A cuatro días del inicio del gigantesco ataque terrorista múltiple de Hamás (por tierra, aire y mar), secundado por la Yijad Islámica Palestina, contra Israel, en plena festividad judía de Simjat Torá y Shabat, se estima en mil el número de israelíes asesinados —y lamentablemente las cifras seguirán en aumento—; unos 3000 heridos en distintos grados de gravedad, y se calculan en 130 los rehenes, pese a no conocerse de forma exacta el número de estas personas arrastradas a Gaza, para chantajear a Israel y ser negociadas por terroristas presos.
La gran mayoría de las víctimas son civiles, de unos 22 poblados (todos ubicados en el territorio soberano israelí), entre ellos, los más vulnerables: ancianos y niños. Los terroristas de Hamás actuaron con un salvajismo propio de su fanático dogma yijadista; así, con extrema crueldad, hubo persecuciones, torturas, violaciones y masacres, incluyendo la decapitación de 40 bebés en el kibutz Kfar Aza. Los hechos y las sumas son inéditos, sin precedentes; además, resulta obvio que Hamás, por sí solo, no tiene la capacidad de concretar este complejo ataque.
Soldados extraen cadáveres de una casa destruida en el kibutz Kfar Aza
(Foto: NBC News)
Sin sorpresas, el mundo vio que Irán celebró estos crímenes de Hamás: hubo fiestas en las calles de Teherán animadas con fuegos artificiales, cantos, banderas palestinas y fotos de Soleimani. En el Parlamento iraní manifestaron júbilo, con los diputados de pie gritando “Israel será destruido, Palestina vencerá”.
Desde hace años, infinidad de veces, Jamenei y otros adalides de la teocracia iraní vienen vociferando amenazas existenciales al Estado judío. En las últimas horas, el propio Hamás, a través de diferentes actores, pero en especial en boca de su portavoz, Ghazi Hamad, confirmó con certeza a la cadena BBC el apoyo de Irán para perpetrar su artero asalto. Hamad también sostuvo que recibieron ayuda de otros países; no los nombró, pero hay serios indicios que involucran a Catar, mientras ahora, con cinismo, el gobierno de ese país se atreve a proponerse como mediador en las posibles “negociaciones” sobre los rehenes.
Trascendió a los medios de comunicación y a las redes sociales que el domingo 8 de octubre, a pocas horas de la masacre de cientos de israelíes, el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniye, habló con el presidente del régimen iraní, Ebrahim Raisi, quien también conversó con el líder de la Yijad Islámica, Ziyad al Najalah, tal cual el jefe con sus subalternos. Para mayor muestra, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Naser Kananí, felicitó “a la nación Palestina por la operación Tormenta de al-Aqsa”.
El domingo 8 de octubre, a pocas horas de la masacre de cientos de israelíes, el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniye, habló con el presidente del régimen iraní, Ebrahim Raisi, quien también conversó con el líder de la Yijad Islámica, Ziyad al Najalah, tal cual el jefe con sus subalternos
Tenemos presente que, poco antes de desatar esta guerra, Jamenei aseguró que los días de Israel están “contados”. En los últimos meses se reportaron varias reuniones de los cabecillas de todos estos movimientos terroristas en Teherán, Beirut y Ankara, a fin de planear y afinar los detalles de la embestida. Según los medios, Ismail Kaani, comandante de la Fuerza Quds de Irán, visitó Líbano el mismo día del lanzamiento del ataque terrorista contra Israel, y mantuvo reuniones con los jerarcas de Hamás, Ismail Haniye y Saleh al-Arouri. The Wall Street Journal, tras entrevistar a terroristas de Hamás y Hezbolá, publicó que, durante varias semanas, la Guardia Revolucionaria iraní guió los preparativos para esta guerra y la semana pasada aprobó su ejecución.
Sin duda, Israel logrará revertir la situación, pero a un costo muy alto que desde el mismo sábado 7 de octubre de 2023 comenzó a pagar. En el contexto de esta guerra ya ocurrió una sonora victoria de las fuerzas que están contra la humanidad, encabezadas por la teocracia iraní; de hecho, han logrado posponer el acuerdo de normalización de Israel con Arabia Saudita, pues en el ánimo de los ayatolas no existe la convivencia armoniosa. Esperamos que Occidente se concientice acerca del inminente peligro que ello encarna, pues Israel solo constituye uno de los primeros escalafones.