En julio de 2014 se inauguró en España una exposición en el Museo de Historia de Catalunya, con el nombre de “Perseguidos y Salvados”. Fue organizada por Josep Calvet, historiador; Josep Boya, director del museo; y Mireia Boya, profesora de la Universidad de Lérida y presidenta de la Asociación de Mujeres de Les en el Valle de Aran, en Lérida.
E n esta exposición se describe la situación de los judíos que pudieron evadirse hacia España buscando escapar de los nazis*; es una exposición itinerante que tuve la suerte de ver en Girona. En el Museo Judío de esta pintoresca ciudad, remanente de la Edad de Oro de los judíos en España, nuestras anfitrionas fueron Silvia Planas, autora del libro Historia de la Cataluña judía, y Neu Casellas, docente del Museo de Girona.
Después de que el profesor Calvet publicó su libro Las montañas de la libertad, se puso a la tarea de encontrar a algunos sobrevivientes del cruce de los Pirineos en la época de 1940 a 1945. Gracias a la poca privacidad de las redes sociales y a la oficina de Yad Vashem en Caracas, él me encontró en 2011. En 2014 publicó el libro Huyendo del Holocausto, donde narra detalles del arribo de mi familia a España. En las investigaciones de Calvet, en los archivos de Lérida, descubrí que habíamos sido arrestados y casi devueltos a Francia por no tener la visa de salida requerida. A mis cinco años no es mucho lo que yo recuerdo. Pero gracias a la invitación de la Diputación de Lleida pude recorrer pasajes de los Pirineos, ver una cárcel más un calabozo donde internaban a los prisioneros camino al campo de concentración de Miranda de Ebros, que era nuestro destino. Por razones desconocidas tanto para el profesor como para mí, logramos evadirnos de nuevo y llegar a Barcelona.
El presidente de la Diputación de Lleida, Joan Reñe Huguet, y su gabinete, tuvieron la gentileza de invitarme para inaugurar una de las rutas de evasión de los Pirineos. Esta ruta está muy bien documentada y señalizada, con lo que fueron albergues utilizados para mantener a los judíos hasta poder llevarlos a los campos de concentración en España.
En la ruta hay un bloque que denominan Totem, donde los que tienen teléfonos modernos pueden obtener información en catalán, español, inglés, francés y hebreo. Esto último me emocionó mucho, ya que esa zona hermosa recibe muchos visitantes de Israel. Esta inauguración fue en la población de Alos D’isil. Pude hablar con un habitante de 82 años que fue testigo del maltrato que daban en esa cárcel a los prisioneros, y que la Guardia Civil, que no era de esa zona, no permitía que los vecinos se acercaran a dar alimentos a los privados de libertad; eran crueles. Lo contrario a la cárcel de Sort, donde los vecinos sí podían, a través de las rejas, pasar comida a los presos y hasta jugar barajas con ellos.
El proyecto “Perseguidos y Salvados” es importante para la historia, para las generaciones venideras y para orgullo de los catalanes, algunos de los cuales, con su granito de arena, fueron justos en la ayuda otorgada a personas inocentes cuyo único pecado era ser judíos.
Lea nuestro dossier “La salvación por los Pirineos”, edición 1891 de NMI en nmidigital.comPaquita Sitzer.