S on nuestras fuentes judías las que dieron un propósito a nuestro pueblo, y hoy, con la misma vigencia de aquella época, han proporcionando el contenido para desarrollar el tema central de Kineret 2016: Eshet Jail (Mujer Virtuosa).
¿Qué mejor forma de plasmar anuestra Torá, que a través de las danzas, la música y el arte? Es por ello que, partiendo del mandamiento divino “Honra a tu padre y tu madre, para que se alarguen tus días sobre la tierra que El Eterno, tu Dios, te da”, se creó el concepto del festival de bailes israelíes más importante de nuestra comunidad, desde hace ya 35 años.
Honrar a las madres, abuelas, y todas aquellas mujeres que a lo largo de la historia han contribuido a perpetuar nuestro legado como judíos, fue el objeto de este evento. La mujer es el punto de partida de la vida, la responsable de la trasmisión de los valores a los hijos, y quien baña de tradición al hogar; es pues, el pilar fundamental de la continuidad de nuestra cultura y tradiciones.
Indudablemente que el espectáculo delpasado domingo 3 de julio estuvo lleno de contenido judaico, pero hubo un especial paréntesis para reconocer el trabajo que por 29 años ha realizado en nuestra comunidad Anabella Glijenschi de Jaroslavsky, directora ejecutiva de Hebraica, a través de su labor en Hebraica.
Anabella ha sido un pilar fundamental para la institución, una mujer, madre y esposa ejemplar, quien recibió en esta oportunidad un merecido reconocimiento por parte de los ex directivos, directivos, profesionales, familiares, amigos y miembros de nuestra kehilá. Fue un momento emocionante, y un reconocimiento por la tenaz labor de una mujer que ha entregado su inteligencia, su corazón, persistencia y visión, para contribuir a construir esta pequeña-gran ciudad: Hebraica.
Karina Beraha, junto a Leah Esusy, directora y coordinadora del Departamento de Bailes Israelíes respectivamente, hicieron posible una vez más que esta fuese una inolvidable producción. Todas y cada una de las niñas de la Compañía de Bailes Israelíes del CDSC Hebraica que participaron en Kineret, junto a sus markidot, dejaron su corazón en cada baile y demostraron, sin duda, un gran talento fruto de su disciplina y preparación.
La hermosa imagen de Kineret Eshet Jail, diseñada por Carolina Rosenthal, la genialidad artística y creativa en la producción audiovisual de Alejandro Benzaquén, y las modernas coreografías creadas por las markidot, hicieron vibrar a más de uno.
Las estrellas de la tarde fueron nuestras niñas y jóvenes, desde los primeros grados hasta el grupo de universitarias, quienes deleitaron al público con magníficas coreografías creadas por las markidot Karina Beraha, Alexandra Bimblich, Leah Esusy, Yael Seemann, Debbie Cohen, Daniela Ghelman, Kineret Benjamin, Tamar Zelicovich, Sharon Simkim, Valerie Redensky, Michel Krivoy y Nicole Karpel.
No podía faltar la tierna interpretación de los niños del Grupo Allegro de iniciación musical y coro infantil del Centro Cultural Hebraica Gonzalo BenaimPinto, a cargo de los profesores Mireya Marín y José Herrera, quienes dedicaron a los presentes la pieza “Mi madre querida”, con los arreglos de Harold Vargas.
La interpretación de Alberto Esusy, con la icónica canción “Dar es Dar” de Fito Páez, junto a Harold Vargas en el piano y Elías Krivoy en la guitarra, trasportarona los espectadores.
Daniel Cohén le dio un toque diferente al espectáculo con su composición e interpretación, al estilo rap, de “Querida mujer”. Seguidamente, Eliana Lehrer y Débora Ghelman interpretaron con sus hermosas voces “Si hay un paraíso”, canción que rindió un homenaje a las madres de Am Israel que han perdido a sus hijos en las guerras.
“El comienzo del mundo” fue un acto musical al mejor estilo de Broadway, que contó con la participación del dúo comunitario Abi & Eli y las abuelas del Círculo de Edad de Oro. Allí se representaron las etapas que vive una mujer judía antes de su casamiento. “La mujer es sinónimo de luz, cuidado, continuidad y amor. Es ella a quien se confía la responsabilidad de hogar, y más allá de las mitzvot esenciales de Kashrut, Shabat y Mikve”, dice Anabella Jaroslavsky.
El grupo de madres e hijas brillaron unidas en escena con la pieza “Nacimiento, vida y continuidad”, seguidas de la canción “Pequeños regalos” interpretada por los shlijim Nethanel y Renana Tanami, acompañados de Harold Vargas en la guitarra y Camila Vargas en el cello. Antes del cierre, la audiencia disfrutó de una vibrante coreografía interpretada por el grupo leaká Jai (universitarias), quienes representaron la importancia de la jalá a través de la música y enérgicos movimientos con dejos morunos.
Es imposible cerrar estas líneas sin mencionar a aquellas personas y empresas sin las cuales no hubiese sido posible este festival. A todos los profesionales de Hebraica, en especial al Departamento de Mantenimiento, dirigido por nuestro querido Alberto Vieira, a Elías Sultán, presidente de Hebraica, a Anabella de Jaroslavsky, a los directivos, a la mesa creativa, dirección musical, profesionales del CDSC Hebraica, coreógrafas y markidim del Departamento de Bailes, al talento musicale instrumentistas, a todos ellos gracias.
A nuestros benefactores: Agencia Judía para Israel, 100% Banco, Constructora Sambil, Didijin, Fundación Keren Pincus para la educación judía, Masá, Óptica Caroní, Textilera Samson, B y L Textil C.A (Coby Benzaquén), familia Pérez-Carrasoni Milgram, Jacobo y Rosanna Sarshalom, Monturas Alpi Occhialli, Abraham Rosales Z’L y Débora Rosales, Alberto y Vanessa Waich, Jackie Murcian y familia, José y Susy Bentata, Moisés y Carla Benjamín, Telas Capri, Familia Fuhrman, Jorge Dorfman y familia, y Salvador Benaim y familia; a todos ellos un gran reconocimiento por su aporte en pro del disfrute de la comunidad y la trasmisión de nuestra cultura, a través de Kineret Eshet Jail 2016.
¡Los esperamos a todos en Kineret 2017!
Daphne Breuer de Jagerman.
Gerencia de Comunicaciones e Información del CDSC Hebraica.
Vea el video de Kineret Eshet Jail 2016 en https://youtu.be/r4zKimzqVoM