P or el Colegio Moral y Luces “Herzl-Bialik” han pasado grandes entrenadores, lo que debemos reactivar para fortalecer la calidad de los entrenamientos. Aún hay tiempo de sobrevivir a la crisis económica del país, el campo sigue verde y fresco. Es hora de propiciar los cambios a nivel de política educativa, donde los actores son los estudiantes, agilizando los procesos a nivel deportivo. El deporte no es un gasto: es una invaluable inversión.
Con sudor y esfuerzo se logró tener instalaciones deportivas realmente admirables como las canchas de básquet, los campos de fútbol y béisbol, los mini campos de fútbol sala, las piscinas, los gimnasios, etc., que brindan la oportunidad de una educación deportiva de excelencia.
La Coordinación de Educación Física del Colegio Moral y Luces tiene como misión despertar el interés de los alumnos por la actividad física, en tanto constituye una fuente importante de bienestar y salud, a través del desarrollo de hábitos deportivos y una condición física apropiada.
Actualmente, en vista de la pérdida de algunos valores, nuestros alumnos son bombardeados con adelantos tecnológicos, así como con compromisos académicos y sociales, frente a los cuales se hace imperiosa la necesidad de reforzar otros hábitos, valores y destrezas que contribuyan con su desarrollo físico, socio-afectivo y moral. En este sentido, la mencionada coordinación, a través de la Educación Física y el juego como herramienta principal, posee metas y actividades que procuran intervenir en la formación integral de los alumnos, respetando sus potenciales y limitaciones, y cultivando el aprovechamiento de su tiempo libre y sus talentos de oro.
En sus 70 años de existencia, nuestro colegio ha destacado en disciplinas como karate, voleibol, tenis, béisbol, waterpolo, natación, gimnasia, atletismo, kickingball, tenis de mesa, gymkana, baloncesto, futbolito, fútbol, aeróbicos, taebox, etc. Eso es muchísimo más de lo que un colegio promedio puede ofrecer.
Las antiguas directivas hicieron inversiones muy importantes en la estricta selección de entrenadores de primera factura. Esto, evidentemente, dio resultados estupendos. Muchos han sido los talentos egresados dignos de exportación, que han llevado el nombre de nuestro país en alto, como es el caso de Maikel Melamed, Danny Chocrón, los hermanos Heiber, entre otros.
Es de humanos errar, pero de sabios rectificar. Urge actuar con premura y eficacia a fin de recuperar el terreno perdido, es el momento perfecto: que este septuagésimo aniversario sirva para reflexionar y accionar. El deporte debe seguir siendo nuestra bandera y nuestros egresados deben seguir siendo talento de exportación.
Alex Tkach