Shevereshtus*
Abundan las celebridades que atacan a Israel o manifiestan “solidaridad con Palestina”. Estas expresiones son comunes no porque sean antisemitas, sino porque es la forma más fácil y menos arriesgada de crearse una imagen de “conciencia social” con el menor costo posible.
A continuación, un análisis sobre el cinismo de estas campañas de relaciones públicas:
Según el mito, los judíos dominan los medios de comunicación y Hollywood, entre otras cosas. Sin embargo, la forma más fácil y sin riesgos para una celebridad de crearse una imagen políticamente “respetable” y ganar adeptos es declararse antiisraelí
(Foto: EcuRed)
El conflicto palestino-israelí es, con mucho, el más reconocible que existe. ¿Sabía usted que 31 conflictos armados ocasionaron más muertes que los enfrentamientos entre Israel y los palestinos el año pasado? ¿Que todos ellos causaron una proporción mucho mayor de muertes entre civiles que de combatientes?
Tampoco lo sabe el usuario medio de las redes sociales.
Cuando usted expresa una opinión sobre el tema palestino-israelí, todo el mundo sabe de inmediato de qué está hablando. Si hablara sobre Tigray, la mayoría de sus lectores no sabrían a qué se refiere y el impacto sería mínimo.
Y si habla sobre otros conflictos, es posible que alborote las plumas equivocadas. Nadie que tenga una participación en el mercado chino, o que obtenga dinero chino a través de universidades o empresas, dirá algo sobre los uigures en China. No habría nada que ganar, y todo que perder. ¿O querrá aprender mandarín para poder disculparse luego en un video?
Desde la Guerra de los Seis Días, ha existido un acuerdo en el mundo occidental sobre el conflicto palestino-israelí. En lo que se refiere a la izquierda política, el mundo del arte, los medios y la academia, Israel es el malo. No hay otra forma de verlo.
La percepción en Estados Unidos difiere de la de Europa y el ciudadano promedio tiende a ser más pro-israelí, pero esa posición siempre está de moda cuando se trata de la izquierda-arte-medios-academia. Y gracias a esto, Estados Unidos tiende lentamente hacia la visión europea.
Entonces, al expresarse contra Israel usted no solo sigue el consenso, sino que hay dos corolarios:
a) Si el público pro-israelí se ofende, ¿qué me importa?
b) Si los judíos se ofenden, ¿qué me importa?
El lado pro-israelí no genera motines violentos, no impide que los oradores den sus discursos, no boicotea, amenaza u organiza campañas. El caso Ben&Jerry’s es la excepción, no la regla. ¿Cuántas personas dejaron de escuchar a Pink Floyd por culpa de Roger Waters? ¿Cuántos fanáticos de Dua Lipa dejaron de seguirla por sus expresiones?
Al final del día, la mayoría de las personas que están a favor de Israel y escuchan a un músico, artista o intelectual hacer una declaración contra el Estado judío, simplemente se encogen de hombros, dicen que eso es normal y siguen comprando su producto. La gente está acostumbrada, y hasta lo espera. E incluso si una parte importante de sus seguidores pro-israelíes deja de darles su dinero, por lo general será una pequeña proporción de su audiencia. Decir algo pro-israelí, como lo hizo el cantante Morrissey, es más riesgoso que alienar a una proporción mucho más grande de su público.
La percepción popular con respecto a los judíos es: “Claro, el Holocausto fue malo, pero ha pasado mucho tiempo, ustedes tienen mucho dinero, son blancos, están a salvo en Occidente, claramente son más fuertes que los palestinos, tienen Hollywood y tienen tanques, y ellos solo tienen cohetes caseros”.
En otras palabras, ¿a quién le importan tus sentimientos, o la realidad?
Entonces, ¿qué pasa si los judíos somos víctimas de la mayoría de los crímenes de odio en Estados Unidos, si necesitamos contar con seguridad armada en las sinagogas y las escuelas, o si para nosotros es ilegal o una sentencia de muerte viajar como judíos por la mayor parte del Medio Oriente?
Entonces, ¿qué pasa si la mayoría de esos “hechos” están equivocados? Es la percepción pública.
Mientras que usted como celebridad no cruce la línea hacia el antisemitismo manifiesto, puede responder que “los judíos se quejan demasiado del antisemitismo”, puede hacer comentarios sobre el “lobby judío”, etc. Nuestros sentimientos no importan.
Hay suficientes judíos dispuestos a seguir esas expresiones contra Israel, porque:
a) creen en la narrativa antiisraelí.
b) pertenecen a esos círculos y no quieren alienar a sus compañeros, perder oportunidades, etc.
c) Son fanáticos de las personas que hacen esas declaraciones.
La gente está dispuesta a cerrar los ojos cuando alguien a quien idolatran hace o dice algo con lo que no está de acuerdo. Y mientras haya tantos judíos dispuestos a aceptar o encubrir las declaraciones antiisraelíes de las celebridades, eso no se detendrá.
Cuando tomamos en cuenta todos estos hechos, ¿por qué una celebridad no debería hacer tales declaraciones? Obtiene una base de fanáticos rabiosos que lo promoverá porque está en contra de la “entidad sionista”, y no perderá dinero de los fanáticos pro-israelíes, o este será compensado por el otro lado. Lo que es más importante, nadie que sea importante para ellos en su vida profesional —medios de comunicación, universidades o partidos políticos— los va a contradecir o les dirá que se mantengan al margen.
Esto no va a mejorar. De hecho, va a empeorar. Es más, espere que empeore exponencialmente en el futuro cercano.
Afortunadamente, somos llamados hebreos por Avraham Avinu, quien se paró de un lado del río mientras el mundo estaba en el otro. Nos las arreglaremos. No solo lo vamos a superar sino que prosperaremos y, en última instancia, prevaleceremos.
Am Israel Jai.
*Rabino que escribe anónimamente en la cuenta de Twitter @shevereshtus
Fuente: Twitter.
Traducido con permiso por Sami Rozenbaum / NMI.
2 Comments
A pesar de que vivo en Israel hace algún tiempo, sigo interesada en las noticias de la comunidad venezolana pues trabajé unos años en la Asociación Israelita de Venezuela.
Me parece que el Nuevo Mundo Israelita está cada vez mejor y con frecuencia leo las noticias, también lo que publica Elías Farache S. o el Rabino Cohén, entre otros.
Regina Mizrahi
remizru06@gmail.com
Muchas gracias por sus comentarios.