Una nueva plataforma de inteligencia artificial puede acelerar y mejorar el desarrollo de fármacos, el control y la atención de los trastornos neurológicos utilizando la información de los ojos capturada a través de un teléfono inteligente o una cámara web
Brian Blum*
«Mírame a los ojos. ¿Que ves?», le pregunta el hombre a su esposa.
“Veo Parkinson, Alzheimer y esclerosis múltiple”, responde ella.
No es el intercambio más romántico imaginable.
Pero imagine si mirar a alguien a los ojos fuera la clave para diagnosticar trastornos neurológicos, que son la principal causa de discapacidad en el mundo y cuestan unos 800.000 millones de dólares al año en gastos directos de tratamiento.
Las correlaciones entre la «oculometría» (la medida biométrica del movimiento y la condición de los ojos) y las condiciones neurológicas es un área de estudio muy investigada, con más de 750 artículos publicados en revistas como The Lancet, Nature y Neurology. Sin embargo, desarrollar una tecnología que pueda decodificar los datos de los ojos ha demostrado ser un desafío. Nadie ha avanzado con éxito hacia la comercialización de un enfoque oculométrico.
Hasta ahora.
En octubre de 2021, la startup Neuralight, con sede en Tel Aviv y Austin, Texas, se lanzó de manera silenciosa con una inversión inicial de $5,5 millones y el objetivo de digitalizar e incluso automatizar la evaluación y la atención neurológica.
Parte del equipo de Neuralight durante una presentación de su sistema
Tradicionalmente, los exámenes neurológicos se han basado en una evaluación manual y subjetiva de los síntomas. “El médico le hará 50 preguntas, como ¿qué tan difícil es abotonarse la camisa? O le pedirá al paciente que camine por la habitación para poder evaluar su modo de andar”, explica Micah Breakstone, director ejecutivo de Neuralight.
La falta de criterios objetivos ha impedido que las compañías farmacéuticas desarrollen medicamentos efectivos. Breakstone señala que para la demencia, los estudios han demostrado que dos médicos que examinan al mismo paciente el mismo día podrían tener una variación del 35% en el diagnóstico. “Necesitamos un resultado estadísticamente significativo”, dice Breakstone.
La tecnología de Neuralight no es una cura ni un tratamiento para enfermedades neurológicas. Más bien, la plataforma está destinada principalmente a acelerar el desarrollo farmacéutico, con un enfoque inicial en el Parkinson, el Alzheimer y la esclerosis múltiple.
La plataforma extrae automáticamente mediciones microscópicas del movimiento ocular, que sirven como «puntos finales digitales» para los trastornos neurológicos.
Un médico graba un video corto de cinco minutos de los ojos de un paciente. Las herramientas de imagen de Neuralight “limpian” el video, luego la inteligencia artificial y el aprendizaje automático se ponen a trabajar para descifrar qué hay detrás de los movimientos oculares.
Una vez que Neuralight haya extraído las métricas oculares de un paciente, planea vender los datos a las compañías farmacéuticas. Como señala Breakstone: “No se puede mejorar lo que no se mide”.
“Los puntos finales digitales son el futuro de la neurología”, agrega Rivka Kreitman, directora de innovación de la compañía y ex directora de investigación y desarrollo innovador global del gigante farmacéutico israelí Teva. «Esta tecnología es la pieza que la industria farmacéutica necesitaba para lograr que el desarrollo de fármacos para enfermedades neurológicas sea efectivo y, en última instancia, más exitoso».
En el mundo ideal de Breakstone, todos los datos extraídos de los videos se procesarían en la “nube” de Neuralight, que, según él, cumple con la exigencia mantener todos los datos des-identificados («No necesitamos ver la cara de un paciente, solo su ojos»).
Algunas organizaciones quieren mantener los datos internamente por motivos de privacidad; en esos casos, Neuralight usa su propio servidor.
Neuralight no requiere rastreadores oculares, lo que simplifica el proceso para los pacientes, porque no necesitan quedarse quietos durante un período relativamente largo. De hecho, un simple teléfono inteligente o incluso una grabación con Zoom estará bien. Una grabación de video de Neuralight tarda 10 minutos, en comparación con los 40 minutos que requiere un seguidor ocular.
La inteligencia artificial de Neuralight «amplifica y aumenta la resolución de video, para obtener de las señales de video estándar lo que tradicionalmente solo podía hacerse con equipos de laboratorio profesionales», explica Breakstone. Él compara esta tecnología con la forma en que los satélites pueden distinguir los números de matrícula de un automóvil, utilizando un tipo similar de «superresolución».
Neuralight analiza cerca de 100 parámetros, incluida la velocidad de parpadeo, la rapidez con que el paciente puede fijarse en un objeto específico, y la velocidad de dilatación de la pupila (esta última está altamente correlacionada con el Parkinson).
“Misión urgente”: Micah Breakstone, co-fundador y director ejecutivo de Neuralight
Breakstone cofundó Neuralight con Edmund Benami después de vender su startup anterior, Chorus.ai, a ZoomInfo por $575 millones.
“Podría haberme jubilado, pero eso habría sido un poco vacío”, comenta. Su abuelo sufría de Alzheimer, y eso llevó a Breakstone a querer “intentar algo para hacer del mundo un lugar mejor, algo en lo que creo profundamente. Los biomarcadores digitales están muy de moda”, agrega, y los inversores están de acuerdo.
El financiamiento inicial para Neuralight provino de VSC Ventures, Operator Partners, el director ejecutivo de Clover Health, Vivek Garipalli, y Noam Solomon, director ejecutivo de Immunai.
Si bien la mayor parte del equipo de 19 personas se encuentra en Israel, donde se ubica la sede de investigación y desarrollo, Breakstone se mudó a Austin para desarrollar las conexiones de la empresa en Estados Unidos.
Neuralight tiene un «producto mínimo viable» ya funcionando. Breakstone espera recibir la aprobación inicial de la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) para finales de 2022, y los primeros contratos comerciales en 2023. Los ensayos clínicos comenzarán en los próximos meses. Neuralight está en conversaciones con tres grandes compañías farmacéuticas.
Aunque la neurotecnología es una industria en auge, Breakstone dice que la mayor parte de la competencia de Neuralight “está haciendo cosas con dispositivos, no con los ojos”. Beacon Biosignals, con sede en Boston, por ejemplo, utiliza datos de electroencefalogramas para crear biomarcadores para los trastornos neurológicos, que según él «serían más difíciles de adoptar como una solución universal».
Afortunadamente para los mil millones de personas que padecen trastornos neurológicos, Breakstone siente que Neuralight está “en una misión urgente. Estamos construyendo una empresa impulsada por el valor”.
*Periodista y emprendedor en alta tecnología.
Fuente y fotos: israel21c.
Traducción: Sami Rozenbaum / NMI.