La muerte de Shireen Abu Aqleh es una tragedia, pero no hay una sola zona de conflicto en la que los periodistas sean a prueba de bala. Aunque los hechos no apoyan la culpabilidad de Israel, siempre hay muchos deseosos de atribuírsela
Ben-Dror Yemini*
Esto no es nuevo y tampoco va a desaparecer pronto: la doble vara con la que se juzga a otros ejércitos, especialmente a los occidentales, y al ejército israelí. Allí radica un problema eterno a la hora de enfrentar al terrorismo.
Estados Unidos arrasó el 70% de los edificios de Raqqa en la lucha contra el Estado Islámico en Siria, y un porcentaje similar de todos los edificios de Mosul en Iraq. Al fin y al cabo, estaban luchando contra el terrorismo, ¿no es así? Pero Israel, que puso en peligro a un número significativamente menor de civiles inocentes en comparación con cualquier otro ejército occidental, se enfrenta a un escrutinio mucho más feroz.
En medio de la guerra del año pasado en Gaza, el New York Times publicó en su portada fotos de niños palestinos muertos. Nunca enviaron a la imprenta fotos similares de niños asesinados por el ejército estadounidense, cuando hay miles de ellos. Ninguna portada podría abarcarlas todas.
Ahora llegó a los medios la historia de la periodista que fue asesinada, por desgracia, durante una incursión militar en Yenín. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están luchando contra una oleada terrorista, y Yenín se convirtió en capital del terror. Shireen Abu Aqleh fue asesinada al entrar en la línea de fuego. Es sin duda una desgracia. Algunos de mis compañeros reporteros en el lugar de los hechos cuentan que era una periodista experimentada y profesional.
Arrasando ciudades enteras: soldados estadounidenses en Iraq, en la década de 2000
(Foto: AP)
Dicho esto, Shireen seguía representando a un medio de comunicación que se convirtió en una herramienta de propaganda en manos del régimen de Catar, que apoya a los Hermanos Musulmanes y es despreciado por muchos otros países árabes de la región. Además de que la democracia israelí permite que esas herramientas de propaganda se emitan sin ser molestadas, no hay una sola zona de conflicto en el mundo en la que los periodistas sean a prueba de balas.
Para que quede claro, aunque Abu Aqleh represente un medio de propaganda hostil, su muerte sigue siendo lamentable, independientemente de quién haya disparado las balas que la alcanzaron. ¿Pero quién disparó esas balas? Un vídeo que se filtró en internet muestra a los palestinos regocijándose ante la posibilidad de que sus camaradas hayan matado a un soldado israelí. «Le dimos un soldado, está tirado en el suelo», se les escucha decir alegremente.
Parece que se precipitaron con sus celebraciones, ya que ningún soldado israelí resultó herido. La figura en el suelo era Shireen Abu Aqleh. Ese vídeo aumenta enormemente la probabilidad de que se trate de fuego palestino. Pero eso no viene al caso. Incluso si la periodista fue alcanzada por disparos israelíes, desgraciadamente estas cosas pueden ocurrir.
Al-Jazeera apoya a los Hermanos Musulmanes y es despreciado por muchos países árabes de la región. Además de que la democracia israelí permite que esas herramientas de propaganda se emitan sin ser molestadas, no hay una sola zona de conflicto en el mundo en la que los periodistas sean a prueba de balas
Hay varios organismos que rastrean y registran muertes de periodistas, entre ellos el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), que informó de 1442 muertes de periodistas entre los años 1992 y 2022, 18 de las cuales se produjeron en el marco del conflicto palestino-israelí. Mientras tanto, 190 periodistas fueron asesinados en Iraq. No siempre hay coincidencia entre las diferentes fuentes sobre el tema, aunque generalmente se consideran fiables.
El Instituto Watson de la Universidad de Brown lleva un registro de bajas en las guerras en las que participó Estados Unidos desde el 11-S. Resulta que de cerca de medio millón de muertos, 362 eran periodistas. Esto sucedió y sucede. Por lo general no es intencional, a menos que hablemos del asesinato a sangre fría de críticos, como ocurrió con 38 periodistas rusos.
A lo largo de la historia del conflicto palestino-israelí, solo un periodista fue considerado «asesinado» y fue Suleiman Abdul-Rahim al-Ashi, que murió por las balas de la guardia de Yasser Arafat. Estos son hechos públicos. Pero todos esos datos no impidieron que el miembro de la Knesset de la Lista Árabe Conjunta, Ahmad Tibi, y su club de fans, atribuyan la culpa a Israel de nada menos que «un asesinato».
A lo largo de la historia del conflicto palestino-israelí, solo un periodista fue considerado «asesinado» y fue Suleiman Abdul-Rahim al-Ashi, que murió por las balas de la guardia de Yasser Arafat
Los propios palestinos insistieron en llevar a cabo una investigación propia, sin supervisión internacional y, desde luego, sin participación israelí. El patólogo palestino que realizó la autopsia del cuerpo afirmó que era imposible determinar quién le disparó. Sin embargo, Tibi y los suyos se apresuraron a poner el grito en el cielo.
No es la primera vez que Israel se enfrenta a propaganda de este tipo. En 2014, durante la guerra en Gaza, varios organismos palestinos publicaron una lista de 17 periodistas asesinados por las FDI. El Centro de Información sobre Inteligencia y Terrorismo examinó cada nombre de la lista. Sus conclusiones revelaron que dos de los 17 fueron asesinados por palestinos, y que la mayoría de los demás eran miembros de Hamás o de la Yijad Islámica. Solo cuatro murieron realmente en acto de servicio. El problema es que a este tipo de propaganda antiisraelí no le faltan compradores.
Estados Unidos exige una investigación, dado que la periodista era ciudadana estadounidense. «La investigación debe ser inmediata y exhaustiva y los responsables deben rendir cuentas», tuiteó el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price. ¿Podemos preguntar al honorable portavoz cuántos soldados u oficiales estadounidenses, «responsables» del asesinato de periodistas, rindieron cuentas? ¿Se juzgó a alguno de ellos? Seguro se burlaría.
Al igual que Estados Unidos luchó contra el terrorismo y la Yijad, desde el Estado Islámico hasta al-Qaeda, Israel está justificado en su lucha contra el terror y la Yijad palestinos. Y esta es una verdad fundamental que Israel no supo ni sabe comunicar
El Washington Post se apresuró a publicar un titular culposo señalando a Israel, igual que al-Jazeera. La mayoría de los otros medios fueron un poco más ambiguos. Así que no se trata de la mayor metedura de pata por parte de Israel frente a la propaganda hostil. Pero cuando uno se aleja un poco, el fallo se revela en todo su esplendor.
Porque al igual que Estados Unidos luchó contra el terrorismo y la Yijad, desde el Estado Islámico hasta al-Qaeda, Israel está justificado en su lucha contra el terror y la Yijad palestinos. Y esta es una verdad fundamental que Israel no supo ni sabe comunicar.
*Periodista y analista político.
Fuente: Ynet.
Versión NMI.