Al final de nuestra parashá figura el precepto de no olvidarnos de borrar el nombre de Amalek desde “bajo los cielos”.
Rabí Yaacov Moshé Jarlap pregunta: “¿Por qué está escrito que hay que borrarlo justamente desde bajo los cielos? ¿Por qué no decir simplemente, de sobre la faz de la tierra?
“Hay que saber”, explica, “que el principal objetivo de Amalek era el de separar a Israel de su Creador y desarraigar de sus corazones la fe absoluta en Dios, de forma que no haya sobre Israel ningún tipo de revelación celestial, y que no haya conexión alguna entre el cielo y la tierra”.
“Por ese motivo viene la orden de borrar el recuerdo de Amalek desde bajo los cielos para que no exista ningún tipo de interferencia al presentarse una manifestación celestial en la tierra”. En la actualidad no se sabe a ciencia cierta dónde está Amalek: los pueblos se han mezclado tanto que podrían encontrarse diseminados en Australia, África o Sudamérica. Lo cierto es que este pueblo ha conseguido llenar al mundo de filosofías e ideales que tienen el fin de desconectar a la humanidad de sus orígenes; de dejar en segundo plano los valores humanos y el verdadero reencuentro con el Creador del universo. Amalek está en todas partes, su influencia podría presentarse a través de la nueva tecnología, de la alta moda, de un inocente programa de televisión, de un videojuego, de un simple viaje, etc. Todo aquello que nos haga sentir que no necesitamos “ayuda de arriba”, y cuando alcemos la vista a los cielos nada más para saber si hay que salir con paraguas, es por causa del hálito imperceptible de Amalek.
El mes en curso –Elul– es para, justamente, tratar de apartar de encima de nosotros toda barrera que nos separe de nuestro Creador, de retornar a través de una profunda introspección a nuestros valores, a lo que significa ser yehudí en toda la expresión de la palabra. Y llegar al Gran Día, a Rosh Hashaná, con la clara y firme declaración: “Y sabrás el día de hoy, y lo integrarás en tu corazón, que el Eterno es el Dios Todopoderoso, en los cielos por encima, y sobre la tierra, y debajo de ella, no hay otro”.
De esta forma, sin lugar a dudas, borraremos de una vez por todas el recuerdo de Amalek de debajo de los cielos.
Shabat Shalom