Sami Rozenbaum, Director NMI
U n reportaje publicado en el diario Israel Hayom revela los extraordinarios hallazgos arqueológicos que se han efectuado en escombros provenientes del Monte del Templo, es decir, donde estuvieron los dos templos de Jerusalén.
Todo comienza con un intento de borrar la historia judía del Monte del Templo, que es de hecho el lugar más venerado del Judaísmo, y donde actualmente existen dos mezquitas. El lugar es administrado por el waqf, autoridad religiosa musulmana, por acuerdo con el gobierno israelí desde que se reunificó la ciudad en 1967.
En 1999, durante unos trabajos realizados en los llamados Establos de Salomón en una de las esquinas del Monte, el waqf ordenó que unos bulldozers excavaran un profundo y ancho pozo. Esto originó un escándalo y fue condenado por las autoridades israelíes, pues destruyó la posibilidad de estudiar científicamente el lugar. Sin embargo, no todo está perdido: los arqueólogos israelíes Gabi Barkai y Zachi Dvira llevan varios años analizando la tierra removida; aunque se ha perdido el contexto (es decir, el orden de los estratos donde los hallazgos estaban depositados), han surgido millares de pequeños objetos que abren una puerta al pasado de Jerusalén.
El proyecto se lleva a cabo en el cercano Parque Nacional Ein Tzurim y, como siempre sucede en Israel, centenares de arqueólogos aficionados han colaborado en el trabajo de tamizar los montones de tierra extraídos del Monte del Templo, que han sido trasladados hasta allí con ese propósito. Así se han descubierto restos de lo que parece haber sido un sistema de calefacción, que consistía en ladrillos perforados para permitir el paso de aire caliente para los peregrinos y sacerdotes que iban a usar la mikve (baño ritual) antes de entrar al Templo. Los restos de la propia mikve, ubicada debajo de la actual mezquita Al-Aqsa, habían sido descubiertos por el arqueólogo británico Robert Hamilton en 1927, cuando un terremoto derribó parte de la mezquita; pero él ocultó el hallazgo en el libro que publicó poco después, pues a los musulmanes les “ofendía” cualquier mención a restos judíos en el lugar. Los archivos completos de Hamilton, que reposan en el Museo Rockefeller de Jerusalén, han salido recientemente a la luz.
También se ha comprobado la existencia de mosaicos del período bizantino de Jerusalén (años 324 a 638 de la era común), que sugieren que, a diferencia de lo que generalmente se pensaba, en el Monte del Templo había estructuras antes de la llegada del Islam, probablemente una o más iglesias. Además se encontraron una lámpara y monedas, también de la época bizantina.
Más emocionantes son los descubrimientos de sellos de arcilla y monedas de la época bíblica, que complementan los hallazgos efectuados cuando se limpió el terreno frente al Kótel para crear la actual plaza. Uno de los sellos, datado en 2600 años de antigüedad, dice en hebreo arcaico: “De Gibeon para el rey”. Según Barkai, esto indica que los habitantes de la localidad de Gibeon, cercana a Jerusalén, le pagaban impuestos al rey de Judea, que en aquella época quizá habría sido Menashe, hijo de Ezequías. Otros sellos similares hacen referencia a distintas ciudades que aparecen mencionadas en el libro de Josué. “Esto demuestra que esas ciudades le pagaban impuestos al gobierno central” en Jerusalén, señala Barkai.
Entre las miles de monedas encontradas destaca un medio shékel de la época de la rebelión contra Roma; otra, acuñada poco antes de la destrucción del Segundo Templo, muestra la inscripción “Libertad de Sión”. Una más antigua tiene la imagen de Antíoco IV Epifanes, el rey del Imperio Seleucida contra el cual se rebelaron los hasmoneos (macabeos). De esa época también se halló el asa de un cántaro con una fecha —sellada en la isla de Rodas— que corresponde al año 165 a.e.c., precisamente el del triunfo de los macabeos.
Pero los descubrimientos llegan aún más atrás: figurillas de la época del Primer Templo, balanzas de piedra, bolas de piedra de uso bélico similares a las halladas en las ruinas de Lajish (ciudad destruida por los asirios), e incluso fragmentos de la época prehistórica, incluyendo herramientas de pedernal. Barkai dice que tiene trabajo por muchos años más. Estas investigaciones están siendo patrocinadas por la Universidad de Bar Ilán, con el apoyo de la Autoridad de Antigüedades de Israel y soporte económico de la organización Elad.
Un factor muy importante es que la Corte Suprema de Justicia ha prohibido al waqf seguir desplazando otras pilas de tierra que habían extraído del Monte del Templo, y que aún siguen allí. Lo más indignante es que el waqf ha estado mezclando esos restos con escombros de construcción y desechos, con el propósito de eliminar las evidencias de la historia judía y cristiana del lugar.
Según informó a la Knesset el Servicio de Seguridad Interior de Israel (Shin Bet), 73% de los terroristas palestinos que cometieron ataques con puñales entre finales de 2015 y principios de este año tenían documentos de identificación israelíes, indica Israel Hayom.
Este informe se elaboró a petición del gobierno, pues se está evaluando la extensión por un año de la Ley de Ciudadanía y Entrada a Israel. Los datos también revelan que, entre 2001 y 2016, un total de 104 personas involucradas en actividades terroristas habían recibido el estatus de residentes en Israel gracias a la legislación de reunificación familiar: 17 por haber contraído matrimonio con israelíes, y 87 por tener familiares que habían recibido la residencia.
El Shin Bet advierte que esta legislación, de carácter netamente humanitario, representa un riesgo de seguridad, pues puede ser aprovechada para llevar a cabo actividades terroristas y de espionaje. En la actualidad, unas 12.500 personas de Cisjordania y varios países árabes están en diferentes etapas del proceso de reunificación familiar; muchos de ellos quizá sean rechazados, pagando “justos por pecadores”.
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Carlos Langer