Acto recordatorio del 7 de octubre en Hebraica
El lunes 7 de octubre se cumplió un año del catastrófico ataque contra Israel cometido por el grupo islamista Hamás y sus colaboradores, cuando miles de terroristas penetraron en el sur del país, asesinaron a más 1200 personas, destruyeron cientos de viviendas y varios kibutzim, y se llevaron a más de 250 secuestrados a Gaza.
Este episodio representa la peor masacre de judíos en un solo día desde la Shoá, uno de los momentos más traumáticos para el Estado de Israel desde su creación, y el inicio de la guerra más larga de su historia, que hoy continúa en múltiples frentes; además, marcó el despertar de una inusitada ola de antisemitismo en todo el mundo. En realidad es una fecha que no ha terminado, pues 101 rehenes continúan en manos de los terroristas de Gaza, de los cuales la mitad ya no están con vida. El 7 de octubre de 2023, en definitiva, ha marcado un antes y un después en la historia reciente del pueblo judío, la fecha más terrible de nuestra generación.
El Centro Social, Cultural, Deportivo y Religioso Hebraica llevó a cabo un acto conmemorativo en el Anfiteatro Jacobo y Sofía Mishkin, con participación destacada de los movimientos juveniles comunitarios. Esta conmemoración fue organizada conjuntamente por el Vaad Hakehilot, la Asociación Israelita de Venezuela, la Unión Israelita de Caracas, la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) y el CSCDR Hebraica, gracias al apoyo de La Organización Sionista Mundial, la Agencia Judía para Israel y Masá Israel Journey, con el objetivo de honrar a los caídos, a los soldados que luchan por defender al Estado de Israel, y alzar la voz en nombre de los rehenes que aún no han podido regresar a casa.
A continuación se reseñan las palabras de los directivos de la kehilá que tomaron la palabra.
“Este día de horror es un recuerdo doloroso para cada uno de nosotros, no importa dónde estemos. Las víctimas mayores —nuestros padres y abuelos. Las familias que perecieron en sus hogares —nuestras propias familias. Los secuestrados —nuestros hermanos y hermanas. Somos un solo pueblo, y cuando uno de nosotros sufre, todos sufrimos. El odio que alimentó esos ataques no es nuevo; es el mismo odio que ha perseguido a los judíos a lo largo de la historia.
“Esperábamos que tales actos de violencia fueran cosa del pasado, pero el 7 de octubre nos recordó que el antisemitismo no desaparece, sino que siempre está latente esperando resurgir con fuerza. Al principio, el mundo parecía solidarizarse con nuestro dolor, pero rápidamente esa solidaridad se desvaneció, y vimos una alarmante ola de antisemitismo, muchas veces disfrazado de antisionismo, emerger en nuestros entornos: en escuelas, en las calles, e incluso entre conocidos y amigos.
“(…) Kohelet, la lectura de la Torá en Sucot, nos enseña que «todo tiene su momento… hay un tiempo para llorar y hay un tiempo para reír». Hoy es un tiempo para llorar, pero también es un tiempo para unirnos y demostrar nuestra fortaleza como pueblo. Este aniversario no solo nos recuerda la tragedia de aquel ataque, sino también la resiliencia de un pueblo que, a pesar de las heridas, sigue adelante con la esperanza de construir un futuro mejor.
“La fuerza de nuestro pueblo no reside en el deseo de venganza, sino en la determinación de vivir en paz, en la voluntad de construir un futuro en el que nuestros hijos no tengan que conocer la guerra y la violencia”.
“Desde el 7 de octubre estamos preocupados por nuestros hijos, por nuestras familias que deben correr a los refugios. Hemos entendido nuevamente que solo tenemos amigos que nos abrazan cuando somos víctimas, cuando los judíos sufren y son humillados. Pero esto no volverá a suceder.
“Hemos pasado muchas catástrofes en la historia. Pogromos, destrucciones, genocidios; no nos rendimos tras ninguno de esos desastres, y de cada una de esas crisis nació algo nuevo y mejor.
“No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos cambiar el futuro. Y tenemos fe en que de esto vamos a salir más fuertes que antes”.
“Pocos días después de Rosh Hashaná, en Shabat , el día de Simjat Torá, el horror se desató en nuestras kibutzim, en nuestras calles y en nuestras ciudades del sur de Israel, cubriendo al pueblo de Israel y a nuestra tierra con una sombra de dolor indescriptible. Todo Am Israel sintió el golpe del peor pogromo después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, como si esto no fuera suficiente, la tragedia fue seguida por otro golpe devastador: la incomprensión, el odio, el crecimiento del antisemitismo, el señalamiento hacia nuestra gente. De nuevo, sufrimos en carne propia lo que significa ser judíos en un mundo que a veces parece indiferente o incluso hostil.
“(…) Han pasado 75 años de la creación del estado de Israel; no mil años, solo 75 años. Nuestra existencia como pueblo está en peligro; no podemos tomar por sentado que tenemos un país que nos representa por siempre, podríamos perderlo, nunca debemos bajar la guardia. No sé si nos hemos dado cuenta de que si no existiera el Estado de Israel no podríamos caminar como lo hacemos, erguidos, con la cabeza en alto. Nuestra responsabilidad como judíos en Israel y sobre todo en la diáspora, donde somos absolutamente vulnerables, es formar una nueva generación jóvenes preparados para combatir el antisemitismo al que nos enfrentamos hoy en día en todos los ámbitos, universidades, redes sociales, cualquier sitio en el que hagamos vida. Este el llamado de los nuevos líderes alrededor del mundo: comunicadores sociales, líderes universitarios, jóvenes que sepan argumentar, por lo tanto, lo más importante es la educación y la formación judía. Todos los programas en Israel están enfocados en instruir, formar nuevos líderes, cada uno de nosotros debemos ser soldados en la trasmisión de la información, especialistas en comunicación”.
“A todo lo ocurrido el 7 de octubre se le suma un crecimiento inusitado del antisemitismo, el antisionismo, la negación, la banalización y distorsión del Holocausto, la alimentación del discurso de odio hacia Israel y el pueblo judío. Es muy preocupante también lo que ha estado sucediendo en los campus de las universidades, especialmente en Estados Unidos, en foros mundiales, organismos multilaterales, gobiernos y en diversas manifestaciones en las calles, todas declarando el odio a Israel y al pueblo judío.
“Grave lo que ocurre en organizaciones que supuestamente defienden los derechos de las mujeres, que fueron especialmente maltratadas y vejadas durante estos trágicos acontecimientos, pero al tratarse de mujeres judías hacen mutis. Silencio, indiferencia, complicidad, cobardía. ¡Qué vergüenza y pena ajena! Ahora sabemos quiénes son nuestros verdaderos amigos. No tantos como pensábamos, pero sí con los que realmente podemos contar. Definitivamente vivimos en un mundo al revés, donde los agredidos, Israel y sus ciudadanos, pasan a ser victimarios, mientras que al agresor se le aplaude la farsa y se le justifica.
“(…) En estos días de Rosh Hashaná, de comunicación con el Dios Todopoderoso, debemos ver el futuro con esperanza y optimismo. Los días de Yom Kipur nos invitan a reflexionar sobre el año que pasó. Ha sido, desde la Segunda Guerra Mundial, uno de los más desafiantes en la historia reciente de Israel y de nuestro pueblo. Nos han subestimado y puesto a prueba, pero nuestra capacidad de respuesta, resistencia y resiliencia ha sido extraordinaria, y nuestro espíritu de unidad y solidaridad con Israel permanece intacto, con la confianza de un futuro mejor en democracia y coexistencia”.
“Tenemos el derecho y la responsabilidad de levantar la voz y exigir el retorno inmediato de nuestros hermanos a casa. Tenemos el derecho y la responsabilidad de contar las historias heroicas de quienes lucharon hasta el final por sus vidas y las de sus seres queridos. Tenemos el derecho y la responsabilidad de exigir justicia por lo ocurrido, y aplicar el rigor sobre aquellos que perpetraron y financiaron esta barbarie, socavando el derecho del Estado de Israel de vivir en paz. Una paz que parece lejana pero algún día la alcanzaremos. Personalmente pienso que ningún pueblo ha luchado más en la historia por conseguir la paz que el pueblo judío.
“Debemos condenar y pararnos con firmeza frente a aquellos que aprueban la barbarie practicando el silencio. El pueblo judío está más vivo que nunca, y jamás ningún hombre podrá extinguir la llama de nuestra existencia.
“(…) Durante estos meses de gran dificultad, todo el pueblo judío ha sido ejemplo de fortaleza, unión y solidaridad. Cada uno, dentro de sus posibilidades, ha buscado la forma de extender su mano a Israel. Nunca nos detuvo la geografía para estar unidos. Kol Israel Arevim Ze Lazé, ‘cada judío es garante uno del otro’. Esta es sin duda una de las características más destacadas de nuestro pueblo, yo diría que más que una característica es algo impreso en nuestro ADN, para navegar sobre el destino y esquivar las múltiples dificultades, sin perder ni por un instante nuestro sentido de unidad. Es por eso que siempre caminaremos juntos, más allá de nuestras diversas opiniones o desencuentros siempre seremos uno.
“Y como un solo pueblo trabajaremos en la búsqueda de la paz y la seguridad, porque la esperanza de un mejor futuro siempre ha sido nuestro mayor anhelo”.
Iris Acker, directora del Centro Creativo Brief Kohn, invocó la liberación de los rehenes que continúan en manos de Hamás
Interpretación del tema musical Shvuréi Lev
Interpretación del tema musical Mi She Beraj
La famosa canción Lu Yehi, de Naomi Shemer, hoy más vigente que nunca
Daniel Nessim y Jacobo Kameo entonaron el Kadish por quienes perdieron la vida el 7 de octubre
Redacción NMI con el apoyo del Departamento de Comunicaciones e Información del CSCDR Hebraica.
Fotos: Juan Carlos Sarli.
Ficha técnica del acto
Este evento se basó en un guión preparado por Gusti Yehoshua Braverman y Rodrigo Weiner, del Departamento de Irgún y Vínculo con Israel de la Organización Sionista Mundial. El guión fue adaptado por una mesa creativa integrada por:
El acto fue dirigido por los madrijim de Noar Le Noar Alex Leiderman, Stephanie Rodríguez, Galit Sultán y Daniel Chocrón, y la bogueret de Noar Le Noar Gabriela Melul.
Adaptación de Audiovisuales: Raquel Chocrón, Departamento de Comunicaciones e Información de Hebraica.
Lectura de testimonios y poemas: Karina Anidjar, Ethy Oziel, Iris Acker, Carolina Israel.
Intérpretes de los temas musicales:
Los arreglos musicales estuvieron a cargo de Harold Yaacov Vargas.
Recitación del Kadish a cargo de Daniel Nessim y Jacobo Kameo.
La plegaria por el Estado de Israel estuvo a cargo de Ilan Libskind y Jonathan Libskind