L a Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), ente representativo de las comunidades judías de ese país, envió una carta a la canciller Susana Malcorra en la que expresó su “preocupación y malestar” por la decisión del gobierno de Mauricio Macri de votar a favor una resolución de la Unesco titulada “Palestina Ocupada”, en la que se califica como “potencia ocupante” al Estado de Israel.

La resolución de marras se refiere al Monte del Templo como “la Mezquita de Al-Aqsa / Haram Al Sharif y sus alrededores”, sin mencionar para nada la existencia allí de lugares sagrados judíos, informa el portal Radio Jai.

Según la carta de la DAIA, el documento de la Unesco, que ya había sido rechazado por Israel, “pretende negar la histórica e indisoluble ligazón del pueblo judío con los lugares sagrados a los que se refiere dicha resolución”. Y continúa: “Nuestros ancestros visitaron el Monte del Templo hace 3800 años. Los dos Templos del pueblo judío estuvieron en ese preciso lugar durante 1000 años. El rey David estableció a Jerusalén como capital hace 3000 años. Desde entonces, cada judío en el mundo ha elevado sus oraciones con su mirada dirigida al Monte del Templo, al Muro Occidental, el Kótel”.

El resto de la comunicación señala: “Resulta lamentable que la Unesco, entidad global que tiene la misión de preservar la herencia cultural de la humanidad en toda su diversidad, haya impulsado una declaración que falsea la historia y ofende las creencias y tradiciones de todo un pueblo, al mismo tiempo que injustamente llama ‘potencia ocupante’ al Estado de Israel, una nación que mantiene un vínculo histórico con un territorio y sus lugares sagrados desde hace miles de años, más allá de las diferencias que puedan suscitarse por problemas puntuales y que pueden encontrar soluciones específicas”.

La carta, firmada por el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, y su secretario general, Santiago Kaplun, fue entregada personalmente durante una audiencia con Malcorra, quien busca postularse como secretaria general de las Naciones Unidas.

Llama la atención que la cancillería que encabeza Malcorra haya considerado apropiado apoyar esa resolución, aparentemente como un medio de facilitar el camino a sus aspiraciones; eso dice mucho sobre lo “políticamente correcto” que resulta denostar de Israel en el máximo organismo internacional.

Por su parte, el nuevo gobierno de Brasil expresó su “pesar” por haber votado a favor de la citada resolución. La cancillería brasileña reconoció que el texto es “parcial y desequilibrado”, y prometió votar en contra de futuras resoluciones sobre el tema si sus dudas no se tienen en cuenta, como reportó el diario israelí Aurora.

El vocero señaló que, durante las deliberaciones, Brasil trató de “suavizar los términos de la propuesta original”, pero tras no lograrlo votó finalmente a favor. Esto resulta harto contradictorio: por más que el mundo diplomático esté lleno de juegos confusos y hasta oscuros, uno esperaría que si los cambios que Brasil había propuesto no fueron aceptados, ese país debía, al menos, abstenerse.

La resolución fue aprobada por 33 votos a favor, 6 en contra y 17 abstenciones. Francia fue uno de los países que también votaron a favor. Tras duras críticas por parte del gobierno de Israel, París también reconoció que el texto estaba parcializado. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, exhorta ahora a Francia a instar a otros países que se retracten de la resolución.