Los artistas, arquitectos y diseñadores del movimiento vanguardista Bauhaus, liderados por el arquitecto alemán Walter Gropius, vieron su institución clausurada por los nazis en 1933, y muchos emigraron a Estados Unidos poco después. Sin embargo, un estudio histórico de Nicholas Fox Weber titulado The Bauhaus Group: Six Masters of Modernism, nos recuerda que muchos de estos artistas de vanguardia eran tristemente “tradicionalistas” en su antisemitismo.
En una carta de 1918 a su madre, citada por Weber, Gropius escribió: “Los judíos, ese veneno que comienzo a odiar cada vez más, nos están destruyendo (…) Ellos son el demonio, el elemento negativo”. Su colega, el pintor ruso Wassily Kandinsky, le dijo descaradamente al compositor judío Arnold Schoenberg en 1923 “Te rechazo por judío”, cuando Schoenberg le pidió una explicación sobre los informes en los que Kandinsky “solo ve el mal en la acción de los judíos, y en sus malas acciones solo ve el judaísmo”.
Sede de la Bauhaus en Dessau, Alemania, que sufrió daños por bombardeos durante la guerra y luego fue restaurada. Este movimiento estableció muchas pautas para el diseño moderno en arquitectura, artes representativas y diseño industrial.
(Foto: Milenio)
Tan temprano como ese mismo año 1923, la Bauhaus realizó un censo interno para rebatir las acusaciones de que “demasiados judíos” eran miembros de la institución, e incluso los pocos integrantes judíos, como la artista textil Anni Albers —a quien Weber conoció en sus últimos años—, consideraban a su judaísmo “una piedra alrededor de mi cuello”.
Schoenberg participó en discusiones epistolares (en vano) con Kandinsky, quien junto a Gropius culpó a Alma Mahler por la divulgación pública de sus posiciones antisemitas. Mahler, entonces esposa de Gropius, se había casado con un judío converso (Gustav Mahler) y, tras divorciarse de Gropius, contraería matrimonio con otro judío, el novelista Franz Werfel.
Repelido por el antisemitismo de la Bauhaus, Schoenberg rechazó cualquier participación oficial en el movimiento, lo que seguramente afectó la historia musical moderna y probablemente también la historia del arte, pues Schoenberg también era un pintor talentoso.
Las celebraciones por el centenario de este importante movimiento creativo estarían incompletas si no se recordara, como hace Weber, que los pensadores más avanzados también pueden albergar una estupidez primitiva.
Adaptado de un artículo de Benjamin Ivry en The Forward.
Tel Aviv, capital mundial del estilo Bauhaus
El movimiento Bauhaus tuvo su breve “edad de oro” inicial en la llamada República de Weimar, que apenas duró 14 años (1919-1933). Varios arquitectos judíos que habían adoptado su estilo modernista y funcionalista huyeron de la Alemania nazi a Éretz Israel, justo en el momento en que la nueva ciudad de Tel Aviv atravesaba una etapa de crecimiento acelerado, y aplicaron sus conocimientos en el diseño de numerosas edificaciones. Los más destacados fueron Arieh Sharon, Shmuel Mestechkin, Munio Gitai-Weinraub y Shlomo Bernstein.
Edificio de Tel Aviv de estilo Bauhaus en la actualidad (Foto: Elad Alon)
El resultado de su trabajo fueron construcciones caracterizadas por colores claros —sobre todo el blanco— para reflejar la luz del sol, así como balcones prolongados y angostos para proveer de sombra a las ventanas y plantas bajas. A diferencia de las propuestas de grandes ventanales que se hacían en los edificios europeos, optaron por una opción más conveniente a las condiciones climáticas locales.
Tras la destrucción de la mayoría de los ejemplos de arquitectura Bauhaus en Alemania por los bombardeos, la llamada “Ciudad Blanca” de Tel Aviv, donde existen cerca de 4000 edificios del también denominado “estilo internacional”, se convirtió en la mayor concentración en el mundo. En 2003, la “Ciudad Blanca” fue incluida en la lista de Patrimonio Moderno por la Unesco.
Bulevar Rothschild de Tel Aviv en 1937. A pesar de no contar aún con tres décadas de existencia, Tel Aviv era ya una ciudad moderna, y el estilo Bauhaus la puso a la vanguardia de la arquitectura mundial.
(Foto: Zoltan Kluger)
Cabe mencionar que el Museo Kern de la UIC llevó a cabo en 2005 una exposición titulada “De la Bauhaus a la Ciudad Blanca de Tel Aviv”.
Con información de siglonuevo.mx
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1 Comment
Una pena tanta incomprensión y odio, pero muchos creadores judíos dieron trascendencia al utilitarismo industrial de la Bauhaus. Sin embargo, muchos creadores que emigraron a Estados Unidos consiguieron destacar llevando el brutalismo, el funcionalismo buscando esa trascendencia (tan judía) de trascender la materia (desde el material) y el sentido utilitarista del diseño de muebles y complementos…mientras el nazismo apenas creo nada revolucionario. Uno piensa en estos arquitectos en como daban su valor al vacío, al material industrial, al espacio entre estructuras o al color de forma tan metafísica y recuerda a Rilke, a Kafka, a la ansiedad mística de Juan de la Cruz, a la ansiosa meticulosidad de Proust, la modernidad autodestructiva pero vitalista de Heinrich Heine o a la exquisitez desnuda de Stefan Zweig.
Frente a los grandes mazacotes de viviendas de Gropius, el diseño que busca la sutileza de escapar por los huecos de la materia pesada.
Todos judíos que apenas tuvieron contacto con los rituales judíos a lo largo de su vida ¿ cómo es posible esto? ¿ cuál es el eterno secreto para que coincidan estos creadores? De hecho, tuvieron suerte de ser expulsados de Alemania con una tradición rígida y expandir su genio libremente en Estados Unidos y después de vuelta en la posguerra a toda una nueva Europa renovada. ¿Y qué catástrofe para Alemania perder tantísima genialidad para siempre?