos días se difundió el caso del niño Mohamed Daadua, de tres años de edad y quien vive en una aldea cercana a Belén. El pequeño sufrió quemaduras graves en el 100% de su cuerpo cuando le cayó encima una olla de jalea de uvas hirviendo. Sus padres lo llevaron de emergencia al hospital palestino de Rafidia en Nablus (Shjem), donde les dijeron que no había posibilidades de salvarlo por causa de las quemaduras.
El padre de Mohamed se puso en contacto con Dalia Bassa, rogándole que hiciera lo posible para trasladarlo a un hospital en Israel. A través de una coordinación de emergencia, Dalia logró que el Maguén David Adom (Estrella de David Roja) lo trasportara al Hospital Hadassah en Jerusalén.
Después de varios meses de numerosos trasplantes de piel y tratamiento continuo para mantenerlo estable, el niño se ha recuperado notablemente; se prevé darlo de alta en las próximas semanas, y que podrá vivir una vida normal.
En el último año, alrededor de 100.000 palestinos de Cisjordania, y cierta cantidad también de la Franja de Gaza, recibieron tratamiento médico en Israel, y además se ofreció entrenamiento a numerosos médicos palestinos.
Un video sobre este caso puede verse en: http://on.fb.me/1QM3NYF