En una época en que las guerras pueden perderse en los medios tras ganarse en el campo de batalla —como suele sucederle a Israel—, él tiene potencialmente el poder de varios batallones
Avihai Adraí aún recuerda cuando su comandante en la prestigiosa unidad “8200” de Servicio de Inteligencia del ejército —a la que había llegado por su buen dominio del árabe aprendido en el liceo— le preguntó un buen día qué le parecía la idea de cambiar de puesto y comenzar a desempeñarse como portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzáhal) en árabe.
“Le dije: ‘Samo ¿en qué mundo vives? ¿Por qué alguien tomaría a un niño de 23 años como portavoz de Tzáhal en árabe? No soy ni siquiera oficial, soy tan joven’”, recuerda hoy, a los 35. Pero su jefe insistió. Lo mandó a hablar con Miri Reguev, hoy ministra y en aquel entonces la portavoz de Tzáhal. “Recuerdo como si fuera ahora que entré en su oficina y ella me dijo: ‘No tengo cómo comprobar si sabes bien árabe, pero me han dicho que sí, y como yo creo mucho en los jóvenes, el cargo es tuyo’. Así nomás. Y agregó: ‘Ve y demuéstrame que no me equivoqué’. Y aquí estoy, 11 años después”.
Indudablemente, la portavoz del ejército en aquel momento no se equivocó. Avihai, quien desde chico tiene lo que llama “una historia de amor con el idioma árabe”, aparece en las pantallas de estaciones árabes de televisión , informa y explica sobre Israel con una soltura y firmeza impactantes. Irradia seguridad, sabe sonreír cuando sus entrevistadores quisieran verlo sudar de los nervios, y parece estar siempre en todos lados. Cuando le preguntamos si cree que hay algún palestino atento a los medios, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza, que no lo conoce, responde sin titubear: “La verdad, no”. Señala un “adorno” que tiene en su oficina como prueba de su protagonismo: “Ahí, detrás de ti, esa cometa…me la mandaron a mí”. Entre las numerosas cometas incendiarias lanzadas por los palestinos, especialmente Hamás, desde la vecina Franja de Gaza hacia el sur de Israel, hubo una sin botella incendiaria, que decía “Para el reo Avihai”. Él ríe. “Claro que lo que importa es que, si me conocen, significa que escuchan el mensaje de las Fuerzas de Defensa de Israel”.
Este es un resumen de su historia.
Avihai ¿de dónde viene este dominio perfecto del árabe? ¿Empezó en tu casa?
La verdad es que yo lo llamo una historia de amor. Siempre me gustó mucho el idioma árabe. Lo aprendí a fondo en el liceo, le dediqué mucho tiempo. Y hay algo en las raíces, porque mi mamá hablaba con la suya, mi abuela, en iraquí, el árabe de Iraq, pero no es que se hablara árabe siempre en casa… Bueno, algunas malas palabras, eso sí. Mi abuela veía todos los viernes una película árabe que daban en la televisión israelí, y luego las noticias en árabe. Yo tenía una vecina que era maestra de árabe, y me daba los exámenes para que calculara los puntos que se sumaban en cada respuesta. Pero siempre me sentí muy vinculado, y al final yo mismo corregía los exámenes.
Yo diría que este cargo, portavoz de Tzáhal en árabe se identifica automáticamente contigo por tu personalidad, no solo por el hecho de que lo cumples hace años. Seguramente te has tenido que “reinventar” desde que empezaste, los medios han cambiado mucho.
Muchísimo. Recordarás tú también, porque estabas allí, que años atrás hacíamos aquellos encuentros con la prensa, algún alto oficial hablaba… Hoy todo es distinto. Yo diría que un punto de inflexión fue la Segunda Guerra en Líbano en 2006. Me convertí en estrella. Fui a hablar a todos los canales de televisión posibles: saudíes, egipcios, a todos los que nos invitaban. Hasta de LBC del Líbano, durante la guerra misma. Desde Israel, claro está. Y luego hubo silencio por un tiempo, hasta que empezaron las guerras contra Hamás en Gaza.
Pero a lo largo de los años, como dices, fueron cambiando los marcos. Entraron YouTube, Facebook, Twitter, entraron las potencias digitales, y allí uno lucha contra adversarios que pueden tener tu mismo nivel.
En las redes sociales se abren plataformas de diálogo, se pueden crear muchos más titulares. Hoy en día el tema no es solamente el contenido, sino la multiplicidad de marcos en los que se los puede colocar. Hoy puedo salir de una entrevista en un estudio de televisión pero sé que no se termina ahí, porque están todas las redes y las plataformas en las que hay que trabajar, reaccionar, contar, responder.
¿Cómo se mide tu éxito en este esfuerzo por explicar [lo que hace] Tzáhal al mundo árabe?
Creo que se mide de dos formas: si la prensa y los medios tradicionales tomaron algo que se dio en las plataformas digitales y escribieron y comentaron al respecto, o si el tema tuvo tanto éxito que se convirtió en la noticia del día. En definitiva, cuando haya una guerra, lo primero que hará la gente es prender la televisión. En los medios centrales está todavía la fortaleza principal. Claro que las plataformas digitales son importantísimas hoy, pero los medios tradicionales son aún claves.
Pero me imagino que no te ocupas sólo de las “peleas” digitales, sino también de acercar a Tzahal al mundo árabe.
Por supuesto. Hay por lo menos 50 notas por mes sobre el ejército para medios en árabe. Les mostramos el ejército, que vean un túnel de Hamás.
Eso es bueno, pero me pregunto si acaso al explicar, dado que se te escucha mucho, puedes convencer a alguien, por ejemplo, de que el odio con el que crecen respecto a Israel no tiene razón de ser.
Es complicado. Pero entrar a la conciencia de la gente es clave, porque quiere decir que te escuchan.
¿Cómo se maneja el tema de la Franja de Gaza? Para el mundo, en general, hay allí un pueblo que sufre por las restricciones de Israel. Para Israel, hay que lidiar con una organización terrorista que gobierna Gaza y ataca a Israel.
Cuando se habla ante Gaza, uno sabe que habla ante un público que te odia, que te dice que quiere volver a las casas de las que “los expulsaron en el 48”. No hay consenso acerca de cómo se puede explicar. No hablamos de esclarecimiento ante los palestinos, ni de nada que pueda llevar a que mañana abran en Gaza un edificio de la Agencia Judía. Pero la cometa que está allí detrás de ti, con un mensaje dirigido a mí y mi nombre allí escrito, significa que logré entrar en la opinión pública palestina, que están conscientes de mi existencia y de lo que hago. Eso es muy importante.
Lo bueno es cuando surge interacción con el público al que uno le quiere hablar. Eso es lo que sucede cuando reaccionan a mensajes que nosotros queremos trasmitir, que te conocen y “entraste”. Y eso influye, porque los mensajes pasan. Hace pocos meses, cuando ocurrió el incidente de la infiltración del dron iraní, recibimos mucho apoyo del mundo árabe, porque están contra Irán. En una situación así podemos trasmitir nuestros mensajes, recordar que Irán también está con Hamás… y ellos mismos pueden sacar conclusiones. Si se logra establecer el vínculo entre Irán y Hamás, eso ya es un éxito.
Habrá sido interesante seguir los comentarios en los medios del mundo árabe en relación al dron iraní derribado, luego el disparo de misiles hacia el Golán en Israel y la masiva respuesta israelí hacia bases iraníes en Siria. No es que nadie ame allí a Israel, pero odian a Irán.
Exacto. El incidente de disparos de misiles al Golán, después de los cuales Israel atacó bases iraníes en Siria, también desató muchas reacciones que dejaron muy en claro que nos siguen, que entramos en su diálogo. También medios que no nos quieren para nada, usaron nuestras gráficas. Y el veterano periódico libanés Al Mustaqbal, de la familia Hariri, escribió en su titular: “Israel es preciso al golpear de acuerdo con sus líneas rojas, mientras Irán calla”. Al día siguiente, Al Akhbar de Hezbolá escribió en su titular principal: “Que se callen ya los medios traidores. La cadena televisiva Al Arabiya alcanzó un nuevo bajo nivel al ponerse totalmente al lado de la nueva agresión israelí contra Siria, haciendo caso omiso al fuego antiaéreo sirio. Lo notorio fue que a los objetivos que nosotros atacamos dentro de la entidad sionista, publicados en el canal Al Mayadín, no se les prestó atención en absoluto en ninguno de los canales árabes. Ni Al Arabiya, ni Al Jazeera ni Sky News en árabe consideraron oportuno verificar las noticias y publicarlas. Esos medios adoptaron totalmente la versión mentirosa del enemigo”.
Están diciendo que esos medios adoptaron lo que publica el portavoz de Tzáhal.
Exactamente. Así que para nosotros eso fue algo muy significativo, en lo que jugamos un rol clave. Pero aquí hubo algo nuevo y muy importante: utilizamos el Twitter del portavoz del ejército en árabe para enviar un mensaje a Siria. Escribí: “Tzáhal está operando ahora contra blancos iraníes en Siria. Si Siria resuelve participar y disparar su fuego antiaéreo hacia nuestros aviones, será parte del juego”.
¿Y el mensaje llegó a destino?
¿Si llegó? Fue inmediato, en cuestión de segundos voló. En un minuto ya estaba en los informes urgentes de numerosos medios de comunicación del mundo árabe.
Tomado todo de tu Twitter.
Así es. Así que las plataformas del portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel en árabe constituyen hoy en día una herramienta operativa. Así como hay tanques que pueden disparar un proyectil para trasmitir un mensaje a los terroristas, están también las plataformas digitales. Sirven para contar sobre Israel, su democracia, para mostrar mujeres y hombres en el ejército y cosas que muchos no conocen, lo que yo llamo los “mensajes suaves” sobre la realidad, pero también para trasmitir mensajes duros operativos.
¿Límites?
¿Te impones límites en las tácticas o en lo que dices?
No miento jamás. Nunca voy a decir algo que no es cierto. Claro que cuando uno es portavoz dice su verdad. Puede haber una historia con diez puntos relevantes y yo decido contar sobre nueve de ellos. Si no menciono el décimo, no estoy faltando a la verdad.
¿Cómo ves la guerra informativa del otro lado?
Es indudable que del otro lado, Gaza por ejemplo, tienen una lista de mensajes que deben trasmitir. Y también mienten, eso es seguro.
¿Hay casos que ocurren en el terreno por los que te preguntas “y esto cómo lo explico?”. Por ejemplo, si muere un niño.
Sí. Hay cosas difíciles. Cuando muere un niño. Y cuando murió la paramédica Rozan el-Najjar. Pero a las dos horas de su muerte difundimos una entrevista que ella dio por televisión, en la que se la ve lanzando una granada de humo y diciendo que sirve de escudo humano. No digo en absoluto que por eso tiene que morir, claro que no. No lo dije en ningún momento. Pero esas cosas muestran otras aristas de la situación que otros suelen no mostrar.
Otro caso muy fuerte hace pocos meses fue el de la bebita palestina de ocho meses.
Cuyos padres dijeron que había muerto por la inhalación de gases disparados por Israel…
Y resultó que había muerto por una enfermedad congénita de la que sufría. Al día siguiente de la información y de la acusación de Hamás a Israel, yo publiqué que hay dudas respecto a las circunstancias de su muerte. A raíz de eso, The New York Times hizo una investigación y descubrió que la razón de la muerte no tenía nada que ver con Israel. Y luego el Ministerio de Salud palestino tuvo que sacarla de la lista de los muertos.
Un tema recurrente en los medios, cuando se critica a Israel, es que en los últimos meses, por ejemplo, ha habido muertos palestinos y casi ninguno israelí. ¿Has tenido que explicar esa situación?
Hay muchos elementos para explicar. Pero para resumir, en referencia a los hechos de los últimos meses, te diría que sabemos claramente qué pasaría si no hubiera soldados cuidando la frontera e impidiendo que se infiltren a Israel todas esas células de Hamás que lo intentan continuamente. Desde afuera pueden parecer simplemente disturbios de gente desarmada, pero no lo son. Sabemos qué pasaría si 200 palestinos que intentan cortar la cerca lo lograran.
¿Cómo ves los próximos pasos?
Las Fuerzas de Defensa de Israel continuarán “comunicándose” con el enemigo también a través de los medios, y seguiremos aquí sirviendo de boca para nuestros soldados, que hacen un trabajo sagrado por todos. Y espero saber adaptarme a los cambios que haya, así como he tenido que hacerlo en los últimos años.
¿Y en lo personal? Veo aquí fotos de tus dos hijos, aún niños pequeños. ¿Crecerán en un Israel en paz?
Espero que crezcan en un Israel más tranquilo, claro que sí. No puedo responder a preguntas estratégicas ni vaticinar el futuro, pero sí puedo asegurar que Tzáhal hace todo lo que está a su alcance para garantizar que todos, también mis hijos, vivamos en una realidad lo más segura posible.