Ana Jerozolimski*
Ya desde antes de comenzar a desempeñarse como el jefe máximo de la Fuerza al-Quds, responsable por la actividad armada de Irán fuera del país, Qassem Soleimani era una pieza clave en la planificación de ataques terroristas. Según Ron Ben-Ishai, analista militar del portal Ynet, Soleimani estuvo involucrado ya en el atentado contra la AMIA en 1994, en el que murieron 85 personas y cerca de 300 resultaron heridas.
Fue el artífice del atentado contra un autobús de turistas israelíes en Bulgaria en el 2012, varios intentos de disparos de misiles hacia Israel, y un atentado con drones que Israel logró frustrar a tiempo, entre muchas otras acciones.
Su rol central en el despliegue de Irán en Siria e Iraq estaba destinado a abrir frentes amenazantes contra Israel, a través de la propagación de la hegemonía chiíta en la región. Puso énfasis en ello desde 2017. Ese es el trasfondo de los reiterados ataques de Israel a blancos iraníes en Siria: evitar que logre instalar allí una infraestructura armada de avanzada, que Irán continúa tratando de impulsar, tanto para tener bases frente a Israel como para poder hacer llegar con mayor facilidad grandes cantidades de misiles a manos de Hezbolá en Líbano.
En una entrevista publicada recientemente, el comandante en jefe del Estado Mayor de Tzáhal que precedió al actual Aviv Kohavi en su cargo, o sea el teniente general hoy retirado Gadi Eizenkot, dijo que el plan de Soleimani era instalar 100.000 milicianos chiítas llegados de Siria, Iraq, Afganistán y Pakistán, en la frontera con Israel. Asimismo, instalar miles de misiles precisos y cohetes y baterías antiaéreas en territorio sirio, para alterar toda actividad de la Fuerza Aérea israelí en su contra.
Con el mismo espíritu, Soleimani ideó el proyecto de los misiles precisos destinado a convertir gran parte del potente arsenal en manos de Hezbolá —el brazo de Irán en Líbano— en misiles capaces de una exactitud de hasta 10 o 15 metros del blanco. Ello es una amenaza estratégica para Israel, contra la que la Fuerza Aérea ha operado repetidamente en los últimos años, recalcando Israel que no permitirá que Irán se instale en sus fronteras.
Qassem Soleimani (a la derecha), junto a Hassan Nasrala, jefe de Hezbolá, y el líder supremo iraní Alí Jamenei
Israel ha logrado sin duda frustrar parte de sus planes, enlenteciendo su implementación y alterando el programa general, pero Irán no se rinde y continúa intentando. Hoy en día se estima que hay en Siria, junto a la frontera con Iraq, cerca de 45 mil milicias pro-iraníes, encargadas de cuidar los pasajes fronterizos por los cuales Irán intenta hacer llegar continuamente misiles.
Soleimani alegó en declaraciones a la prensa que Israel había intentado asesinarlo en 2006, junto con el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrala. Israel nunca lo confirmó. y el jefe del Mossad, Yosi Cohen, declaró en su momento que Israel no estaba tratando activamente de matarlo. Sin embargo, agregó: “Soleimani sabe muy bien que su asesinato no es imposible. Sus acciones están identificadas y se sienten por todos lados. Es indudable que la infraestructura que desarrolló, es un gran desafío para Israel”.
El Israel oficial no dice nada sobre el operativo en el que Estados Unidos dio muerte a Soleimani. Al parecer, la indicación de mantener silencio llega del primer ministro Benjamín Netanyahu. Sin embargo, la alerta es ineludible, ya que bien se sabe que la venganza iraní —al menos a baja escala, una forma de primera reacción— puede ser lanzada contra Israel, y no directamente contra Estados Unidos. Puede ser a través de Siria, Líbano o de la Yijad Islámica en Gaza.
El Ministro de Defensa, Naftali Bennett, ha convocado una reunión con la cúpula de seguridad en su oficina. Israel debe estar atento, aunque el asesinato de Soleimani lo haya hecho Estados Unidos.
Quienes sí han hablado, han sido dos figuras de la oposición.
Yair Lapid, número 2 en el partido Kajol Laván, declaró: “Felicito al Presidente Trump y al Medio Oriente todo por el ataque que mató a Qassem Soleimani. Él planeó y encabezó atentados terroristas, desde Damasco a Buenos Aires, y es responsable por el asesinato de miles de civiles inocentes. Recibió exactamente lo que merecía”. Lapid agregó que “el régimen iraní es un régimen terrorista, y cuando uno se enfrenta al terrorismo debe actuar con fuerza y determinación. Todos los involucrados en la industria terrorista iraní deben saber que sus vidas corren riesgo”.
También el líder laborista Amir Peretz se manifestó positivamente sobre la muerte de Soleimani, y dijo que su desaparición es “algo bueno”. Pero advirtió que “Israel debe estar muy alerta, porque puede ser el blanco de un intento de venganza”.
*Directora de Semanario Hebreo (Montevideo) y Semanario Hebreo Jai.
Fuente y foto: Semanario Hebreo Jai. Versión NMI.