El pasado sábado se llevó a cabo la séptima devolución de secuestrados israelíes por parte de terroristas palestinos, prevista en la primera fase del acuerdo de alto el fuego temporal en Gaza. En este caso, los radicales islámicos liberaron a seis israelíes. Se debe destacar que dos de ellos no habían sido arrancados del sur de Israel durante la cruenta invasión terrorista del fatídico 7 de octubre de 2023; sin embargo, esta guerra contribuyó a que ambos regresaran a sus hogares.
Se trata de Avera Mengistu, un israelí nacido en Etiopía, quien emigró a Israel junto con su familia cuando tenía 5 años en el marco de la Operación Salomón. Creció en Ashkelon, y en marzo de 2013 fue eximido del servicio militar después de que un comité médico lo declarara no apto.
El 7 de septiembre de 2014 entró voluntariamente en Gaza, donde fue apresado por Hamás acusado de ser un soldado israelí, pese a sufrir trastornos mentales. Las autoridades israelíes contactaron a la Cruz Roja y a funcionarios de Gaza, y exigieron que Mengistu fuera devuelto a Israel. Se sabe que los mismos terroristas comprendieron de inmediato las dificultades de Avera, pero, aun así, no tuvieron compasión y prolongaron su cautiverio hasta hace pocos días.
Avera Mengistu, distante pero consciente de que ha vuelto con su familia a pesar de sus limitaciones cognitivas
(Foto: GPO)
Entre las tantas mentiras que el grupo terrorista emite para disfrazar sus crímenes, Mousa Abu Marzook, vicepresidente de la oficina política de Hamás (aquel que declaró a un medio ruso que los túneles eran para la protección de los miembros de Hamás, no para los civiles, “a ellos que los cuide la ONU o Israel”), en una entrevista a Al Jazeera, y con máximo cinismo, fantaseó que Mengistu vestía uniforme, estaba armado y era mentalmente sano.
En 2015, la familia Mengistu viajó a Ginebra para reunirse con organizaciones de derechos humanos, entre ellas la Cruz Roja y Amnistía Internacional, con la idea de obtener su ayuda para que Hamás liberara a Avera. La familia entregó documentación médica de sus hospitalizaciones, de su necesidad de medicación y terapia diarias, así como pruebas de que no hizo el servicio militar, no portaba ningún arma y no estaba involucrado en el conflicto palestino-israelí. Esos esfuerzos fueron infructuosos.
En enero de 2023, Hamás publicó un video sin fecha en el que aparentemente se veía a Mengistu. Uno de sus hermanos no pudo confirmar si era él o no.
Hamás mantuvo a Avera Mengistu como rehén por más de 10 años, es decir, unos 3800 días, hasta que accedió a liberarlo; así, lo vimos en la tarima del espectáculo de “despedida” montado por los terroristas; estaba cabizbajo y con la mirada fija en el suelo. Ahora, ya de retorno, la familia Mengistu, que ha sufrido su preocupante ausencia por más de una década, pudo abrazarlo de nuevo; pero están conscientes de que su recuperación será larga. Al parecer, Avera apenas los reconoció y se comunica con limitaciones.
El otro caso es el de Hisham al-Sayed, un beduino musulmán israelí de 37 años, quien también entró en Gaza por su propia voluntad en 2015. Sufre de esquizofrenia y Hamás lo mantuvo secuestrado por 10 años sin ninguna medicación, tan necesaria para esa enfermedad, con la falsa excusa de que era un soldado capturado (como si ello lo justificara). No se supo nada de al-Sayed hasta 2022, cuando Hamás publicó un vídeo en el que se le veía en una cama, conectado a un tanque de oxígeno.
El cautiverio por más de una década de estas dos personas, quienes sufren serias enfermedades mentales, dice bastante de la naturaleza inhumana, cínica y en extremo cruel de todos estos grupos terroristas yijadistas palestinos que se apoderaron de la Franja de Gaza
Su padre, Shaban al-Sayed, manifestó su conmoción ante el mal estado mental y físico de su hijo tras su liberación; señala que Hisham está “destruido emocional y cognitivamente… Su estado mental es muy malo, parece que hubiera estado en un campo de tortura durante diez años. No puede hablar, no tiene voz, no tiene memoria, no recuerda nada… Nunca pensamos que Hamás fuera tan cruel”. La familia agradeció al pueblo de Israel por el apoyo dado en estos años, al gobierno israelí y al gobierno estadounidense. El señor al-Sayed efectuó un duro reclamo al mundo árabe, pues no ayudó a su hijo ni asistió a las familias de los árabes asesinados a manos de gazatíes aquel sábado negro de 2023.
Cabe destacar que Hamás entregó a Hisham a la Cruz Roja sin las indignas escenas con las que se burla en cada liberación. Tal vez se deba a las críticas de teólogos musulmanes al respecto; no obstante, sin duda marcó una diferencia significativa con las liberaciones de los secuestrados judíos.
El cautiverio por más de una década de estas dos personas, quienes sufren serias enfermedades mentales, dice bastante de la naturaleza inhumana, cínica y en extremo cruel de todos estos grupos terroristas yijadistas palestinos que se apoderaron de la Franja de Gaza. También habla de lo inútiles que resultan ser una variedad de organismos internacionales, entre ellos la ONU y sus agencias, la Cruz Roja, la Organización Mundial de la Salud, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Médicos sin Fronteras y, lamentablemente, un largo etcétera.
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Atroz! desprecio a la vida y a la humanidad