Sami Rozenbaum, Director NMI
B ernie Sanders es el primer judío que llega tan cerca de una candidatura presidencial por el Partido Demócrata de Estados Unidos. Sin embargo, como señala un artículo en el diario israelí Aurora, varios de los integrantes de su comité son claramente antiisraelíes.
Según la nota, Sanders indicó que quería que su plataforma “elevara la cuestión de los derechos de los palestinos”; eso siempre significa reducir la importancia de los derechos de los israelíes. Y efectivamente, dos de los partidarios de Sanders en el Comité Nacional Demócrata han dado muestras de su hostilidad hacia el Estado judío: Cornel West, activista social, es un prominente partidario del movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones); y James Zogby, presidente del Instituto Árabe Americano, se ha opuesto enérgicamente a las decisiones anti-BDS que están tomando varios estados de ese país.
Según declaró al portal Algemeiner el abogado y activista pro-israelí Alan Dershowitz, Zogbi es un “odiador profesional de Israel”, y dice no estar sorprendido de que Sanders lo haya designado para trabajar en un cargo de influencia: “Bernie Sanders es un ignorante cuando se trata del Medio Oriente, y tiene un fuerte sesgo contra Israel. Él obtiene su información sobre esos temas de fuentes de la extrema izquierda y antiisraelíes, y no piensa por sí mismo”.
Dershowitz agrega: “Colocar a dos personas que detestan a Israel en el comité genera el riesgo de dividir al Partido Demócrata sobre un tema en el que siempre ha estado unido”.
Por otro lado, por orden judicial se ha divulgado una gran cantidad de correos electrónicos privados de Hillary Clinton, de la época en que era secretaria de Estado del presidente Obama; entre estos, como señala el diario Haaretz, destacan varios que sugieren que estuvo dispuesta a escuchar a algunos asesores que le propusieron planes contra Israel. Por ejemplo, Thomas Pickering, quien había sido embajador de EEUU en Israel, le propuso en 2011 que Washington organizara subrepticiamente una campaña generalizada de protestas antiisraelíes, “al estilo Gandhi”, entre las mujeres árabes de Cisjordania.
Pickering insistía en que fueran solo mujeres, con una explicación que muestra su propio desprecio hacia los palestinos: “Deben ser solo mujeres. ¿Por qué? La cultura masculina palestina implica usar la fuerza. Los beduinos fueron durante mucho tiempo saqueadores y ladrones de novias de otras tribus. Los hombres palestinos no protestarían pacíficamente durante mucho tiempo”.
Clinton no aprobó el plan (al menos vía email), pero el hecho de que Pickering pensara apropiado proponérselo, y que ella no mostrara inmediatamente su desacuerdo con esta acción contra su “mejor aliado” en el Medio Oriente, es muy revelador.
Sobre la postura hacia Israel de Donald Trump no hay mucho que decir; su populismo radical de estilo tan “latinoamericano”, y su talante errático, tampoco ofrecen expectativas alentadoras en caso de que ganara la presidencia de Estados Unidos en noviembre.
El célebre compositor e intérprete Bob Dylan acaba de cumplir 75 años, y varios medios israelíes han recordado un tema que compuso hace tres décadas en entusiasta apoyo a Israel.
Dylan, cuyo nombre real es Robert Allen Zimmerman, ha mantenido lazos con Israel durante toda su vida. Como recuerda el portal Itongadol, visitó el país varias veces en las décadas de 1960 y 1970, y hasta consideró la posibilidad de integrarse a un kibutz.
En 1983, a raíz de la guerra del Líbano del año anterior, Dylan compuso el tema “El matón del barrio”, en el cual compara a Israel con un “exiliado” a quien califican injustamente como “matón” por defenderse de la permanente agresión de sus vecinos.
¿Cómo lee usted NMI?
Leo NMI en shabat, en casa de mi abuela. Sobre todo me gustan los avances israelíes, pues me parece súper importante ver cómo un pequeño país puede producir todo eso, y además ser cabeza de muchas otras cosas que se desarrollan a nivel mundial. También me interesa la situación del conflicto árabe-israelí. En líneas generales no tengo ninguna crítica que hacerle, pero lo que sí me gustaría es que hubiera más presencia de la juventud de Hebraica en sus páginas, porque eso motivaría a los jóvenes a acercarse más al periódico.
Joel Benzaquén, estudiante de 4º año del Liceo Moral y Luces “Herzl-Bialik”